La pel¨ªcula 'Indigenes' homenajea en Cannes a los h¨¦roes norteafricanos de Francia
La historia recuerda a los soldados franceses que lucharon en ?frica por su pa¨ªs durante la II Guerra Mundial
Sesenta a?os despu¨¦s de dar su vida por una metr¨®poli lejana que ni siquiera guarda su memoria, los soldados de las ex colonias norteafricanas francesas han recibido hoy el aplauso m¨¢s largo y emotivo brindado en el 59 Festival de Cannes. Tal ha sido el recibimiento de Indigenes, con la que el franc¨¦s Rachid Bouchareb ha conseguido devolver su buen nombre a los norteafricanos que lucharon por Francia en la II Guerra Mundial.
Esta pel¨ªcula b¨¦lica ha conseguido al mismo tiempo elevar hasta un nivel digno el nivel de la representaci¨®n francesa en la competici¨®n por la Palma de Oro, tras la decepci¨®n de Selon Charlie, de Nicole Garc¨ªa, y la g¨¦lida acogida a Flandres, de Bruno Dumont. Indigenes -titulada en ingl¨¦s Days of Glory- rescata del olvido al que Francia ha sumido a los "soldados ind¨ªgenas" de sus colonias norteafricanas que, sin haber puesto nunca un pie en la metr¨®poli, dieron su sangre por ella para liberarla de los nazis.
En el conflicto participaron hombres procedentes de toda ?frica y, en especial, de pa¨ªses como Argelia y Marruecos, de los cuales la pel¨ªcula sigue a cuatro de ellos y su alistamiento junto a otros 130.000 j¨®venes de las colonias para luchar por Francia. "Nunca hab¨ªa o¨ªdo hablar sobre argelinos que lucharon por Francia en la II Guerra Mundial. Los libros de estudio nunca hablan de eso", ha denunciado hoy Samy Naceri, en lo que coincidieron sus colegas Roschdy Zem, Jamel Debbouze, Sami Bouajila y Bernard Blancan, los actores de la pel¨ªcula que acompa?aron a Bouchareb en la rueda de prensa tras el pase.
Producci¨®n italiana
Hoy tambi¨¦n se ha presentado a concurso el italiano Paolo Sorrentino, con su pel¨ªcula L'amico di famiglia, con la que participa por segunda vez en Cannes. Aunque las cr¨ªticas hacen poco probable que se lleve la palma de oro, lo que s¨ª ha conseguido es sorprender, lo cual ya es mucho entre la encallecida prensa especializada de Cannes.
A caballo entre la est¨¦tica del videoclip, el surrealismo y el puro y simple absurdo, Sorrentino (N¨¢poles, 1970) suscribe una obra dif¨ªcilmente encasillable a partir de una an¨¦cdota argumental, para lograr una cinta de inmenso poder¨ªo visual. Una de esas cintas abocadas a tener pocos espectadores, pero incondicionales -lo que se llama "pel¨ªcula de culto"-, y que deja presagiar al que puede ser un muy digno heredero de David Lynch o bien un honrado realizador de videoclips y anuncios publicitarios.
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