Retazos de arte flamenco

M¨¢s presentaci¨®n que homenaje fue la gala de anoche en la Plaza de San Francisco de la capital andaluza. Tu o¨ªdo es m¨¢s viejo que tu abuelo pretend¨ªa servir para recordar los 50 a?os de trayectoria de Manolo Sanl¨²car y homenajear al guitarrista y compositor, fundamental en estos a?os por ambas facetas creativas. La mayor parte del programa, de hecho, eran composiciones suyas. Sin embargo, Sanl¨²car termin¨® siendo un elemento m¨¢s en el escenario y no por su toque, que fue tan brillante como siempre, sino por la cantidad de momentos que se sucedieron en escena. A pesar de esto, Sanl¨²car brill¨® desde que sali¨®, el p¨²blico le arrop¨® con sus aplausos. El espect¨¢culo sirvi¨®, eso s¨ª, como pistoletazo de salida de la Bienal de Sevilla. A trav¨¦s de los artistas que pisaron las tablas, la Bienal mostr¨® unas pinceladas de lo que ser¨¢ el acontecimiento flamenco por antonomasia durante el pr¨®ximo mes.

La noche comenz¨® pronto. El p¨²blico, local y for¨¢neo, hizo cola y esper¨® pacientemente desde dos horas antes para conseguir uno de los 2.600 asientos que el Ayuntamiento hab¨ªa dispuesto para el acontecimiento. El alcalde, Alfredo S¨¢nchez Monteseir¨ªn, hab¨ªa pedido al p¨²blico en la presentaci¨®n del espect¨¢culo que estuviese a la altura del espect¨¢culo que iban a ver, pero como era de esperar, anoche hubo de todo. Turistas equipados con c¨¢maras de fotos que no dejaron de retratar el instante, madres con ni?os peque?os que llevaban el bocadillo en el bolso y admiradores de los artistas que marcaban el comp¨¢s con los pies y jaleaban a sus ¨ªdolos.

Fue un espect¨¢culo sin presentaci¨®n, sin la presencia del alcalde, con la delegada de Cultura, Maribel Monta?o, el director de la Bienal de Flamenco, Domingo Gonz¨¢lez, y el director de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, Francisco Perujo, por discretas autoridades. Hubo mucho flamenco en el escenario, presentado como escenas que el coro Misterios de las voces b¨²lgaras, un grupo de alrededor de 20 mujeres ataviadas con sus trajes tradicionales, hilvan¨® sin que se entendiera bien la conexi¨®n con todo lo dem¨¢s que pasaba en el escenario.

No estuvo aprovechada la presencia de la Orquesta Joven de Andaluc¨ªa, que acompa?¨® a Sanl¨²car en varios fragmentos de obras suyas como Oraci¨®n o Tercio de varas, de Tauromagia con una interpretaci¨®n precisa, bella, que llen¨® el ambiente de magia. Magia que se hizo baile, adem¨¢s, con las intervenciones de Cristina Hoyos e Israel Galv¨¢n. La primera mostr¨® un baile pausado, concentrado en el braceo, flamenco como siempre y cargado de tensi¨®n, elegante. Galv¨¢n compuso una pieza de estampas taurinas, de movimientos precisos, arrancando el fervor del p¨²blico.

Las buler¨ªas del cuadro jerezano quisieron poner la fiesta demasiado pronto. Y lo lograron. Hasta los m¨²sicos de la Orquesta quisieron marcar el comp¨¢s con los pies, acompa?ando en silencio a los de Jerez. Luis el Zambo arranc¨® avisando desde el ayeo. Voz profunda, a veces m¨¢s r¨ªtmica, a veces alargando y paladeando el cante, jugando con el eco ronco de su paisano, Fernando de la Morena, que tocaba los palillos y saltaba de la silla y jugando tambi¨¦n con la guitarra de Mora¨ªto, que disfrut¨® con el toque e hizo disfrutar a los presentes con sus notas y su pata¨ªta temprana, que empez¨® a calentar al p¨²blico que pronto volvi¨® a enfriarse por la falta de continuidad.

Antes de exhibir su arte por alegr¨ªas, Arc¨¢ngel sigui¨® atento el baile por soleares de Juan de Juan, que bail¨® apasionado, masculino, a comp¨¢s, descargando su furia en los pies, arranc¨¢ndose la chaqueta y despertando los aplausos. Detr¨¢s llegar¨ªa el momento de Arc¨¢ngel, que por alegr¨ªas volvi¨® a despertar el lado m¨¢s flamenco del p¨²blico. Susurrante, Arc¨¢ngel comenz¨® contenido y fue creciendo su intensidad exhibiendo su voz, disfrutando y haciendo disfrutar.

El cierre fue un sobrio martinete interpretado por Jos¨¦ Valencia, solo en el escenario. Un broche quiz¨¢s demasiado ¨ªntimo, que arranc¨® los aplausos del p¨²blico pero dej¨® con ganas de m¨¢s.