El gran gur¨² del hiperfestival
Viaje a las tripas de Benic¨¤ssim en compa?¨ªa del empresario irland¨¦s Vince Power, propietario ¨²nico de uno de los colosos musicales del verano en Europa
Cuando Vince Power vendi¨® Mean Fiddler, la empresa inglesa que gestionaba grandes y lluviosos festivales como el de Reading, Leeds o Glastonbury, el comprador impuso una cl¨¢usula que le prohib¨ªa organizar otro evento de ese tipo en Reino Unido. ?Qu¨¦ hizo? Vino a Espa?a y compr¨® lo m¨¢s parecido que hab¨ªa sabiendo que en el precio, esta vez, iba incluido el sol. Ahora, despu¨¦s de tres a?os codirigiendo el evento con los hermanos Mor¨¢n (fundadores del certamen), el empresario irland¨¦s se pone solo al frente de la gran cita musical del verano espa?ol. Y en apariencia nada ha cambiado. Pero algunos recelan de que aquel aura independiente del evento, que cada a?o atrae a m¨¢s p¨²blico extranjero (la edici¨®n anterior fue un 70% del total), acabe diluida completamente por los excesos globales. La 16? edici¨®n del FIB arranca para despejar las dudas.
Power: "Si la gente y los grupos lo pasan bien, por m¨ª como si vienen de Marte"
La edici¨®n que empieza hoy ha vendido un tercio menos de abonos
"Cuando vend¨ª mi empresa y cog¨ª el dinero, pas¨¦ las dos peores semanas de mi vida. El tel¨¦fono dej¨® de sonar. As¨ª que decid¨ª salir ah¨ª fuera y comprar otra cosa. El FIB ten¨ªa muy buena reputaci¨®n, era algo que no se hab¨ªa hecho solo por dinero", recuerda sentado en la carpa de prensa del recinto y tocado con un sombrero panam¨¢. Fuera, centenares de operarios trabajan a destajo a 24 horas del arranque del gran evento para terminar de montar las instalaciones y los tres escenarios. "Hay algunos cambios. M¨¢s bandas, escenarios m¨¢s grandes y m¨¢s abiertos. Pero lo esencial se mantiene. No ser¨¢ un festival m¨¢s brit¨¢nico. Si la gente y los grupos se lo pasan bien, por m¨ª como si vienen de Marte", insiste de forma muy educada mientras ofrece una cerveza.
Unas 8.000 personas, la mayor¨ªa procedentes de Reino Unido (el 85% del total de extranjeros que va al FIB), han invadido ya los 200.000 metros cuadrados de las zonas de acampada. Mientras llega el arranque del festival, con m¨¢s de 100 actuaciones, cada ma?ana una riada de adolescentes de mejillas rosadas y resaca incipiente baja hasta las playas en busca de sol y alguna sombra en los parterres del paseo mar¨ªtimo donde los perros de los locales hacen sus necesidades. Un p¨²blico mayoritariamente veintea?ero que por 150 libras y un vuelo de bajo coste exprimen al m¨¢ximo su semana de vacaciones en un pueblo de 18.000 habitantes que gracias a Leonard Cohen, Radiohead, Suede, Oasis o Blur forma parte del ideario cultural de la juventud global. "Mi hermano ven¨ªa cada a?o y esta vez me tocaba a m¨ª", explica Malcolm con una cerveza en una mano y la toalla en otro. Por la tarde, en sus tiendas de campa?a y ba?ados en after sun, se preparan para las fiestas que organizan las discotecas de la zona para los ingleses con grupos de su gusto y escasa repercusi¨®n en Espa?a como Filthy Dukes o Boyz Noise.
Pero los fibers, los que saben que todo esto empez¨® en el vel¨®dromo de este pueblo con escasos recursos, nefastas cuentas de resultados e inclemencias meteorol¨®gicas, comen aparte. El festival, que mut¨® incluso en sus siglas de "independiente" a "internacional" genera todav¨ªa una fidelidad inaudita. En la barra del bar del hotel Orange (el m¨¢s cercano al recinto y conocido por sus interminables juergas), Miguel, que ha venido solo, confraterniza con los empleados del lugar. Como si fueran familia. Conoce todos sus nombres porque a sus 41 a?os, lleva 15 viniendo ininterrumpidamente. "Esta vez es un poco raro. No s¨¦ si es por el cambio de direcci¨®n o porque yo me hago mayor, pero parece distinto. Creo que es la ¨²ltima vez que vendr¨¦", explica ataviado con su camiseta, pulsera VIP y cartera del FIB.
?Raro? Bueno, la programaci¨®n (que carece este a?o de la potencia medi¨¢tica del anterior) revela alguna concesi¨®n al p¨²blico brit¨¢nico como colocar a Kasabian, una banda muy popular en Inglaterra pero de segunda fila en Espa?a, como cabeza de cartel del primer d¨ªa. El resto de estrellas del line-up son interesantes, aunque quiz¨¢ demasiado vistas ya en Espa?a el ¨²ltimo a?o: Vampire Weekend, Dizzy Rascal, Hot Chip... In extremis, tras la imposibilidad de contratar a bandas como Muse o Arcade Fire, la organizaci¨®n logr¨® atar a Gorillaz, la formaci¨®n virtual (ya no tanto) de Damon Albarn, cantante de Blur, que act¨²a por primera vez en Espa?a y que ha logrado el equilibrio so?ado entre el sonido mainstream y el independiente.
