El brit¨¢nico Ken Loach inaugura la competici¨®n en el Festival de Cannes

La lucha por la Palma de Oro en el Festival de Cannes ha arrancado hoy con dos ejemplos de cine comprometido: el de Ken Loach contra las miserias de Occidente en El viento que agita la cebada y el de Lou Ye con la censura en Oriente en Palacio de verano.

Loach regresa con su nueva pel¨ªcula a una de las dos grandes l¨ªneas de su filmograf¨ªa, la de an¨¢lisis y denuncia pol¨ªtica. La cinta acomete la ambiciosa tarea de explicar el origen de uno de los conflictos que han marcado la historia europea, el de Irlanda, para lo cual se remonta a los a?os veinte del siglo pasado. Una ¨¦poca convulsa, con una revoluci¨®n irlandesa que dio paso a una guerra de independencia contra los brit¨¢nicos y luego a un conflicto fratricida, como ha recordado el director.

Loach recalca que "siempre es buen momento" para una cinta que indague por qu¨¦ comenz¨® la violencia. "Siempre hay lugares ocupados", afirma el cineasta, quien record¨® que actualmente hay "tropas brit¨¢nicas en una ocupaci¨®n ilegal en Irak" y "la gente siempre se resiste" a situaciones as¨ª. El director asume que hacer cine pol¨ªtico implica asumir riesgos, pero "hacer pel¨ªculas es un negocio arriesgado".

Sexo chino

La pel¨ªcula de Lou Ye fue duda hasta ¨²ltima hora, a la espera de que las autoridades chinas permitieran exhibir esta rara avis en el cine del gigante asi¨¢tico, profusa en escenas sexuales y que toca la sangrienta represi¨®n del movimiento pro democr¨¢tico en la plaza pequinesa de Tiananmen en 1989.

En la conferencia de prensa en la que Lou, preguntado sobre si la cinta trata la "revoluci¨®n sexual china", replic¨® escueto: "Es una historia de amor". En cuanto a Tiananmen, "parte de la historia de amor transcurr¨ªa en 1989 y era inevitable tocar el tema", se justific¨®, con una sonrisa que pod¨ªa querer decir lo contrario. "Siempre hay que negociar con la censura. A veces ceden", asegura.