"?Viva Madrid de la Frontera!"
Los Delinq¨¹entes cierran un Metrorock en una edici¨®n con nueva sede y gran ¨¦xito de p¨²blico
Despu¨¦s de las casi tres horas de concierto de Calamaro, con pitadas de p¨²blico incluida, rega?o del cantante, que quer¨ªa cantar tangos a pesar de sus seguidores y la colaboraci¨®n de Jaime Urrutia en Te quiero, salieron al escenario Los Delinq¨¹entes, cargados de su buen humor y con un santo en andas incluido. Con un en¨¦rgico "?Viva Madrid de la Frontera!" del cantante, Marcos El Canijo, comenz¨® a calentar un ambiente que los conciertos anteriores hab¨ªan dejado con ganas de m¨¢s. Era tarde, pero el p¨²blico no quer¨ªa irse del Metrorock. La nueva ubicaci¨®n del festival, que este a?o se ha celebrado en el complejo deportivo Cantarranas de la Universidad Complutense de Madrid, ha resultado un ¨¦xito de p¨²blico, con unos 15.000 asistentes.
El concierto empez¨® puntual, igual que todos los dem¨¢s, y ofreci¨® un recorrido por los mayores ¨¦xitos de los tres trabajos discogr¨¢ficos de los jerezanos. No llevamos na, Pirata del Estrecho, Ya nadie te quiere, El aire de la calle, A la luz del Lorenzo, e incluso Mortadelo y Filem¨®n, canci¨®n escrita para la banda sonora de la ¨²ltima pel¨ªcula basada en el c¨®mic y que formar¨¢ parte de su nuevo trabajo, Bienvenido a la ¨¦poca iconoclasta. No falt¨® tampoco la dedicatoria a Miguel, primer cantante de la banda fallecido hace unos a?os. El p¨²blico lo cant¨® todo, hasta los temas nuevos que presentaron en el concierto y que forman parte de un ¨¢lbum que el grupo de Diego el Rat¨®n y Marcos el Canijo ultiman en estos d¨ªas.
Los m¨²sicos se hab¨ªan hecho acompa?ar en el escenario por un grupo de palmeros que les dio un aire m¨¢s flamenco a las canciones, y por David de la Chica, que ya ha trabajado con ellos anteriormente, como segundo vocalista, aunque se ech¨® de menos alguna de las colaboraciones de otros artistas en sus ¨¦xitos, como Bebe o Diego Carrasco. Los invitados, en cualquier caso, salieron al final. El cantante Tomasito, el actor Guillermo Toledo y los m¨²sicos del T¨ªo Calambres, uno de los primeros grupos en actuar en el festival de ayer, se marcaron unos pasos por buler¨ªas para cerrar una velada que nadie quer¨ªa terminar.
Gui¨®n cumplido
"La ¨²ltima fiesta del verano", calificada as¨ª unos d¨ªas antes por uno de sus directores, Roberto Azor¨ªn, comenz¨® temprano. El primer grupo, Ragdog, comenz¨® a tocar a las cinco de la tarde, y tanto ellos como todos los que le siguieron lo dieron todo en el escenario enlazando canciones y sin poder salirse mucho del gui¨®n para dar una buena actuaci¨®n sin salirse de los tiempos marcados por la organizaci¨®n. Le siguieron el T¨ªo Calambres y el primer momento ¨¢lgido del festival, la actuaci¨®n de Elbicho.
Los chicos de Miguel Campello lo dieron todo en setenta minutos, y se quejaron al dejar el escenario de no poder hacer ni siquiera un bis. "Casi no nos dejan ni saludar a los colegas", se justificaba en un ¨²ltimo gesto de agradecimiento. Frente a ¨¦l, un p¨²blico variopinto y muy entregado que ped¨ªa, sin ¨¦xito, otra canci¨®n, despu¨¦s de haber disfrutado Letras, uno de los momentos m¨¢s m¨¢gicos, y sin duda el m¨¢s ¨ªntimo, del concierto del grupo.
Eso s¨ª, el l¨ªder del grupo agradec¨ªa la hora que le hab¨ªa tocado de concierto. "Qu¨¦ bien que sale el sol, as¨ª nos vemos todos las caras", bromeaba en medio de las letras que cantaba. Un concierto intenso en el que estuvieron las canciones m¨¢s conocidas de la banda, Mam¨¢ Dolores, Locura, Los rockipankis y una excelente Condena, del ¨²ltimo trabajo del grupo, VII, todas interpretadas con la calidad que suelen ofrecer estos m¨²sicos pero sin espacio para las improvisaciones y variaciones que les caracteriza y que ellos suelen disfrutar. Apenas unos gui?os entre el guitarrista, V¨ªctor Iniesta, y el teclista, Mario D¨ªaz, o incluso con el bajista, Carlos Tato, y poco m¨¢s.
Algunos problemas iniciales con el sonido no restaron intensidad a la velada, en la que los m¨²sicos quisieron hacer algunos gui?os a su p¨²blico con un juego de palmas posado que recordaba a sus admirados Carmen. Una fiesta intensa, pero corta, que dej¨® a los numerosos asistentes con la sensaci¨®n de un coitus interruptus.
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