Las preguntas del pasado
El II Encuentro Internacional de Centros de Memoria Hist¨®rica muestra en Salamanca el arte creado por supervivientes de Mauthausen
Algo min¨²sculo causa un gran escalofr¨ªo a la entrada de la sala Santo Domingo de la Cruz, en Salamanca. Es un fragmento diminuto de la alambrada que cerc¨® el espanto may¨²sculo de Mauthausen. All¨ª acabaron 7.300 espa?oles republicanos, que primero perdieron la guerra en Espa?a y luego el combate contra el nazismo en Francia. Cuando el campo fue liberado el 5 de mayo de 1945, apenas segu¨ªan vivos unos 2.000. El hambre, la enfermedad y la extenuaci¨®n por el trabajo en una cantera hicieron a menudo la labor que el asesinato planificado dej¨® pendiente. Ramiro Santiesteban fue uno de los que vivi¨® para contarlo. Hoy acudi¨® a Salamanca para inaugurar la exposici¨®n "Supervivencia, testimonio y arte. Espa?oles en los campos nazis" con un bagaje humilde en el bolsillo. Entrecortado por la emoci¨®n, dijo que sus ¨²nicos m¨¦ritos hab¨ªan sido ser m¨¢s joven y gozar de mejor salud que los fallecidos.
Santiesteban ha sido el ¨²ltimo presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Deportados e Internados Pol¨ªticos, que fund¨® en Toulouse (Francia) en 1945 el socialista Francisco Largo Caballero. La entidad don¨® sus fondos al Ministerio de Cultura, incluidas creaciones art¨ªsticas y una bandera que Santiesteban entreg¨® hoy a la ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, tras la inauguraci¨®n del II Encuentro Internacional de Centros de Memoria Hist¨®rica, que se celebra hasta el mi¨¦rcoles en Salamanca y se detendr¨¢ especialmente en la represi¨®n de los pa¨ªses del antiguo bloque comunista.
Unos centros que, seg¨²n la ministra, no s¨®lo existen para preservar el pasado. "La memoria no es un tarro herm¨¦ticamente cerrado. La memoria sirve para usarla y hacernos preguntas", dijo Gonz¨¢lez-Sinde en una sala donde peque?as esculturas escu¨¢lidas proporcionan un escalofr¨ªo muy grande. Presos que arrastran carretas con cad¨¢veres, presos que se ayudan entre s¨ª, presos en la cantera... los presos esculpidos por ?ngel Hern¨¢ndez Garc¨ªa "Hern¨¢n" (Madrid, 1912-Perpignan, 1992) son blancos, desnudos, escuetos, con toque Giacometti. Hern¨¢n, comunista y combatiente de la Resistencia, sobrevivi¨® a Mauthausen por su trabajo como enfermero. Cuando liberaron el campo sigui¨® ocup¨¢ndose de los enfermos durante cuatro semanas m¨¢s. Fueron sus ¨²ltimas tareas sanitarias. La angustia que le deparaba su antiguo trabajo le oblig¨® a buscarse la vida como peluquero y, en los ¨²ltimos a?os, dedic¨® cada vez m¨¢s tiempo a recordar la ignominia a trav¨¦s del arte.
Su viuda don¨® sus creaciones al Ministerio de Cultura en 1997. En sus esculturas, peque?as, se condensaba toda su gigantesca repulsa. "El infierno", avis¨® el poeta Juan Gelman en Salamanca en 2008, "no termina cuando se cierran las puertas del campo de concentraci¨®n y las luces se apagan".
Del pasado siempre faltan piezas, dijo Gonz¨¢lez-Sinde, antes de recorrer la exposici¨®n con arte creado por supervivientes de los campos nazis. Pero no siempre es aceptable la raz¨®n. "Hay nietos, hay hijos, hay hermanos y parejas a los que la naturaleza no les arrebat¨® las piezas de su pasado. No fue la vida, fue la barbarie y fue con crueldad. Y como vivir sin pasado tambi¨¦n es una condena no tenemos m¨¢s remedio que levantarnos, unirnos y actuar", apremi¨®
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