Una huella dactilar permite atribuir un cuadro a Da Vinci

La huella dactilar descubierta en la esquina de un cuadro que se cre¨ªa obra de un artista alem¨¢n del siglo XIX parece confirmar que se trata de una tela de Leonardo da Vinci, informa la revista Antiques Trade Gazette. El cuadro, de 33 por 23 cent¨ªmetros, se vendi¨® en 1998 en una subasta en Nueva York por 19.000 d¨®lares (unos 12.800 euros), pero si su nueva atribuci¨®n es cierta, podr¨ªa alcanzar ahora los 150 millones de d¨®lares (unos 101,5 millones de euros), seg¨²n los expertos.

La dataci¨®n con el m¨¦todo del carbono y los an¨¢lisis con rayos infrarrojos de la t¨¦cnica del artista permiten llegar tambi¨¦n a esa conclusi¨®n, pero el dato que parece determinante es ese fragmento de huella dactilar captada por una c¨¢mara multiespectral de la empresa Lumi¨¨re Technology. Seg¨²n Peter Paul Biro, un experto forense en arte de Canad¨¢, la huella dactilar corresponde a la punta del dedo ¨ªndice o coraz¨®n y es "muy comparble" a la encontrada en un San Jer¨®nimo del pintor renacentista italiano que se conserva en el Vaticano. Martin Kemp, profesor em¨¦rito de Historia del Arte de la Universidad de Oxford, est¨¢ convencido, seg¨²n informa el diario The Times, de que se trata de una obra de Da Vinci y acaba de terminar un libro (no publicado a¨²n) sobre el hallazgo. Su primera reacci¨®n fue de incredulidad, pero poco a poco vio c¨®mo se recompon¨ªan las figuras del rompecabezas.

La obra en cuesti¨®n se subast¨® con el t¨ªtulo de Joven de Perfil con Vestido del Renacimiento, pero Kemp la ha rebautizado como La Bella Principessa" tras identificarla, "por un proceso de eliminaci¨®n", con Bianca Sforza, hija de Ludovico Sforza (1452-1508), duque de Mil¨¢n, y de su amante Bernardina de Corradis. Si es realmente de Leonardo, como sospechan Kemp, ser¨ªa la ¨²nica obra de Leonardo sobre pergamino aunque, seg¨²n ese experto, el pintor renacentista pregunt¨® en 1494 al artista franc¨¦s Jean Perr¨¦al acerca de la t¨¦cnica del uso de tizas de colores sobre pergamino.

El cuadro lo compr¨® en 1998 una marchante neoyorquina llamada Kate Ganza, que lo vendi¨® por la misma suma de dinero al experto Preter Silverman en 2007 en la creencia de que era una obra "de un artista alem¨¢n que hab¨ªa estudiado en Italia, donde se hab¨ªa familiarizado con la obra de Leonardo". Cuando Silverman lo vio, sinti¨® "p¨¢lpitos" porque pens¨® que podr¨ªa ser obra de un artista florentino e incluso del propio Da Vinci. Los an¨¢lisis efectuados con la t¨¦cnica del carbono-14 permiten datar el pergamino de entre 1440 y 1650 y los an¨¢lisis con rayos infrarrojos revelan paralelismos con otras obras de Leonardo.