Cuando la principal amenaza para los espacios naturales protegidos viene de la agricultura
Tres ejemplos de la dif¨ªcil convivencia entre la conservaci¨®n de la biodiversidad y los cultivos: dos negativos en Espa?a y Portugal, y uno positivo en Francia
El paisaje a un lado y otro de la carretera A-483, que conecta El Roc¨ªo con Matalasca?as en la provincia de Huelva, parece sacado de dos mundos diferentes. A la izquierda, est¨¢ el Parque Nacional de Do?ana, todo verde. En la parte derecha, un mar de pl¨¢stico blanco cubre las fresas y los ar¨¢ndanos que se exportar¨¢n a media Europa. Agricultura intensiva y un espacio protegido a tan s¨®lo unos metros de distancia.
El Parque Nacional de Do?ana no es el ¨²nico espacio protegido de Europa que tiene que convivir con la agricultura. Cerca de un 40% de las ¨¢reas dentro de la Red Natura 2000, el principal instrumento de protecci¨®n de h¨¢bitats del continente, tiene alg¨²n uso agr¨ªcola. Y, como en Do?ana, una extensi¨®n indeterminada de agricultura intensiva se despliega en los bordes de las zonas protegidas, afectando tambi¨¦n a lo que ocurre dentro. ¡°Tenemos miles de ejemplos donde la agricultura ha afectado de forma negativa a los valores por los que se identificaron los espacios de la Red Natura 2000¡å, explica Octavio Infante, responsable del Programa de Conservaci¨®n de Espacios de SEO/BirdLife. ¡°Por ejemplo se han invadido determinados humedales o tambi¨¦n tenemos mucho conflicto con los cambios de uso del suelo y con el incremento del regad¨ªo¡±, contin¨²a. Creada en 1992, la red cubre un 18% del total del territorio de la Uni¨®n y el 10% de las aguas marinas.
Seg¨²n la Agencia Europea del Medio Ambiente, la agricultura es la principal amenaza que sufren estos espacios. El ¨²ltimo informe sobre esta cuesti¨®n, publicado en 2020, apunta a que un 21% de todas las presiones que afectan a las zonas protegidas tienen que ver con la agricultura y un 50% de los problemas relacionados con contaminaci¨®n de aguas, aire y suelos tienen como origen la industria agr¨ªcola. ¡°Desde la d¨¦cada de 1950, la intensificaci¨®n y especializaci¨®n del sector agr¨ªcola ha contribuido cada vez m¨¢s a la continua p¨¦rdida de biodiversidad¡±, asegura la agencia. Adem¨¢s, tambi¨¦n se?ala que los h¨¢bitats protegidos en los que hay pr¨¢cticas agr¨ªcolas suelen tener peores niveles de conservaci¨®n que otros tipos de h¨¢bitats. As¨ª, el 67% de los h¨¢bitats que dependen totalmente de la gesti¨®n agr¨ªcola y el 37% de los que dependen parcialmente se encuentran en un mal estado de conservaci¨®n.
Carlos Palac¨ªn Moya, cient¨ªfico del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, responsabiliza a la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC) de la Uni¨®n Europea, que determina con sus subsidios qu¨¦ y c¨®mo se cultiva en el continente, como una de las principales razones de este impacto. ¡°La Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC), concebida para aumentar la producci¨®n, implica intensificaci¨®n, y este proceso no tiene restricciones en el seno de los lugares incluidos en la Red Natura 2000¡å, explica Palac¨ªn, quien ha estudiado los efectos de la pol¨ªtica agr¨ªcola europea en aves de espacios protegidos. ¡°Como resultado (de la PAC), la comunidad de aves de los campos de cultivo se extingue en lugares amparados por la normativa ambiental. Existe, por tanto, un grave conflicto entre los objetivos de la legislaci¨®n sobre conservaci¨®n de la biodiversidad y la pol¨ªtica agraria¡±, contin¨²a.
