25 aniversario de los Goya
Forman parte del recambio. Aportan energ¨ªa nueva a nuestro cine, que hoy celebra el 25? cumplea?os de los premios Goya. Corren tiempo convulsos, pero tambi¨¦n de ilusi¨®n, para la industria de los sue?os. ?De d¨®nde venimos?, ?ad¨®nde vamos?
Roza lo metaf¨®rico; la pel¨ªcula que, hace 25 a?os, barri¨® en la primera gala de los premios Goya fue El viaje a ninguna parte, aquella amarga comedia de Fernando Fern¨¢n G¨®mez sobre el desconsolado mundo de los c¨®micos espa?oles. Fern¨¢n G¨®mez no asisti¨® a la ceremonia, ni siquiera la vio por la tele. Cen¨® pronto y se acost¨®. Los premios, dec¨ªa, no eran buenos para la salud. Le excitaban. Un cuarto de siglo despu¨¦s de aquella primera gala -que cost¨® 31 millones de pesetas, fue tachada de hortera y ten¨ªa a Jos¨¦ Mar¨ªa Gonzalez-Sinde (padre de la hoy ministra de Cultura) como presidente de la Academia-, las cosas han cambiado radicalmente, aunque ese viaje a ninguna parte parece persistir, palpitando en esta comunidad de hombres y mujeres que se dedican con mayor o menor fortuna a hacer pel¨ªculas.
El panorama es, ciertamente, muy distinto. No es f¨¢cil aventurar los derroteros en los que se desenvolver¨¢ este gremio en la pr¨®xima d¨¦cada. El cine espa?ol pasa por una de sus transiciones m¨¢s cr¨ªticas, cada vez m¨¢s polarizado entre grandes y costosas producciones y un cine de baj¨ªsimo presupuesto y producci¨®n casi casera que intenta abrirse paso al margen de los circuitos comerciales al uso. En plena reestructuraci¨®n de un sistema de financiaci¨®n que le sustenta como al paciente cr¨®nico que siempre fue, en la encrucijada tecnol¨®gica que define una deriva cada vez m¨¢s global de la narrativa cinematogr¨¢fica y, adem¨¢s, en el pozo negro de la pirater¨ªa -que no solo ha devaluado el soporte sino tambi¨¦n la necesidad de que exista alguien que quiera contar una historia y de alguien quiera invertir en ella-, se sit¨²a una cinematograf¨ªa que, como explica Enrique L¨®pez Lavinge, uno de los productores m¨¢s punteros del momento, vive el "peor desencuentro" con el espectador de toda su historia. "Esa resistencia, generada desde la confusi¨®n pol¨ªtica y desde quienes ven al cine espa?ol como un g¨¦nero en s¨ª mismo, ha desembocado en una de las paradojas m¨¢s crueles e injustas de todo el cine occidental: el desprecio del espectador espa?ol hacia un cine poderoso y fresco que ha sorprendido al mundo entero y que, al igual que los ¨¦xitos en el deporte de estos ¨²ltimos a?os, ha conseguido hacerse un hueco en el cada vez m¨¢s globalizado panorama del cine actual".
En efecto, el cine espa?ol parece m¨¢s que nunca un lujoso escaparate de estrellas internacionales (basta citar a Pedro Almod¨®var, Javier Bardem, Pen¨¦lope Cruz) pero tambi¨¦n lo es de aspirantes a estrella muy alejados de la barra de aquel humeante caf¨¦ de donde parec¨ªan llegar esos c¨®micos que jam¨¢s pisaron una alfombra roja ni sab¨ªan lo que era un photocall a la puerta de un estreno. El actor secundario, estirpe de la que se aliment¨® el cine de Berlanga y el de muchos otros hasta no hace tanto tiempo, ha dejado paso a una generaci¨®n de chicas y chicos de portada de revista capaces de darle lustre a cualquier gala, ceremonia o evento con su simple presencia. La tele les ha visto nacer y ahora solo falta saber si el cine les ver¨¢ crecer.
"Hoy para hacer una pel¨ªcula hace falta haber pasado por la tele, al rev¨¦s que hace unos a?os, cuando la tele da?aba la imagen de un actor que quer¨ªa hacer cine", reconoce Sara Garc¨ªa Prado, agente especializada en j¨®venes. La fama de Mario Casas (probablemente hoy el actor de mayor tir¨®n popular) surgi¨® en la televisi¨®n, en la serie Los hombres de Paco. A sus 24 a?os, Casas lleva desde los ocho haciendo anuncios, vive en El Escorial con sus padres y prefiere ver una buena sitcom inglesa o americana que una pel¨ªcula, venga de donde venga. Para su personaje en 3 metros sobre el cielo, la pel¨ªcula espa?ola m¨¢s taquillera de los ¨²ltimos tiempos -una historia de motos, barrios altos y bajos y primeros amores que se ha convertido en un verdadero fen¨®meno entre el p¨²blico adolescente-, el actor vio una y otra vez el trabajo de Javier Bardem en Jam¨®n, jam¨®n. "Desde muy peque?o me fij¨¦ en ¨¦l, siempre quise parecerme", asegura este nuevo ¨ªdolo de las masas teen.
