Farruquito recupera su corona
El bailaor presenta en Sevilla, ante un p¨²blico entregado, su espect¨¢culo 'Puro'
"A pedirte perd¨®n vengo, espero que te quepa la palabra". Con estos versos comenz¨® el espect¨¢culo. En la boca de Manuel Molina, guitarrista y amigo, que actu¨® de maestro de ceremonias de Puro, presentado anoche ante el p¨²blico sevillano en el marco de la Bienal de Flamenco. Las cerca de 3.000 personas que llenaron las gradas se entregaron al baile de Juan Manuel Fern¨¢ndez Montoya, Farruquito, aplaudiendo cada gesto, poni¨¦ndose en pie en los momentos de mayor emoci¨®n de su baile. ?l respondi¨® con creces. Bail¨® contento y en¨¦rgico por alegr¨ªas y por tangos, bail¨® serio, contenido y solemne en la sole¨¢ y la seguiriya, lo dio todo en un espect¨¢culo honesto en el que ¨¦l fue el ¨²nico protagonista.
Puro, el reencuentro con Sevilla |
Letras, coreograf¨ªas, m¨²sica, todo estaba pensado por Farruquito. La puesta en escena era sencilla, los m¨²sicos al fondo (Farruquito quiso incorporar por primera vez el piano de Pablo Rub¨¦n Maldonado y el viol¨ªn de Bernardo Parrilla) y los cantaores, hasta siete (Jos¨¦ Amador, Antonio Z¨²?iga, Pedro el Grana¨ªno, El Rubio de Pruna, La Tana, Encarnita Anillo y Mar¨ªa Viz¨¢rraga) se iban moviendo por el escenario en los distintos momentos del baile, cant¨¢ndole al protagonista, ellas los cantes m¨¢s festeros, ellos los m¨¢s solemnes. Las tres cantaoras estuvieron soberbias, tres voces de raza, susurrante Encarnita Anillo, con fuerza y subidas imposibles sus compa?eras, con un cante cargado de intensidad y de interpretaci¨®n, que en los tangos se lleg¨® a convertir en movimiento. Y ¨¦l disfrutaba con ellos. "A m¨ª casi me gusta m¨¢s el cante que el baile", hab¨ªa dicho en la presentaci¨®n de Puro el d¨ªa anterior.
Tres pantallas gigantes en las que se alternaba la proyecci¨®n de lo que ocurr¨ªa en el escenario con im¨¢genes del protagonista en sus ensayos con los m¨²sicos fueron el alarde t¨¦cnico del espect¨¢culo, que tuvo muchos problemas de sonido. El momento m¨¢s emotivo, probablemente, antes de comenzar a bailar por alegr¨ªas, con las im¨¢genes del bailaor con sus hermanos m¨¢s peque?os, Manuel el Carpeta y Alegr¨ªa, en la playa, marc¨¢ndose unos pasitos que luego, ya sobre las tablas, pondr¨ªan el cierre a la noche, por buler¨ªas. Farruquito estuvo arropado tambi¨¦n por Manuel Molina, que cant¨® y toc¨® su guitarra, y que adem¨¢s de los versos del bailaor le quiso cantar a Triana y a Sevilla ("a ver qu¨¦ r¨ªo tiene mejores orillas", dec¨ªa), arrancando fuertes aplausos.
Grana, albero, blanco y negro fueron los colores elegidos por el bailaor para su vestuario, dise?ado por Vitorio & Lucchino, presentes entre el p¨²blico. De grana arranc¨® por abandonaos, bailando con fuerza, con alegr¨ªa, cargado de energ¨ªa, inundando el escenario con sus movimientos, descargando toda la furia en sus pies, dejando claro lo que pensaba ofrecer en su reencuentro con su ciudad. La sole¨¢ y la seguiya fueron contenidas, solemnes, Farruquito las quiso saborear con movimientos firmes. El gesto, el porte, todo flamenco, arrancando los ol¨¦s continuos del p¨²blico que le gritaba "?guapo! ?Pr¨ªncipe!"
Un derroche de baile y emoci¨®n que Farruquito quiso cerrar con los m¨¢s peque?os de la familia y dedicar a su abuelo Farruco y a su padre Juan Fern¨¢ndez Flores. Todos de blanco hicieron un cierre por buler¨ªas que puso un broche de oro para una noche en la que Farruquito volvi¨® a reinar.
Babelia
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