Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura

Faltaban todav¨ªa unos segundos para la una de la tarde cuando Peter Englund, secretario de la Academia sueca, abri¨® la famosa puerta blanca de la sede acad¨¦mica y pronunci¨® el nombre del escritor hispanoperuano Mario Vargas Llosa como nuevo galardonado con el premio m¨¢s prestigioso de las letras universales. Lo dijo en varios idiomas y cerr¨® "en castellano".

En declaraciones a EL PA?S, el autor ha afirmado, tras conocer la noticia, que "es una gran alegr¨ªa" que comparte "con tantos amigos". "Gracias a ustedes por felicitarme y por tenerme siempre cerca. Cuando nos llamaron, a Patricia [su esposa] le pareci¨® que pod¨ªa ser una broma", ha subrayado, seg¨²n informa Juan Cruz. Para el autor, que se reconoci¨® "muy conmovido y entusiasmado", el premio supone un "reconocimiento a la lengua espa?ola". El escritor tambi¨¦n ha se?alado, a W Radio Colombia, que es "un est¨ªmulo fant¨¢stico". "Cre¨ªa que hab¨ªa sido completamente olvidado por la Academia, ni siquiera sab¨ªa que el premio se entregaba este mes", ha declarado Vargas Llosa en declaraciones a la agencia sueca TT.

El Premio Nobel de Literatura 2010 fue celebrado de forma un¨¢nime por escritores y editores espa?oles e hispanoamericanos que asisten a la Feria del Libro de Francfort. Entre las felicitaciones recibidas por el escritor procedentes de todos los rincones del mundo est¨¢ la del presidente de Per¨², Alan Garc¨ªa, que se ha referido al galard¨®n de su compatriota como "un acto de justicia". "El mundo reconoce la inteligencia y la voluntad libertaria y democr¨¢tica de Vargas Llosa y es un acto de justicia enorme que en verdad esper¨¢bamos desde nuestra juventud", ha afirmado Garc¨ªa en una entrevista con la radio local RPP, recogida por Efe.

Cartograf¨ªa de las estructuras

Como siempre, las razones de la Academia caben en dos l¨ªneas: "Por su cartograf¨ªa de las estructuras del poder y sus mordaces im¨¢genes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota". En el momento del fallo el escritor se encontraba en Nueva York, dictando un curso sobre Borges en la Universidad de Princeton. El pr¨®ximo 10 de diciembre recibir¨¢ el premio (dotado con 10 millones de coronas suecas, 1,1 millones de euros) de manos del rey de Suecia en el auditorio de Estocolmo. Antes, la editorial Alfaguara publicar¨¢ su nuevo libro, El sue?o del celta (Alfaguara), un apasionante relato novelesco sobre un personaje hist¨®rico, Roger Casement (1864-1916), que indag¨® la brutalidad del Gobierno de Leopoldo II de B¨¦lgica durante la colonizaci¨®n del Congo y la violencia contra los recolectores de caucho en el Amazonas.

"Pensar en ello [el Premio Nobel] es malo para el estilo, tard¨ªo o no". Esa fue la respuesta que Mario Vargas Llosa dio en agosto a EL PA?S durante la entrevista en la que hablaba extensamente sobre su nueva novela. "Siempre me ha angustiado mucho la idea de esos escritores que pierden el fuego, se callan", dijo tambi¨¦n respecto a la tendencia de algunos escritores consagrados a convertirse en monumentos de s¨ª mismo. "Me sentir¨ªa muy desgraciado si no pudiera trabajar. Con el tiempo se pierden capacidades, me temo que s¨ª, pero hay que mantener la lucidez y el esp¨ªritu cr¨ªtico. Perder el esp¨ªritu es una enfermedad en la que caen muchos escritores. Es como volverse una estatua en vida".

Nacido en Arequipa (Per¨²) el 28 de marzo de 1936, Mario Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Espa?ola, atesoraba ya todos los premios importantes de su idioma: del Cervantes al Pr¨ªncipe de Asturias. Despu¨¦s de a?os de sonar como favorito en todas las quinielas del Nobel, el escritor peruano ha visto recompensada una trayectoria que incluye cl¨¢sicos de la literatura contempor¨¢nea como La ciudad y los perros (1962), La casa verde (1965) o Conversaci¨®n en La Catedral (1969).

