El primer ciudadano que alert¨® del vertido: ¡°Saqu¨¦ de la orilla 60 sacos de bolitas blancas que huelen a gasolina, ?vais a venir a recogerlos?¡±
Rodrigo Fresco encontr¨® los ¡®pellets¡¯ en las playas de Ribeira, en A Coru?a, el 13 de diciembre. Telefone¨® de inmediato al servicio de Emergencias 112 de la Xunta y recibi¨® una llamada de la polic¨ªa auton¨®mica
Rodrigo Fresco ostenta el r¨¦cord imbatible, indiscutible, de recogida voluntaria de pellets en las playas gallegas. Mientras centenares de particulares trabajan desde el pasado viernes cosechando bolita a bolita, de rodillas, encorvados, bajo la lluvia y el fr¨ªo, ¨¦l puede afirmar que rescat¨® casi de un soplo ¡°unos 60¡å sacos enteros, de 25 kilos cada uno, entre el 13 y el 14 de diciembre. Tambi¨¦n asegura que en ese mismo momento alert¨® al 112, el servicio de Emergencias dependiente de la Xunta, y que all¨ª le contestaron que Salvamento Mar¨ªtimo, una entidad del Estado, estaba ya ¡°al tanto¡±. Luego, convencido de que aquella sustancia ¡°no pod¨ªa ser inocua para el medio ambiente¡±, sigue contando este hostelero del pueblo de Corrubedo (Ribeira, A Coru?a) que telefone¨® al Seprona (Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil), que le remiti¨® a la polic¨ªa nacional; y los propios agentes de este cuerpo se encargaron de transmitir la informaci¨®n a la polic¨ªa auton¨®mica, que devolvi¨® la llamada a Rodrigo Fresco ¡°en cuesti¨®n de dos minutos¡±.
Habl¨® tambi¨¦n con el Ayuntamiento y otras entidades locales para que alguien se diese prisa en recoger aquello. Angustiado por la tardanza, se decidi¨® a sacar de la zona intermareal, la franja de la costa en la que trabajan las olas, todos los sacos que pudo. El mar estaba enfurecido, ¡°hab¨ªa marea viva, as¨ª que puse el turbo¡±, dice. ?l tem¨ªa que el agua destrozase las bolsas con ¡°la marea alta de la noche¡±, porque ¡°cualquiera ve¨ªa que el mal iba a ser mayor si se esparc¨ªan las bolitas¡±. Fueron, en total, ¡°40 sacos el primer d¨ªa y unos 20 el segundo, ocho por la ma?ana y creo que 12 por la tarde¡±, cuenta, casi un mes despu¨¦s, este hombre de 43 a?os.
Su negocio, el Bar Pequeno, en el puerto de este pueblo que posee una de las joyas naturales m¨¢s deslumbrantes de Galicia, el parque de las Dunas de Corrubedo, viene a ser como un CNI local en el que todo lo importante que acontece se sabe m¨¢s pronto que tarde. As¨ª fue c¨®mo un cliente le coment¨® en la ma?ana del 13 de diciembre que hab¨ªa ¡°algo blanco en la playa¡±, cerca del lado del faro. Unas manchas desperdigadas que, a lo lejos, hasta pod¨ªa parecer un reba?o inm¨®vil de ovejas paciendo sobre la arena y entre las piedras del acantilado.
Rodrigo Fresco, que hasta hace poco era el entrenador de f¨²tbol del Cidade de Ribeira, decidi¨® bajar a comprobar: jam¨¢s hab¨ªa visto nada igual. Eran sacos y sacos de rafia blanca, bastantes de ellos ya rotos, que conten¨ªan ¡°unas bolitas que parec¨ªan perlas de suavizante¡±, describe. ¡°Pero ol¨ªan muy fuerte, como a gasoil o a gasolina, y las que estaban estancadas en las pozas de la arena ten¨ªan una aureola blanquecina alrededor que me asust¨®¡±, asegura, ¡°entend¨ª que aquello no pod¨ªa ser bueno para la naturaleza¡±. Las playas unidas de Porti?o y Balieiros, que recorri¨® de extremo a extremo aquel d¨ªa el vecino de Ribeira, fueron el kil¨®metro cero de la marea de nurdles de pl¨¢stico PET que sigue varando en la costa desde entonces y que ahora se extiende por toda Galicia y alcanza Asturias y Cantabria.
