Bajo las baldosas, un vergel: levantar cemento para reverdecer ciudades
Una iniciativa organizada en los Pa¨ªses Bajos por una agencia creativa logra transformar m¨¢s de 150 hect¨¢reas de pavimento duro en jardines
La idea surgi¨® una tarde, en ?msterdam. Los miembros del colectivo Dus Wat Gaan Wij Doen? (en espa?ol: Entonces, ?qu¨¦ vamos a hacer?) se preguntaron qu¨¦ pasar¨ªa si los holandeses decidieran arrancar las baldosas de sus patios para que, de la tierra, brotaran las plantas. Era 2019 y Eva Braaksma, miembro del colectivo y directora de la agencia creativa Frank Lee, desarrollaba campa?as de concienciaci¨®n ambiental para las ciudades de ?msterdam y R¨®terdam. Unos meses m¨¢s tarde, la pandemia encerr¨® a todo el mundo en sus casas. Entonces, Braaksma supo que era el momento para hacer un proyecto piloto. A la fecha de publicaci¨®n de este reportaje, casi 15 millones de baldosas se han arrancado en los Pa¨ªses Bajos, y subiendo. La clave, dice la directora de Frank Lee al tel¨¦fono, es la competencia. Desde marzo hasta noviembre, cada a?o, distintos municipios y ciudades se desaf¨ªan en lo que la agencia llam¨® Tegelwippen (algo as¨ª como ¡°levantamiento de baldosas¡±): una carrera de ocho meses por reverdecer aceras y jardines.
El primer certamen tuvo lugar en marzo de 2020. ?msterdam y R¨®terdam compitieron por probar qu¨¦ ciudad era capaz de transformar m¨¢s cemento en vergeles. Entre las dos ciudades levantaron 94.426 baldosas, lo que equivale a una hect¨¢rea, seg¨²n c¨¢lculos de la organizaci¨®n. La repercusi¨®n en las redes y en los medios consigui¨® que al siguiente a?o 81 municipios formaran parte de la iniciativa. Hoy, la competencia es un cl¨¢sico en el que 199 municipios de los 244 que constituyen los Pa¨ªses Bajos participan. Braaskma reconoce que medir el impacto real es complicado. ¡°Quince millones de baldosas parece mucho, y lo es, pero supongo que hay una cantidad de cemento enorme por levantar¡±, reflexiona. ¡°Para nosotros lo m¨¢s importante es que se genere conciencia¡±.
Pero para Cecil Konijnendijk, director del Natural Based Solutions Institute y creador de la regla 3-30-300 para ciudades m¨¢s sostenibles, la iniciativa ha ido m¨¢s all¨¢ de la concienciaci¨®n por las dimensiones que ha adquirido. Una de las razones que lo vuelve particularmente exitoso es la ¡°posibilidad de contar el n¨²mero de baldosas¡±, se?ala Konijnendijk, ¡°as¨ª han logrado un fuerte compromiso¡±. Utilizando la matem¨¢tica empleada por el equipo de Frank Lee en el primer a?o del certamen, el Tegelwippen ha transformado, desde sus inicios, 153 hect¨¢reas de pavimento en jardines, unos 215 campos de f¨²tbol. ¡°Naturalizando la superficie, aumenta la capacidad de drenaje y la presencia de vegetaci¨®n, esto regenera la biodiversidad, enfr¨ªa las ciudades y facilita la gesti¨®n del agua¡±, observa el experto.
A comienzos de noviembre, cuando la competici¨®n termina, anuncian a los ganadores de cada encuentro. Pero el verdadero partido se juega en las menciones especiales. La Baldosa de Oro, para la ciudad que m¨¢s cemento haya retirado, y la Pala de Oro, para la que m¨¢s metros cuadrados verdes por habitante haya conseguido. Este a?o, Venlo, una ciudad al sureste del pa¨ªs, se hizo con ambas.