Un intelectual comprometido

Cuando en 1959, con 23 a?os, lleg¨® desde Lima a Madrid con los cuentos de Los jefes en la cartera y una beca para hacer el doctorado en la Universidad Complutense, Vargas Llosa se convirti¨® en un ciudadano del mundo que hoy tiene casa en las capitales peruana y espa?ola despu¨¦s de vivir en Barcelona, Par¨ªs y Londres. La lista de sus intereses es, adem¨¢s, tan extensa como el kilometraje que registra su pasaporte. Nadie m¨¢s alejado de la t¨®pica torre de marfil que el nuevo premio Nobel. As¨ª, si su devoci¨®n por Thomas Mann le llev¨® a estudiar alem¨¢n en Berl¨ªn, su pasi¨®n por el f¨²tbol no le ha hecho olvidar el orgullo que sinti¨® el d¨ªa que, siendo un ni?o, salt¨® a la cancha del Estadio Nacional para vestir la camiseta del Universitario contra el eterno rival, el Alianza Lima.

En un bar de la calle Men¨¦ndez y Pelayo de Madrid cercana a su pensi¨®n, El Jute, el entonces estudiante peruano pas¨® las tardes escribiendo La ciudad y los perros, la novela que se convirti¨® en un hito del boom latinoamericano y que inici¨® un camino que en diciembre tendr¨¢ parada en Estocolmo. Medio siglo despu¨¦s, aquel muchacho inquieto es un intelectual que no ha perdido un ¨¢pice de su inquietud. Lo mismo acude los jueves a las reuniones de la Real Academia Espa?ola que visita el Museo del Prado, polemiza con los defensores de los populismos latinoamericanos o subraya el descubrimiento de un nuevo libro -de Irene Nemirovsky, Javier Cercas o H¨¦ctor Abad- desde las p¨¢ginas de este peri¨®dico.

Si Vargas Llosa hubiera decidido ocuparse en exclusiva de cultivar su propia obra nadie se lo hubiera reprochado. En los ¨²ltimos tres a?os, sin embargo, altern¨® la escritura de El sue?o del celta con la lectura minuciosa de la narrativa completa de Juan Carlos Onetti. De all¨ª saldr¨ªa un ensayo dedicado al autor uruguayo, El viaje a la ficci¨®n. Esa misma generosidad la hab¨ªa demostrado ya, 40 a?os atr¨¢s, al escribir Historia de un deicidio, uno de los libros de referencia sobre Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Pese al enigm¨¢tico episodio que rompi¨® la amistad de ambos escritores, Vargas Llosa incluy¨® ese t¨ªtulo en sus obras completas, todav¨ªa en curso de publicaci¨®n por el C¨ªrculo de Lectores.

Que este mismo a?o, siendo un abuelo de 74 a?os, se estrenara como autor de literatura infantil -con Fonchito y la luna (Alfaguara)- indica la capacidad de asombro y de trabajo de un hombre capaz de, con esos mismos 74 a?os, viajar al Congo para documentarse para su nueva novela y, de paso, como un reportero m¨¢s, denunciar la resaca del colonialismo en ?frica.

Era tal la devoci¨®n por Sartre del Vargas Llosa joven que sus amigos bromeaban con ¨¦l llam¨¢ndolo "el sastrecillo valiente". A?os despu¨¦s, y lejos ya del pensador franc¨¦s (que rechaz¨®, por cierto, el Nobel), el escritor hispanoperuano sigue siendo un intelectual comprometido. En el sentido m¨¢s estricto de la palabra comprometido. Liberal hasta el punto de ser tildado, con brocha gorda, de conservador, Vargas Llosa ten¨ªa, cada vez que se manifestaba p¨²blicamente, mucho que perder, empezando por el Premio Nobel.

Colaborador de EL PA?S

Colaborador asiduo de EL PA?S, Vargas Llosa ha destacado tambi¨¦n como intelectual y ensayista, tanto en el ¨¢mbito pol¨ªtico como en el literario. Igual de cl¨¢sicos que sus novelas son los estudios que ha dedicado a la obra de autores como Flaubert, Joanot Martorell (autor de Tirant lo Blanc), Juan Carlos Onetti o Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Este ¨²ltimo era hasta hoy el representante en el palmar¨¦s del premio Nobel (lo recibi¨® en 1982) del llamado boom de la literatura latinoamericana, un fen¨®meno alimentado por grupo de autores que en los a?os sesenta revolucion¨® las letras en espa?ol. Desde hoy hay ya otro nombre en esa lista: Mario Vargas Llosa.

El ¨²ltimo autor en lengua espa?ola galardonado con el Nobel fue el mexicano Octavio Paz (1990), que sucedi¨® en el galard¨®n al espa?ol Camilo Jos¨¦ Cela (1989). El mismo a?o en que gan¨® Paz Vargas Llosa se encontraba inmerso en la aventura pol¨ªtica que le llev¨® a ser candidato a la presidencia de Per¨². Aquella peripecia concreta, mezclada con sus memorias, dio lugar al libro El pez en el agua (1993).