La Chispa cuenta la vida de Camar¨®n
La viuda del 'cantaor' presenta la biograf¨ªa oficial del fallecido mito del flamenco
16 a?os despu¨¦s de la muerte de Camar¨®n de la Isla, su viuda, Dolores Montoya, ha abierto el desv¨¢n en el que guard¨® todos sus recuerdos y ha repasado la vida del genial cantaor para dar forma a La Chispa de Camar¨®n, una biograf¨ªa que recoge tambi¨¦n las fotograf¨ªas del ¨¢lbum familiar. Alfonso Rodr¨ªguez, reportero que ha crecido en San Fernando en el mismo barrio gaditano de la familia de Camar¨®n de la Isla, es el autor de este libro, la primera biograf¨ªa autorizada del cantaor, y quien ha convencido a Dolores Montoya, La Chispa, para que cuente de su propia voz el lado m¨¢s cercano del cantaor.
"Me cost¨® dos a?os convencerla. Creo que le convenci¨® la confianza, me ve¨ªa cercano", cuenta Alfonso Rodr¨ªguez, en una entrevista. Para La Chispa, cuenta el periodista, el proceso ha supuesto "llorar mucho" porque, por primera vez, entraba en el desv¨¢n en el que al morir Camar¨®n, el 2 de julio de 1992, guard¨® empaquetados todos sus recuerdos, sus fotos, sus guitarras -las ten¨ªa hasta del 1800-, ropas y hasta notas, para comenzar a desentra?ar sus recuerdos.
Camar¨®n "jam¨¢s se sinti¨® una persona especial", cuenta en el libro la viuda, que confiesa que "el dolor sigue latente" y que, para ella, cada d¨ªa es "un d¨ªa menos sin Jos¨¦ y uno m¨¢s con Camar¨®n". A trav¨¦s de los recuerdos de su viuda, Alfonso Rodr¨ªguez cuenta la historia de Camar¨®n, en un relato que se inicia con sus abuelos y que acaba con su muerte, a causa de un c¨¢ncer de pulm¨®n, en un hospital de Badalona y con la nota manuscrita que fue encontrada en su habitaci¨®n en la que el artista se despide de "j¨®venes y mayores" con un consejo.
"Dense cuenta que estamo viviendo una vida mundiana que no merese la pena vivir. Porque es mui bonita la vida y tu ties que fortalecerte y tener clonpleta fes en Dios y en ustedes mismo. Con simpat¨ªa y cari?o. De este que lla es libre. Camar¨®n" [sic].
La Chispa es el "hilo conductor" de una biograf¨ªa en la que tambi¨¦n dan sus testimonios y recuerdos personas cercanas al cantaor: Raimundo Amador, Lolita Flores, Pansequito y, entre ellos, Marcelo Camus, un psiquiatra afincado en Sevilla pionero en Espa?a en tratar adicciones y al que La Chispa acudi¨® cuando le alertaron del problema con las drogas de su marido.
"Qu¨¦ pena, que un alma tan pura, tan libre, se viera preso por esa maldita basura... La mayor¨ªa de la gente que conviv¨ªa con Camar¨®n hac¨ªa lo mismo. Casi todos mojaron en la salsa", cuenta la viuda, que a principios de los ochenta llev¨® al cantaor a la consulta de Camus. "Llegaron a la sala de espera y, al rato, Camar¨®n se march¨®. Dolores entr¨® en mi despacho y me explic¨® que su marido se hab¨ªa ido porque desde peque?ito le ten¨ªa mucho miedo a las agujas y cre¨ªa que ¨ªbamos a curarlo a base de pinchazos", recuerda el psiquiatra, al que La Chispa pidi¨® que se fuera a vivir a su casa para tratar a su marido.
"Me recibi¨® un hombre que me parti¨® los esquemas. Yo cre¨ªa que ser¨ªa un endiosado, pero estaba equivocado, era todo lo contrario", explica para afirmar despu¨¦s que la ¨²nica adicci¨®n real del cantaor fue el tabaco.
La Chispa revela an¨¦cdotas como la que ocurri¨® en el verano de 1990 cuando su representante le llam¨® para decirle que Mick Jagger actuaba en Madrid y que, a cambio de cinco millones de pesetas, quer¨ªa que Camar¨®n cantara en una fiesta privada que iba a organizar. "Contest¨® que no, que esos gach¨¦s no sab¨ªan de flamenco" y semanas despu¨¦s cantaba gratis en un festival para recaudar fondos para ayudar a un guitarrista. Este es uno de los muchos detalles de ahora, con este libro que edita Espasa, engrosan la leyenda de Camar¨®n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.