El bajo nivel de los embalses en la cuenca del J¨²car por la sequ¨ªa evit¨® que el impacto de la dana fuera a¨²n mayor
La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica destaca el papel jugado por presas como Tous, Forata o Mar¨ªa Cristina, algunas de las cuales pasaron de estar casi vac¨ªas a llenarse de golpe e incluso tener que verter agua
En contra de los bulos difundidos en plena emergencia, las desastrosas consecuencias de la dana no solo no son culpa del derribo de ninguna presa en la cuenca del J¨²car, sino que los embalses existentes s¨ª que ayudaron a amortiguar una parte del diluvio, como muestran los datos semanales de las reservas h¨ªdricas. En concreto, la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car asegura que el papel de estas infraestructuras result¨® ¡°muy importante¡± en las crecidas del r¨ªo Magro y del propio J¨²car, con los embalses de Forata y Tous, respectivamente. En el caso de Tous, un embalse de tama?o considerable (378,6 hect¨®metros c¨²bicos), el caudal m¨¢ximo de entrada durante la dana fue de casi 400 m?/s, una cantidad de agua muy grande que podr¨ªa haber empeorado todav¨ªa m¨¢s la situaci¨®n y que fue retenida en su totalidad. Aparte de estas construcciones, los t¨¦cnicos de este organismo destacan tambi¨¦n los fuertes incrementos de agua en los embalses de Mar¨ªa Cristina, Sichar o Ulldecona, que contribuyeron a que el impacto no fuera todav¨ªa mayor.
En lo que respecta al embalse de Mar¨ªa Cristina, capaz de albergar 18,4 hm? de agua y situado en Castell¨®n, justo antes de la dana hace una semana se encontraba pr¨¢cticamente vac¨ªo, al 4% de su capacidad de llenado, pero ahora est¨¢ al 94%, tras haber retenido 16,7 hect¨®metros c¨²bicos de las lluvias. En la misma provincia, el de Ulldecona, retuvo 5,67 hm?, pasando del 0,05% al 51,5% de su capacidad, y el de Sichar absorbi¨® 12,91 hm?, pasando del 30% al 56% de su capacidad.
La Comunidad Valenciana ha pasado de la preocupaci¨®n por la escasez de agua a contar ya m¨¢s de dos centenares de muertos por las inundaciones provocadas por la brutal dana. Parad¨®jicamente, el bajo nivel de los embalses en la cuenca del J¨²car por la sequ¨ªa antes de producirse esta cat¨¢strofe pudo evitar un desastre todav¨ªa mayor. Como se?alan los t¨¦cnicos de la Confederaci¨®n, ¡°la laminaci¨®n de estos embalses ha sido tan eficiente por las escasas reservas almacenadas en los mismos antes del episodio¡±.
En el conjunto de la cuenca del J¨²car, tras la dana las reservas totales han aumentado en 209 hect¨®metros c¨²bicos, subiendo en casi ocho puntos porcentuales, hasta alcanzar el 48% de su capacidad. Esto mejora de forma significativa la situaci¨®n en la mayor parte de la cuenca, aunque no despeja las incertidumbres sobre sus recursos h¨ªdricos. A pesar de amortiguar parte de las inundaciones, estas infraestructuras tampoco pudieron evitar el desastre. Durante la emergencia, la avalancha de agua fue tan grande que incluso oblig¨® a desembalsar en algunas de estas infraestructuras e incluso hubo preocupaci¨®n por el riesgo de rotura de alguna presa.
Esto ocurri¨®, por ejemplo, en el embalse de Forata, junto al municipio de Y¨¢tova, con una capacidad de 37,3 hect¨®metros c¨²bicos, que pas¨® de estar al 14,16% de su capacidad a tener que verter agua. Ahora, se encuentra al 73,93%. ¡°El caudal de entrada punta en la presa de Forata fue de alrededor de 2.000 m?/s durante la tarde del martes, concretamente la punta se detect¨® sobre las 18.00 horas. La presa de Forata tiene una capacidad m¨¢xima de desag¨¹e, a trav¨¦s de sus cuatro aliviaderos, de unos 1.000 m?/s a nivel ordinario y de unos de 1.800 m?/s, en el caso de llegar a nivel de coronaci¨®n de la presa, lo que resultar¨ªa preocupante. Esta situaci¨®n llev¨® a los t¨¦cnicos de la Confederaci¨®n a notificar a las autoridades de protecci¨®n civil y a la DGA [Direcci¨®n General del Agua] la declaraci¨®n de escenario 2 del Plan de presas, que recoge un peligro de aver¨ªa grave o incluso rotura de la presa¡±, aseguran desde este organismo dependiente del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica. ¡°Posteriormente, las lluvias remitieron y el volumen almacenado no alcanz¨® niveles tan preocupantes, limit¨¢ndose el vertido a unos 1.000 m?/s, lo que permiti¨® mejorar notablemente la situaci¨®n aguas abajo, en el r¨ªo Magro y r¨ªo J¨²car, al reducir las m¨¢ximas salidas a esos 1.000 m?/s, cuando las entradas eran de unos 2.000 m?/s¡±.
Tambi¨¦n se verti¨® agua en el embalse de Loriguilla, en la cuenca del Turia, que pas¨® de estar al 31,14% a llegar en alg¨²n momento al 53% y ahora se encuentra al 34%. Asimismo, tambi¨¦n hubo preocupaci¨®n por el embalse de Buseo, en el r¨ªo Sot, una construcci¨®n con m¨¢s de un siglo de antig¨¹edad, que antes del desastre se encontraba al 10,23% de su capacidad y se llen¨® de golpe. Seg¨²n los ¨²ltimos datos, ahora mismo est¨¢ al 93,68%. No obstante, la Confederaci¨®n asegura no tener informaci¨®n sobre el desembalse de esta presa por ser propiedad de la Generalitat Valenciana.
?Se podr¨ªa haber reducido la magnitud del desastre si hubiera existido alguna infraestructura en el barranco del Poyo, por d¨®nde entr¨® la peor de las riadas? Seg¨²n la Confederaci¨®n, ¡°el caudal que ha circulado en el barranco del Poyo tiene una gran incertidumbre, dado que el sensor existente en el cruce con la carretera A-3 fue arrastrado a la 18:55 cuando alcanz¨® el valor de 2.282 m?/s y el hidrograma estaba en un r¨¢pido crecimiento, lo que no permite estimar de forma fiable el caudal punta que realmente se produjo¡±. Adem¨¢s, siempre seg¨²n los t¨¦cnicos de este organismo, ¡°aguas abajo se incorporan numerosos barrancos, entre los que destaca el de G¨¢llego y Horteta, por lo que no es sencillo estimar el caudal punta circulante en el entorno de Paiporta¡±. Se est¨¢n realizando diversos estudios dirigidos a conseguir una estimaci¨®n fiable del m¨¢ximo caudal que realmente se produjo en ese tramo. No obstante, la Confederaci¨®n defiende que ¡°en el Sistema Nacional de Cartograf¨ªa de Zonas Inundables se estima en 1.450 m?/s el caudal correspondiente a un periodo de retorno de 500 a?os, que parece fue ampliamente superado. En ese sentido, dada la magnitud de la crecida, la existencia de otras obras estructurales de protecci¨®n dif¨ªcilmente podr¨ªa haber resuelto el problema, debiendo hacer ¨¦nfasis en la mejora de las medidas de prevenci¨®n y de preparaci¨®n¡±.
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