V¨ªctimas y asesinas
Vida Yovanovich muestra en La Virreina el ostracismo de las presas mexicanas
Las reflexiones en forma de im¨¢genes sobre el abandono, el rechazo, la soledad y el paso del tiempo han marcado siempre la obra de la fot¨®grafa Vida Yovanovich. Todos esos retazos de vidas tristes y penas se los encontr¨® de sobra en las c¨¢rceles mexicanas para mujeres. El impactante trabajo que ha realizado en estas prisiones durante 10 a?os recala ahora en La Virreina-Centro de la Imagen hasta el pr¨®ximo 31 de agosto gracias a la exposici¨®n 27 a?os, 8 meses, 14 d¨ªas, t¨ªtulo que alude al mazazo de una sentencia judicial.
Yovanovich elude cualquier atisbo sensacionalista: lo ¨²nico que pretende, dice, es comprender y dar a conocer las historias de unas mujeres olvidadas, reclusas que en muchos casos son tanto v¨ªctimas como verdugos. As¨ª sucede con las presas encarceladas por matar a sus maridos despu¨¦s de sufrir durante d¨¦cadas maltratos y abusos. No todas las retratadas han cometido ese crimen. No obstante, Yovanovich no identifica a las homicidas, porque finalmente, opina, todas comparten el mismo ostracismo.
Hasta que no pudieron aguantar m¨¢s
Cerca de las fotograf¨ªas se han colgado adem¨¢s textos que recogen sus dur¨ªsimos testimonios, palabras que tambi¨¦n resuenan en la instalaci¨®n Soledades Sonoras, una de las partes de la exposici¨®n y la de m¨¢s antig¨¹edad de las que la conforman. En sus relatos, las presas rememoran las palizas que sufr¨ªan hasta que no pudieron aguantar m¨¢s y se tomaron la justicia por su mano. "En M¨¦xico, las mujeres son castigadas por la sociedad, la ley y sus familiares m¨¢s inmediatos, que las abandonan cuando entran en la c¨¢rcel", explic¨® ayer la fot¨®grafa en la presentaci¨®n de 27 a?os, 8 meses, 14 d¨ªas. "El castigo por un mismo delito es m¨¢s grande para una mujer, que para un hombre", a?adi¨®.
En el inicio de este trabajo, lo m¨¢s dif¨ªcil para la artista fue ganarse primero la confianza de las personas que las custodian y despu¨¦s, la de las mismas presas, que no entend¨ªan su inter¨¦s por ellas. En la primera prisi¨®n que entr¨®, por ejemplo, se encontr¨® con el rechazo de una reclusa que manejaba todos los trapicheos de la prisi¨®n y que cambi¨® su actitud cuando vio a la fot¨®grafa con la cara contusionada tras padecer un aparatoso tropiezo: la capo pens¨® que hab¨ªa sufrido una agresi¨®n. Las presas le empezaron a aconsejar remedios caseros para los moratones y a partir de entonces se acostumbraron a narrarle sus experiencias.
Pertenencias paup¨¦rrimas
Adem¨¢s de la instalaci¨®n, 27 a?os, 8 meses, 14 d¨ªas se compone de dos bloques bien diferenciados por el tama?o de las instant¨¢neas. Por un lado, est¨¢n las fotograf¨ªas de gran formato en las que las presas tienen todo el protagonismo, mientras que en Abismo de ausencia la artista rehuye la presencia humana para captar peque?os rincones sombr¨ªos y pertenencias paup¨¦rrimas de las reclusas, como un jarr¨®n con florecillas mustias, que reflejan el desd¨¦n social que padecen por su encierro.
"Est¨¢n pendientes del calendario para saber cu¨¢ntos meses, d¨ªas y horas les faltan de condena hasta que Dios les d¨¦ la libertad. En las c¨¢rceles, la religi¨®n tiene mucha fuerza", se?al¨® la fot¨®grafa, que espera que sus im¨¢genes tengan una utilidad a?adida, porque cree que es injusto que en las condenas no se tenga en cuenta el calvario que muchas de estas encarceladas han soportado desde ni?as. "Las c¨¢rceles ya est¨¢n todas llenas. Y no s¨®lo en M¨¦xico", remach¨® Yovanovich.
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