Y Lola acudi¨® al rescate
Ray Davies, de los Kinks, anima la inauguraci¨®n la 16? edici¨®n del FIB en la que Kasabian arras¨® entre el p¨²blico brit¨¢nico
Ninguno de los que estaban ah¨ª, ni siquiera alguno de los ingleses (el 60% del aforo) que inundaba el escenario, hab¨ªa nacido cuando ese se?or tan elegante y de voz oscurecida por miles de actuaciones y 66 a?os de vida se com¨ªa el mundo con su banda. Ninguno. Pero cuando ayer noche en el Festival Internacional de Benic¨¤ssim sonaron los primeros acordes de ese eterno n¨²mero uno, todos comenzaron a saltar enloquecidos, a lanzar los vasos al aire y a desga?itarse. Como si aquella canci¨®n, You really got me, hablase de sus vidas, sus problemas o sus millones de colegas en Facebook. Quiz¨¢ sin saber muy bien c¨®mo, aquel tipo, despu¨¦s de horas de titubeantes actuaciones, convirti¨® de golpe todo el asunto en algo muy parecido a un festival de verdad. Ray Davies, l¨ªder de los m¨ªticos The Kinks, en una forma extraordinaria, quiso hacer bailar a los adolescentes con ese tema. Pero luego, sobrado de fuerzas, le dio por hacerles cantar, en una noche calurosa y t¨ªmida hasta entonces, con tan solo amagar el comienzo de Lola, su otro gran himno.
Eso sucedi¨® a las 23.30, cuando todo apuntaba a una jornada de p¨¢jara en un festival que cada vez se parece m¨¢s a la utop¨ªa vacacional y ultrapatrocinada de la juventud brit¨¢nica. Pero da igual, porque a Ray Davies le siguieron Dirty Projectors, unos chicos de Brooklyn que son como uno de esos spa en los que, tras una sauna, te sumergen en un ba?o de hielo y los huesos parece que se hacen a?icos. Un experimento de choque con una voz y una guitarra capaces de dar 37 giros y caer siempre de pie. Algo de eso debi¨® ver Bj?rk cuando insisti¨® en grabar con ellos.
Luego Kasabian, grandes en Reino Unido y muy discretos en Espa?a (si no fuera porque es la banda favorita de Fernando Torres y quer¨ªan tocar a la celebraci¨®n de la selecci¨®n), ejercieron de cabeza de cartel de un festival que, esta vez, incluye atracciones de feria sin que trasluzca un gramo de iron¨ªa en todo ello. Las inclemencias llaman este a?o a la puerta del FIB de la mano de la crisis, que se ha llevado por delante un tercio de los 50.000 abonos de 2009. As¨ª que para justificar el precio de la entrada y darle la raz¨®n al director del festival, salieron los brit¨¢nicos a la una para congregar a todos los ingleses del lugar en un escenario. Ellos que se curtieron como teloneros de Oasis que, iron¨ªas de la contrataci¨®n, ocupaban su lugar el a?o pasado, el de los r¨¦cords.
Pero la primera estrella en dar la cara, aunque sea por el aura familiar que la adorna, hab¨ªa sido Charlotte Gainsbourg, hija de Serge y de Jane Birkin. Y si el apellido pesa, ella se ha encargado en su tercer disco de devolver el br¨ªo a cada una de las letras de su nombre. Sabiamente guiada por Beck, genio del corta y pega, ha conseguido sonar a propio, y de paso endulzar un poco aquella tenebrosa imagen forjada en el Anticristo de Lars Von Trier. La que luce sobre el escenario, en cambio, tiene un irresistible aire a rejuvenecida y aseada Patti Smith y un directo de rock suave con espor¨¢dicos apuntes de sonido ocho bits tipo Gameboy que, aunque suene a cachondeo, s¨ª, es lo que se lleva.
Babelia
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