En el caso de Do?ana, el principal problema ha sido el regad¨ªo, asegura Miguel de Felipe, cient¨ªfico de la Estaci¨®n Biol¨®gica, que ha investigado el impacto de la agricultura sobre este espacio. ¡°Hablamos no s¨®lo de frutos rojos. Ahora se est¨¢n metiendo tambi¨¦n olivos en intensivo¡±, explica. ¡°Antes aqu¨ª hab¨ªa un modelo de agricultura extensiva que incluso favorec¨ªa a algunas especies en peligro. Y el impacto sobre el acu¨ªfero no era grande porque era agricultura de secano¡±. Sin embargo, la intensificaci¨®n agr¨ªcola de las ¨²ltimas d¨¦cadas, junto a los usos tur¨ªsticos, incide de Felipe, han incrementado la presi¨®n sobre el acu¨ªfero, bajando el nivel fre¨¢tico del que dependen las m¨¢s de 3.000 lagunas que dan vida a este ecosistema. Ahora, las lagunas permanentes est¨¢n desapareciendo.
Desde la Asociaci¨®n de Agricultores Puerta de Do?ana, que representa a m¨¢s de 300 agricultores de la zona, aseguran que las explotaciones legales controlan el agua que extraen, pero que el problema son las hect¨¢reas ilegales. ¡°Nosotros tenemos una dotaci¨®n de agua asignada para el a?o hidrol¨®gico completo. No podemos consumir m¨¢s. Y nosotros cuidamos mucho de no pasarnos porque las multas son muy cuantiosas¡±, asegura Manuel Delgado, representante de la asociaci¨®n. ¡°Pero aquella persona que hace extracciones ilegales no se controla y no busca la eficiencia h¨ªdrica que nosotros tenemos¡±, contin¨²a. En el ¨²ltimo Informe de situaci¨®n del Marco de Actuaciones para Do?ana, el Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica estimaba la superficie ilegal de cultivos en la zona en 238 hect¨¢reas. Un a?o antes, esa cifra era de 795 hect¨¢reas.
Serra da Estrela (Portugal)
En Portugal, es otra versi¨®n del negocio agr¨ªcola la que est¨¢ amenazando a espacios protegidos. En algunas zonas, las plantaciones de pinos y eucaliptos, que sirven de materia prima en la producci¨®n de celulosa y de biomasa para p¨¦lets, han acorralado ¨¢reas naturales, desplazando a la vegetaci¨®n aut¨®ctona. ¡°El eucalipto es un ¨¢rbol muy dif¨ªcil de eliminar. Cuando lo cortas, rebrota. Entonces tienes que destruir el sistema radicular para que desaparezca. Y eso es muy caro¡±, explica el conservacionista portugu¨¦s Paulo Pimenta. Lo peor es cuando estas plantaciones ya no son productivas y son abandonadas por los propietarios, pues se convierten en gasolina para incendios, afectando a los espacios protegidos. Es lo que ocurri¨® en el Parque Nacional de Serra da Estrela, en el centro de Portugal, donde dos grandes incendios arrasaron la zona en 2017 y 2022. ¡°Incluso aqu¨ª (dentro del parque), que no hay demasiados eucaliptos, hay algunas parcelas abandonadas. Si empieza un fuego, se hace m¨¢s grande por el eucalipto¡±, explica Nik Volker, portavoz de Veredas da Estrela, una organizaci¨®n constituida tras el incendio de 2022 para crear una comunidad resiliente ante el fuego. En el Parque Biol¨®gico Serra da Lousa, a poco m¨¢s de 100 kil¨®metros al sur de Serra da Estrela, las plantaciones de pinos a¨²n cubren parte de las laderas de este otro espacio protegido y varias zonas aparecen desnudas despu¨¦s de haber sido taladas recientemente.
Como incide Joan Pino, director del Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF), la conservaci¨®n de los espacios protegidos no depende solo de lo que ocurre dentro de sus l¨ªmites. ¡°Ning¨²n parque (natural) es una isla, sino que recibe los impactos de todo lo que pasa en su periferia. Si cogemos mucha agua de un acu¨ªfero, en la zona protegida adyacente habr¨¢ poca agua. Si usamos muchos pesticidas o generamos muchos residuos, los org¨¢nicos llegar¨¢n al espacio protegido¡±, contin¨²a. ¡°El mar Menor es uno de los ejemplos paradigm¨¢ticos de esto ¨²ltimo¡±, asegura. COPA-COGECA, que representa a 22 millones de agricultores en Europa, no ha respondido a la solicitud de comentarios de este peri¨®dico.