En otro arenal vecino, el de Espi?eirido, tambi¨¦n en Ribeira, ese mismo 13 de diciembre una pareja encontraba otros tres o cuatro sacos y, al ver el etiquetado, acababa alertando por correo electr¨®nico a la multinacional polaca Bedeko. Seg¨²n se ha confirmado esta semana, la fabricante del material que invade el litoral noroeste es una factor¨ªa de la ¨®rbita de Bedeko, Coraplast, radicada en India. La naviera responsable del transporte es Maersk y el carguero que perdi¨® seis contenedores (uno con 1.050 sacos de pellets) frente al norte de Portugal el 8 de diciembre es el Toconao, de bandera liberiana.
La primera reacci¨®n de Fresco fue llamar al 112. ¡°Aqu¨ª hay unas bolitas que se las van a comer los peces y vamos a tener un problema medioambiental¡±, recuerda que le dijo a la operadora. La mujer ¡°respondi¨® que Salvamento Mar¨ªtimo ya estaba al tanto, pero que ese d¨ªa no pod¨ªan actuar porque estaba el mar bravo¡±. Preocupado por esa ¡°aureola blanca¡± que vio alrededor de las bolas que flotaban ya dispersas de los sacos reventados por el mar, se decidi¨® a lanzar su SOS al Seprona, pero la funcionaria que le atendi¨® le despach¨® dici¨¦ndole que las competencias en Ribeira eran de la polic¨ªa.
Cuando al fin estuvo al habla con el cuerpo auton¨®mico, explica que los agentes le proporcionaron un n¨²mero al que envi¨® las fotos que hab¨ªa hecho. Fresco guarda todav¨ªa 57 im¨¢genes de los sacos que invad¨ªan el arenal. Los polic¨ªas le dijeron que ¡°abr¨ªan una investigaci¨®n¡±. Tambi¨¦n, por diferentes v¨ªas, el hostelero detalla que contact¨® con el Ayuntamiento, con un representante del Parque Natural de las dunas, con personal del GAEM (Grupo de Apoyo de Emergencias Municipal). ¡°Saqu¨¦ de la orilla unos 58 o 60 sacos de bolitas blancas que huelen como a gasolina, ?cu¨¢ndo v¨¢is a venir a recogerlos?¡±, preguntaba a unos y otros en aquella fecha el due?o del Bar Pequeno. A ¨¦l todo el mundo lo conoce.
Su local, con un pulpo como emblema, es uno de los m¨¢s c¨¦lebres del pueblo; aunque ahora le hace la competencia, pared con pared, el Bar do Porto, un viejo establecimiento comprado y resucitado hace tres a?os por el arquitecto brit¨¢nico David Chipperfield, con casa en Corrubedo. La inauguraci¨®n del Bar do Porto fue de alto copete y hasta asistieron como invitados el entonces presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, y su pareja, Eva C¨¢rdenas.
Al d¨ªa siguiente, al fin, ¡°mandaron a un chico de Servicios Sociales a cargar sacos en la espalda¡±. ¡°Acab¨¦ mandando avisos a las redes, para difundir la noticia, porque me parec¨ªa que nadie hac¨ªa nada y me desesperaba¡±, rememora. ¡°Hablando con un cliente en el bar, me acuerdo que le dije ¡®no aprendimos nada del Prestige¡¯, cuenta. ¡°Fue lo primero que me sali¨® del alma¡±. Algunos de los interlocutores de Fresco, dice, le aseguraron que estaban pendientes de que la Xunta activase el plan Camgal (Plan Territorial de Contingencias por Contaminaci¨®n Marina Accidental). Le comentaron que era lo que se esperaba ¡°para poder actuar¡±, algo que finalmente no ha sucedido hasta 2024, en la v¨ªspera de la noche Reyes.
El primer ciudadano que alert¨® de la marea de sacos de pellets pl¨¢sticos a las administraciones no comprende c¨®mo tardaron ¡°casi un mes¡± en ¡°tomarse en serio¡± el vertido e incluso ¡°dijesen que lo desconoc¨ªan¡± cuando ¨¦l advirti¨® del peligro el 13 de diciembre. ¡°Esto es un problema ambiental, no deber¨ªa haberse convertido en una bronca pol¨ªtica¡±, lamenta, ¡°quiz¨¢s todos pecaron de inocentes... creyeron que era una cosa puntual, pero aqu¨ª se ve¨ªa que era un producto contaminante¡±. ¡°Mi familia fue emigrante en Euskadi, yo ten¨ªa un t¨ªo falangista y otro republicano, yo soy apartidista y cuando me quisieron meter en la pol¨ªtica local dije que no; pero quiero que quien gobierne, gobierne bien¡±, reclama Rodrigo Fresco: ¡°Esta es una guerra pol¨ªtica absurda, en Galicia no va a condicionar el voto. Pero al final nadie va a ganar. Aqu¨ª vamos a perder todos¡±.
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