El hijo pr¨®digo vuelve a casa

La Uni¨®n es Miguel Poveda y Miguel Poveda es La Uni¨®n. Despu¨¦s de Pencho Cros, cantaor unionense fallecido en 2007, no hay otro nombre en el flamenco m¨¢s unido a este festival. Esta noche actuar¨¢ de nuevo en el Festival Internacional de Las Minas, y ma?ana inaugurar¨¢ una calle que lleva su nombre. A ¨¦l le gustar¨ªa quedarse m¨¢s d¨ªas en el festival que le vio nacer como cantaor fuera de su Catalu?a natal, pero es el cantaor del momento, y tiene obligaciones en otros puntos de la geograf¨ªa. El viernes estuvo en La Granja, Segovia, presentando su disco de copla. El s¨¢bado, con un recital de flamenco cl¨¢sico en Oj¨¦n, M¨¢laga.

Hoy vuelve a La Uni¨®n y para la ocasi¨®n, Poveda ha preparado un espect¨¢culo muy especial, en el que tendr¨¢n protagonismo los cantes mineros. Har¨¢ Sin frontera, un espect¨¢culo en el que act¨²a junto al cantaor Luis el Zambo y los guitarristas Chicuelo y Mora¨ªto, un intento de mostrar dos estilos, dos maneras de entender el flamenco, que conviven e interact¨²an: payos y gitanos, catalanes y andaluces. Pero adem¨¢s, va a intercalar los cantes de La Uni¨®n. "Quiero mostrar un espect¨¢culo de convivencia e igualdad, todos disfrutando de una fiesta".

Como siempre que vuelve al lugar en el que en 1993 arras¨® en el concurso de cante, el cantaor siente mucha emoci¨®n. En parte, por el espect¨¢culo que har¨¢. "Yo siempre que he venido a La Uni¨®n he hecho un concierto tradicional y punto y pelota, pero en esta ocasi¨®n es un espect¨¢culo propiamente dicho", explica. "Tengo muchas ganas... Adem¨¢s, mis padres van a estar aqu¨ª, as¨ª que tengo una emoci¨®n especial".

El martes, seguro que satisfecho por el ¨¦xito de la noche anterior, tendr¨¢ que inaugurar su calle. Poveda es querido en La Uni¨®n, donde los ciudadanos le consideran uno m¨¢s, un cantaor de los suyos. Un cari?o que le demuestran cada vez que acude al festival. "Recuerdo haber salido del mercado [sede del evento] en una ocasi¨®n e intentar ir a comer algo a los puestos de comida que ponen en la puerta. Tard¨¦ hora y media en recorrer cien metros porque la gente no me dejaba avanzar, y llegu¨¦ con camisa dobl¨¢ y la cabeza que me iba a reventar".