Tambi¨¦n hay espacio para la secci¨®n vintage, de imprevisibles resultados art¨ªsticos, con las actuaciones de The Specials, Peter Hook (que resucita a los Joy Division) o PIL (la banda que form¨® John Lydon cuando dej¨® los Sex Pistols). La segunda l¨ªnea del cartel, como siempre, promete ser m¨¢s interesante. ?Y los grupos espa?oles? Unos 30 y de un gran nivel (Standstill, Sr. Chinarro, The Sunday Drivers...), pero el director del festival es incapaz de recordar el nombre de ninguno. "Eso se lo dejo a la oficina de Madrid". ?Y su banda espa?ola preferida? "?C¨®mo se llamaban aquellos?", pregunta a su asistente. "Los Planetas", dice ella mientras Power asiente complacido. Este a?o no les ha contratado.
Pese a que el festival tiene oficina en Espa?a e Inglaterra, esta edici¨®n se ha dejado por el camino m¨¢s de un tercio de los abonos que vendi¨® el a?o anterior. La previsi¨®n es que se liquidar¨¢n unas 17.000 entradas menos, que en 2009 llegaron a 50.000 (quiere decir que al final del evento unas 200.000 personas pasaron por los tornos de la entrada). La crisis y la rebaja en la potencia y repercusi¨®n medi¨¢tica de los cabezas de cartel (el a?o pasado actuaron Oasis, Franz Ferdinand o The Killers) ha influido. "Reajuste", lo llaman en la organizaci¨®n. Pero el director ya piensa en que el a?o que viene habr¨¢ que desdoblar el festival, como ocurre con otros eventos, para rentabilizar el cach¨¦ de los artistas. As¨ª que, tarde o temprano, habr¨¢ un FIB paralelo en alg¨²n otro lugar de Espa?a, tal y como ha hecho este a?o S¨®nar o hizo, con notable fracaso, Summercase.
Pero el evento, a diferencia de los que han ido cayendo, todav¨ªa mantiene el pulso. La aventura comenz¨® en 1995, en el polideportivo del pueblo. Pero pronto tuvo que buscar acomodo en las tierras del este delimitadas por la monta?a, la N-340 y la v¨ªa del tren. Poco m¨¢s puede crecer ya. Pero hoy el festival, con un presupuesto de unos 10 millones de euros, emplea a unas 2.000 personas y aporta 18 millones a la poblaci¨®n. Una cita que resuelve parte de la temporada a los hosteleros de la zona que este a?o andan mordi¨¦ndose las u?as por los posibles efectos de la crisis.
?M¨¢s cambios en el futuro? "No creo. A la gente le gusta estar junta y escuchar m¨²sica. Si usted sale a la calle nadie le saludar¨¢, pero si va al festival todo el mundo es amigable, tiene algo de tribu. Es como el d¨ªa del partido de Espa?a. Cuando ganaron, todo el mundo me besaba y me abrazaban. Al d¨ªa siguiente, nadie me saludaba ni quer¨ªa besarme. En los festivales te sientes libre, tienes cosas en com¨²n... Nada ha cambiado en todos estos a?os", se?ala Power.
El men¨² de Benic¨¤ssim 2010
- GORILLAZ. La banda virtual de Damon Albarn (Blur) act¨²a por primera vez en Espa?a. Con un directo impresionante, se espera que traigan a algunos de los invitados que participan en su ¨²ltimo disco como
De la Soul, Lou Reed, Bobby Womack o Snoop Dogg. Son
el gran reclamo del festival.
- KASABIAN. Muy populares en Reino Unido, pero muy discretos entre el p¨²blico espa?ol. Son el paradigma de la creciente identidad brit¨¢nica del festival.
- P. I. L. Fue el experimento pospunk con el que el l¨ªder de los Sex Pistols, John Lydon, enterr¨® a su antigua banda. Introdujo cambios y ensanch¨® el horizonte de una generaci¨®n que andaba un poco desorientada. Pero viejas glorias y personalidad explosiva no son buenas compa?eras de viaje.
- VAMPIRE WEEKEND. Pop fresco y de tintes africanos de unos chicos bien que se conocieron en la universidad de Columbia. Si no hubiera existido Paul Simon, podr¨ªan haber inventado un sonido.
- THE SUNDAY DRIVERS. Los espa?oles son asiduos al festival, ser¨¢ su ¨²ltima actuaci¨®n antes de que la banda se disuelva.
- THE SPECIALS. Los reyes del ska brit¨¢nico (con permiso de Madness) vuelven a juntarse para salir de gira. Aunque alguien no supiera qui¨¦n son, habr¨ªa o¨ªdo sus canciones (como Ghost town) mil veces en la radio o en los anuncios.
- THE PRODIGY. Tuvieron su momento, pero llevan tiempo dando bandazos. Inventaron el sonido rave con toques punk. Reivindicar¨¢n con su potente directo el papel de cabeza de cartel que les han colgado.
- HOT CHIP. Son los reyes del indie de pista de baile, los responsables de que los chicos discretos con gafas de pasta tambi¨¦n cierren discotecas.
- DIZZEE RASCAL. El rapero ingl¨¦s se ha convertido en un productor de hits rompepistas. Sus fieles no le perdonan, pero viene de arrasar en S¨®nar.
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