El tesoro literario que Madrid se dej¨® arrebatar
Sevilla aprovecha la desidia de las autoridades de la regi¨®n para hacerse con el cuantioso legado de Cansinos Assens
Muri¨® sin conocer el mar y apenas dej¨® Madrid para visitar Toledo durante los 81 a?os que dur¨® su vida. Rafael Cansinos Assens, creador de obras fundamentales como traductor, ensayista, novelista y poeta, fue un hijo adoptivo de la capital, en cuya Puerta del Sol se cobij¨® desde los 15 a?os, cuando abandon¨® su Sevilla natal (naci¨® all¨ª en 1882). Tabicado durante el franquismo, Cansinos Assens goz¨®, sin embargo, del reconocimiento afectivo e intelectual de sus colegas, con los que intercambi¨® una profusa correspondencia conservada a buen resguardo en el enorme archivo que lleva su nombre. Un legado de incalculable valor literario, que incluye el di¨¢logo epistolar in¨¦dito con el argentino Jorge Luis Borges -se conocieron en 1920- y que la Comunidad de Madrid dej¨® ir por obra o indiferencia de la maquinaria burocr¨¢tica. Sobre la desgana de los madrile?os oper¨® el entusiasmo de los sevillanos, que se han puesto a trabajar para trasladar a su ciudad el tesoro que perteneci¨® al autor de La novela de un literato.
"El afecto de Borges me sirvi¨® para valorar la obra (de Cansinos Assens) en un momento en el que Espa?a lo trataba como un escritor menor"
El desamparo persigui¨® al escritor, que tuvo la mala suerte de coexistir con la dictadura
Rafael Cansinos, hijo del escritor y heredero universal de su obra, explica que el ofrecimiento del Ayuntamiento de Sevilla obedece al desinter¨¦s de la Comunidad de Madrid, que, seg¨²n afirma, mantiene pendiente desde 2005 una petici¨®n para declarar Bien de Inter¨¦s Cultural al Archivo Rafael Cansinos Assens (ARCA). Ese tr¨¢mite es un requisito indispensable para constituir la fundaci¨®n que gestionar¨¢ la divulgaci¨®n de un legado a¨²n inexplorado en su conjunto. Adem¨¢s del epistolario de 5.000 cartas, el acervo incluye una porci¨®n de la biblioteca, dos centenares de manuscritos y objetos de propiedad de quien tradujo al espa?ol las novelas del ruso Fi¨®dor Dostoyevski, informa Efe.
El administrador del archivo confiesa que Madrid era la sede natural del ARCA. "Mi padre nunca sal¨ªa del c¨ªrculo que forman la Cibeles, Atocha y Sol: ese fue su escenario vital", precisa con pesar. Cansinos, de 50 a?os, asegura que agot¨® todas las instancias burocr¨¢ticas sin lograr sonsacar una respuesta ("ni siquiera informaci¨®n sobre el estado del tr¨¢mite") a la Direcci¨®n General de Archivos y Bibliotecas de la Comunidad. "En 2007 me dirig¨ª a la presidenta Esperanza Aguirre; me consta que se interes¨® por el asunto, pero tampoco conseguimos resultados", recuerda.
A la sombra de la frialdad de las autoridades madrile?as creci¨® la indignaci¨®n del encargado de velar por el ARCA. El relato de las peripecias y frustraciones vinculadas al archivo, publicado recientemente en El Correo de Andaluc¨ªa, provoc¨® una reacci¨®n casi refleja de la delegada municipal de Cultura de Sevilla, Maribel Monta?o. Sin dilaciones, Monta?o se puso en contacto para organizar la mudanza, un acuerdo -que las partes a¨²n deben formalizar por escrito- que incluye sede, presupuesto, y la implicaci¨®n del Ayuntamiento y de la Junta de Andaluc¨ªa en el patronato de la fundaci¨®n.
Larga indiferencia
El desamparo persigui¨® a Cansinos Assens, que tuvo la mala suerte de coexistir con la dictadura. Una convivencia dolorosa y de efectos duraderos que el escritor Jorge Campos rese?¨® en 1977, en un comentario publicado en El Pa¨ªs: "Pocos casos habr¨¢ m¨¢s terriblemente ejemplares que el suyo. Su olvido, en vida, super¨® al de cualquier otro caso aqu¨ª. Ello habla de la fuerza del silencio, de las proscripciones ocultas tras una pol¨ªtica cultural con supuestas osad¨ªas liberales y de la realidad de un exilio interior que ni siquiera pod¨ªa proclamar su existencia".
La atenci¨®n que le prodig¨® Borges, extranjero de prestigio literario indiscutible en la d¨¦cada de 1960, impidi¨® que el pulso del traductor, que lider¨® el movimiento ultra¨ªsta, se detuviese sin dejar rescoldos. Campos lo explica: "Sin duda, lo que pesa en el recuerdo de Borges es el magisterio y el gran impulso que dio Cansinos a los poetas j¨®venes de los a?os veinte desde los divanes del Caf¨¦ Colonial y las columnas de la revista Cervantes".
El respeto del creador de El Aleph permiti¨® a Rafael Cansinos dimensionar el gran tama?o de la producci¨®n de su padre: "Borges sent¨ªa por ¨¦l una admiraci¨®n sincera, afecto que me sirvi¨® para valorar su obra en un momento en el que Espa?a lo trataba como un escritor menor". Larga indiferencia que parece concluir con la determinaci¨®n andaluza. El depositario del legado est¨¢ triste por la oportunidad que perdi¨® Madrid ("un marem¨¢gnum donde todo se diluye", matiza) y a la vez contento por las perspectivas que supone el inter¨¦s de Sevilla para la conservaci¨®n digna de la herencia del literato que, pese a las m¨¢s de seis d¨¦cadas dedicadas a horadar la calle de Alcal¨¢, nunca perdi¨® el inequ¨ªvoco acento del sur.
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