Loire-Anjou-Turaine (Francia)
La relaci¨®n entre agricultura y espacios protegidos no es siempre negativa y buena parte de los ecosistemas protegidos dependen de los cultivos para existir. Un ejemplo de esta integraci¨®n se da en el parque natural Loire-Anjou-Touraine, en el centro de Francia, donde los campos de cereales han dado cobijo a los nidos del aguilucho cenizo, un ave en peligro de extinci¨®n. Sin embargo, los campos de cereales tampoco son un lugar seguro, ya que los agricultores recogen el grano con sus tractores antes de que termine la anidaci¨®n y a menudo arrollan a las cr¨ªas que a¨²n no son capaces de volar.
All¨ª, la Liga por la Protecci¨®n de P¨¢jaros se ha asociado con los agricultores para ayudar a estas aves. ¡°Nosotros proponemos a los agricultores que nos permitan localizar los nidos en sus campos y se?alizarlos, para que podamos salvar a los polluelos¡±, explica Cl¨¦ment Delaleu, t¨¦cnico del proyecto. Tambi¨¦n les ayudan a instalar refugios en sus propiedades, para que las aguiluchos, que se alimentan de roedores, entre otros, se conviertan en un aliado contra las plagas. ¡°Los agricultores tienen problemas con los roedores y se gastan el dinero en productos qu¨ªmicos para evitarlo. Nosotros queremos solucionar los dos problemas: favorecer la recuperaci¨®n de las aves y reducir los problemas con los roedores¡±, detalla Delaleu.
La mala conservaci¨®n de los ecosistemas ¡ªs¨®lo un 14% de los espacios protegidos est¨¢n en ¡°buen¡± estado, seg¨²n la Agencia Europa de Medio Ambiente¡ª llev¨® a la Comisi¨®n Europea a proponer un reglamento de Restauraci¨®n de la Naturaleza que entr¨® en vigor en agosto de 2024. ¡°El esp¨ªritu de la Red Natura 2000 era bueno. Lo que pasa es que hemos fallado en la gesti¨®n. Est¨¢ siendo muy deficiente¡±, asegura Infante, quien denuncia que, por ejemplo, muchos espacios est¨¢n designados pero no tienen un plan de gesti¨®n ni recursos. El reglamento obliga a los estados miembro a restaurar al menos el 20% de los ecosistemas antes de 2030, centr¨¢ndose primeros en los espacios dentro de la Red Natura, y a aprobar un Plan Nacional de Restauraci¨®n como tarde el 1 de septiembre de 2026.
Esto ata?e tambi¨¦n al sector agr¨ªcola. ¡°No esperamos que los Estados miembros impongan nuevas normas a los agricultores, sino que se vean obligados a ofrecer incentivos a los agricultores para que hagan lo correcto¡±, explica Guy Pe¡¯er, experto en agricultura y ecosistemas en el Centro Helmholtz para la Investigaci¨®n Medioambiental y el Centro Alem¨¢n para la Investigaci¨®n para la biodiversidad integrativa. ¡°Esto es una buena noticia tanto para la naturaleza como para los agricultores. Especialmente, los de las zonas protegidas y de las zonas de monta?a, que a menudo se quejan con buenas razones de que no reciben suficiente apoyo¡±, contin¨²a el acad¨¦mico.
Muchos agricultores, sin embargo, no lo ven con optimismo. ¡°Tenemos cada vez m¨¢s dificultades econ¨®micas y ahora cada vez m¨¢s requisitos medioambientales¡±, se queja Eric Menanteau, un agricultor de cereales y ganadero que ha participado en el programa de conservaci¨®n franc¨¦s. ¡°Y los precios que nos pagan no cubren todo eso. Yo no s¨¦ qui¨¦n va a quedar en el campo en unos a?os¡±, se lamenta.
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