Ismail Kadar¨¦, Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras
El autor alban¨¦s se ha impuesto a Cees Noteboom, Antonio Tabucchi, Ian McEwan y Milan Kundera
El escritor alban¨¦s Ismail Kadar¨¦ (Gjirokaster, 1936) acaba de obtener el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras. El autor de El palacio de los sue?os se impuso al holand¨¦s Cees Noteboom, el italiano Antonio Tabucchi, el brit¨¢nico Ian McEwan y el checo Milan Kundera. El jurado concede a Kadar¨¦ este galard¨®n, dotado con 50.000 euros y la reproducci¨®n de una estatuilla de Joan Mir¨®, "por la belleza y el hondo compromiso de su creaci¨®n literaria".
"Isma¨ªl Kadar¨¦ narra con lenguaje cotidiano, pero lleno de lirismo, la tragedia de su tierra, campo de continuas batallas. Dando vida a los viejos mitos con palabras nuevas, expresa toda la pesadumbre y la carga dram¨¢tica de la conciencia. Su compromiso hunde las ra¨ªces en la gran tradici¨®n literaria del mundo hel¨¦nico, que proyecta en el escenario contempor¨¢neo como denuncia de cualquier forma de totalitarismo y en defensa de la raz¨®n", se?ala el acta del jurado.
Kadar¨¦ es, sin duda, el alban¨¦s m¨¢s famoso del siglo XX, un t¨ªtulo que durante a?os le disput¨® Enver Hoxha, el dictador con pretensiones literarias que, a partir de la ruptura con Mosc¨² en 1960, convirti¨® su pa¨ªs en la kafkiana reserva material de la esencias estalinistas. Aquella ruptura pill¨® a Kadar¨¦ estudiando literatura universal en el Instituto Gorky de Mosc¨². De regreso a Tirana, el narrador se volc¨® en la escritura de su primera novela, El general del ej¨¦rcito muerto, publicada en 1963 y convertida 20 a?os m¨¢s tarde en una pel¨ªcula dirigida por Luciano Tovoli y protagonizada por Marcello Mastroiani. No en vano, la obra narra la historia de dos militares italianos que intentan devolver a su patria los restos de soldados muertos y enterrados en Albania durante la Segunda Guerra Mundial.
Kadar¨¦ hab¨ªa vivido con nueve a?os la ocupaci¨®n alemana de su pa¨ªs (tema al que dedic¨® Noviembre de una capital), pero fue la dictadura comunista la verdadera piedra de toque de su obra. En sus propias palabras, "la dictadura y la verdadera literatura s¨®lo pueden cohabitar de una forma: devor¨¢ndose d¨ªa y noche una a otra". En la novela El palacio de los sue?os, publicada en 1981 y considerada por muchos como su obra maestra, denunci¨® el r¨¦gimen burocr¨¢tico y autoritario de Albania. Con todo, ¨¦l nunca se ha considerado un autor pol¨ªtico. Y se dir¨ªa que durante a?os la dictadura de Hoxha, tampoco.
Aunque, en sus propias palabras, su fama en el exterior le sirvi¨® como escudo salvavidas en el interior, su solicitud de asilo pol¨ªtico en Francia en octubre de 1990 -un a?o despu¨¦s de la ca¨ªda del Muro de Berl¨ªn- origin¨® una conmoci¨®n en su pa¨ªs por m¨¢s que las autoridades calificaran el hecho como el "acto privado de un particular". Seg¨²n las cr¨®nicas del d¨ªa, nada m¨¢s llegar por los teletipos la noticia a Tirana, sus libros fueron retirados de las librer¨ªas donde ocupaban un puesto de honor en los escaparates s¨®lo disputado, de nuevo, por las obras completas, en 80 vol¨²menes, del gran timonel Hoxha .
Instalado en Par¨ªs, Kadar¨¦ asisti¨® al derrumbe hom¨¦rico de un r¨¦gimen cuya ruina convirti¨® los Balcanes en un volc¨¢n que, dormido durante a?os, entr¨® finalmente en erupci¨®n. Autor de obras comos La hija de Agamen¨®n y Esquilo. El gran perdedor, el autor alban¨¦s ha demostrado con la ayuda de los cl¨¢sicos griegos -los vecinos balc¨¢nicos m¨¢s ilustres- la vigencia de un mundo marcado por la guerra y el drama de la libertad.
"Homero", ha dicho, "fue el primer autor que se ocup¨® de dar cuenta del horror de un conflicto que enfrenta a su propio pa¨ªs con otro. Y lo hizo con una imparcialidad absoluta. Fue ¨¦se su mayor logro y lo que convierte sus obras en textos radicalmente modernos. Su libertad, su independencia a la hora de dar cuenta del drama. En realidad, Homero sigue siendo para muchos un autor incomprensible porque la suya no es la l¨®gica que sirvi¨® despu¨¦s para tratar de las guerras, la l¨®gica de la victoria y de la derrota. Lo que ¨¦l cont¨® estaba m¨¢s all¨¢ de todo eso, no le importaba tanto la victoria total, ni la derrota total".
Las contradicciones del capitalismo
Firme defensor de la intervenci¨®n militar de Occidente contra los serbios de Kosovo , Kadar¨¦ se ha empe?ado tambi¨¦n en iluminar las contradicciones de la instalaci¨®n del capitalismo en su pa¨ªs, un asunto al que dedic¨® Fr¨ªas flores de marzo, una ¨¢cida visi¨®n del vac¨ªo moral que lleg¨® de la mano de la transici¨®n. "Me siento decepcionado", declar¨® en una entrevista, "pero no como el resto del mundo. Porque no me esperaba algo tan maravilloso como la gente, por lo general, se esperaba. Los pobres han tenido una desilusi¨®n total porque, cuando la libertad es un sue?o, es muy bella, muy hermosa. Mientras que todo el mundo sabe que la realidad poscomunista no era tan hermosa como se pensaba. La gente se ha vuelto m¨¢s realista, se puede decir que el periodo de desilusi¨®n ya ha pasado. Ha comprendido que es necesario trabajar para construir la vida, no basta con tener la libertad. Es una m¨¢quina en ocasiones muy dif¨ªcil de mantener".
Candidato varias veces al Premio Nobel, Kadar¨¦ recibi¨® en 2005 el primer Premio Booker Internacional, el m¨¢s prestigioso del mundo anglosaj¨®n, imponi¨¦ndose a autores como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o G¨¹nter Grass. En Espa?a, donde publica fundamentalmente en editoriales como Alianza y Siruela, su nombre va inseparablemente unido al de Ram¨®n S¨¢nchez Lizarralde, su traductor, que en 1993 obtuvo el Premio Nacional de Traducci¨®n por la versi¨®n de una obra suya: El concierto.
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