En una videollamada, Marij Pollux, concejala de esta ciudad de cien mil habitantes, y el desarrollador de pol¨ªticas verdes del ayuntamiento, Jules Bongers, muestran sonrientes los trofeos. Entre espacios p¨²blicos y privados, Venlo quit¨® casi 44.000 metros cuadrados de cemento. ¡°El a?o que viene ser¨¢ dif¨ªcil ganar, no nos quedan baldosas¡±, bromea Pollux.
La estrategia planteada por el ayuntamiento consiste en dos l¨ªneas de acci¨®n. Para colaborar con los vecinos, cuenta Bongers, pusieron a disposici¨®n un Tegell-taxi. Al retirar las baldosas de sus jardines, los ciudadanos solo tienen que llevarlas hasta la acera. Cuando el tegell-taxi pasa a recogerlas, entrega a los due?os de la propiedad un c¨®digo donde deben llenar un formulario. De esta manera, la administraci¨®n comprueba la cantidad de baldosas retiradas y los vecinos eligen entre una variedad de plantas ¡ªadquiridas con fondos p¨²blicos¡ª para colocar en su lugar. ¡°Las especies que seleccionamos son casi todas nativas, pero tambi¨¦n las hay de regiones como Espa?a¡±, comenta Bongers. Y argumenta: ¡°El clima est¨¢ cambiando y hay que buscar especies que se adapten¡±. En cinco d¨ªas h¨¢biles, las plantas son entregadas en los domicilios que las solicitaron.
Pero no se acaba ah¨ª. ¡°Es l¨®gico que los ciudadanos digan ¡®vale, yo cambio mis baldosas por verde¡¯, pero qu¨¦ hace el ayuntamiento¡±, dice Pollux. Mediante consultas p¨²blicas en los barrios c¨¦ntricos, la administraci¨®n de Venlo ha redise?ado el planteamiento urbano de la ciudad. El cambio hubo que hacerlo desde las bases, sostiene Bongers. ¡°Movimos cloacas y cableado el¨¦ctrico subterr¨¢neo, todo con el objetivo de reverdecer el centro¡±, dice. A la par, implementando mapas de calor, observaron que los picos m¨¢s altos se concentraban en patios escolares. La respuesta que dise?aron fue transformar tres de ellos en distintos barrios de la ciudad. ¡°Ahora dos tercios de los patios son verdes, y la idea es que sea as¨ª en las 32 escuelas que tenemos en Venlo¡±, asegura la concejala.
En 2025, algunas ciudades de B¨¦lgica y de Alemania participar¨¢n en el certamen. ¡°?Tal vez Espa?a tambi¨¦n pueda hacerlo!¡±, exclama Pollux antes de acabar la entrevista. Confiesa no saber si levantar baldosas es una soluci¨®n viable aqu¨ª, pero fen¨®menos como la reciente dana en Valencia, asegura, exigen acciones. Konijnendijk, que vivi¨® dos a?os y medio en Barcelona, cree que una iniciativa as¨ª podr¨ªa funcionar. ¡°Las ciudades espa?olas tienen altas concentraciones de pavimento, volver a traer la superficie podr¨ªa ayudar¡± a mitigar ¡ªevidentemente no solucionar¡ª fen¨®menos como ¡°las fuertes lluvias que lamentablemente vimos recientemente¡±.
Cuando Eva Braaksma explica el proceso parece que proyectos como Tegellwippen pueden llevarse a cabo en cualquier sitio. ¡°Lo hicimos sencillo y muchas personas y organizaciones se unieron solas¡±, comenta. ¡°Para que suceda, por supuesto, lo primero fue salir a buscar un patrocinador¡±. Entre ellos, obtuvieron el apoyo fundamental del Ministerio de Infraestructura y Gesti¨®n del Agua. Lo dem¨¢s, fue la voluntad de los ciudadanos. Braaksma se r¨ªe: ¡°En Arnem y en R¨®terdam, incluso hubo estadios de f¨²tbol que cambiaban pedazos de su c¨¦sped a los fan¨¢ticos que les entregasen sus baldosas¡±.
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