Licencia para errar
La nueva pel¨ªcula de James Bond es un taquillazo con grandes errores de producci¨®n
La ¨²ltima entrega de James Bond, Quantum of Solace, "mezcla y agita" ideas no del todo congruentes, desde reacciones qu¨ªmicas imposibles a errores de montaje, que ya han sido se?alados por los m¨¢s minuciosos diez d¨ªas despu¨¦s de su estreno mundial.
Como se dec¨ªa en el desenlace de Con faldas y a lo loco, nadie es perfecto. Ni siquiera el agente secreto m¨¢s famoso de todos los tiempos, 007, que, revitalizado por Daniel Craig desde el ¨¦xito de Casino Royale (2006), vuelve ahora "al servicio de su Majestad" cometiendo errores que, aunque no ponen en peligro el resultado de su misi¨®n, s¨ª han sido apuntados por la p¨¢gina web www.moviemistakes.com.
Entre los millones de espectadores que ya la han visto desde su estreno -que se han traducido en 322 millones de d¨®lares recaudados en la taquilla internacional- los que tuvieran conocimientos de qu¨ªmica, por ejemplo, se dar¨ªan cuenta de que una explosi¨®n de combustible hidr¨®geno como la que sucede en la pel¨ªcula, aunque violenta, produce unas llamas casi invisibles para el ojo humano y no las rodadas por Marc Forster.
En este caso, se puede poner en duda la causa del error entre una cuesti¨®n de falta de documentaci¨®n o de concesi¨®n en pos de la espectacularidad, algo que no sucede cuando, en una de las persecuciones en coche -elemento cl¨¢sico en toda la saga-, se ve en una carretera en Italia, con matr¨ªcula de ese pa¨ªs, un Vauxhall Corsa.
Como los amantes de los coches sabr¨¢n, Vauxhall es la filial brit¨¢nica de General Motors, por lo que, si hubieran sido rigurosos los encargados de la producci¨®n, tendr¨ªan que haber utilizado, aunque fuera de fondo, un Opel, que es la marca que se comercializa en Europa continental.
M¨¢s obvias son las razones por las que, en la persecuci¨®n en el tejado entre Bond y Mitchell -interpretado por Glenn Foster-, se puede observar c¨®mo la flexibilidad y comodidad con la que ambos corren y saltan es posible gracias a unas zapatillas de deporte negras y no a los zapatos de etiqueta que se hab¨ªan visto antes.
Adem¨¢s, en la conversaci¨®n que 007 tiene con otro de los personajes, Mathis -encarnado por Giancarlo Giannini-, en una casa de campo italiana, el reloj de ¨¦ste cambia de la mesa a la mu?eca sin aparente justificaci¨®n. Por ¨²ltimo, y aunque toda aventura de James Bond antepone el espect¨¢culo cinematogr¨¢fico a la sensaci¨®n de realidad, en Quantum of Solace esto se hace m¨¢s evidente cuando, en la escena en la que Daniel Craig vuela en un avi¨®n antiguo, en uno de los planos puede observarse la c¨¢mara utilizada para filmar el contraplano.
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