Jan Cornet, de 28 a?os (le veremos en la ¨²ltima pel¨ªcula de Pedro Almod¨®var, La piel que habito), se alinea con Casas: "Bardem es el ejemplo, es tan dif¨ªcil lo que hace y lo hace de una manera tan hermosa". Cornet vive en un piso con otros actores, prepara un viaje a Nepal para ayudar en la ONG de unos amigos y, puestos a encontrarle un parecido, su f¨ªsico est¨¢ mucho m¨¢s cerca de River Phoenix que del de cualquier actor nacional. Aunque el cine patrio es hoy menos que nunca una mina de oro, Cornet lo tiene claro: "Esta profesi¨®n es estar en la cuerda floja todo el rato. Pero s¨¦ al 100% que siempre trabajar¨¦ en esto".
Ser actor requiere hoy m¨¢s arrojo y valent¨ªa que nunca; depende de la llamada de una industria cuyos cimientos tiemblan. "Las series son hoy nuestra bolsa de trabajo m¨¢s grande", dice la actriz Barbara Lennie, que ha optado por una tercera v¨ªa para no volverse loca esperando a que suene el tel¨¦fono: el teatro. "Te traiciona menos. Es como si fuera un mundo m¨¢s justo en el que no pueden estar un a?o sin llamarte porque siempre puedes hacer algo. Para m¨ª fue una tabla de salvaci¨®n, me ha dado la vida. Llevaba medio a?o sin trabajar y no entend¨ªa nada. ?Por qu¨¦ no hago una prueba? ?Por qu¨¦ no me llama nadie?". Lennie, todav¨ªa de gira con La funci¨®n por hacer, es de las que siente cierta nostalgia por el mundo de la generaci¨®n de actrices (Emma Su¨¢rez, Maribel Verd¨², Ariadna Gil...) anterior a la suya: "Me hubiera gustado vivir aquellos momentos, ellas no ten¨ªan que pasar por campa?as de promoci¨®n como las de hoy porque todo era m¨¢s tranquilo y la escala mucho m¨¢s humana".
Esa escala humana tiene que ver con ese cine de clase media que parece tocado de muerte con esa polarizaci¨®n entre pel¨ªculas artesanales (con recursos muy ajustados y financiaci¨®n perif¨¦rica en su mayor¨ªa) y las pel¨ªculas evento (cada vez m¨¢s cercanas al terrible sistema impuesto en Hollywood de selecci¨®n natural en el que el valor lo fija lo recaudado por la ultima pel¨ªcula). Aventuras del tipo El otro lado de la cama o D¨ªas de f¨²tbol, que lograban sin m¨¢s pretensiones y con presupuestos medios ese deseado consenso entre calidad-p¨²blico y cr¨ªtica, parecen tocadas de muerte. En este clima inestable, el cine espa?ol se ha disparado al futuro con producciones de aspiraci¨®n internacional como Intruders (la ¨²ltima pel¨ªcula de Juan Carlos Fresnadillo, protagonizada por Cliwe Owen, Daniel Br¨¹hl y Pilar L¨®pez de Ayala) y Lo imposible (de Juan Antonio Bayona, con Naomi Watts y Ewan McGregor al frente del reparto).
Siendo pel¨ªculas 100% espa?olas, ambas han sido rodadas en ingles y est¨¢n previamente vendidas al mundo entero. Al frente de la productora Apache, L¨®pez Lavinge, explica as¨ª la paradoja: "Estas pel¨ªculas son un fiel reflejo del signo de los tiempos, del cambio radical en los modelos que conocemos como cine espa?ol que ya no se ajustan a ning¨²n est¨¢ndar y que posiblemente nos permitan desembarcar en otras playas y luchar en otras trincheras lejos de la sensaci¨®n de agotamiento que desprenden las noticias que generamos". Apache tambi¨¦n est¨¢ detr¨¢s de Verbo, ¨®pera prima de Eduardo Chapero Jackson.
Producir una primera pel¨ªcula ser¨¢ cada vez algo m¨¢s dif¨ªcil, con presupuestos casi un 40% por debajo a los de hace un par de a?os. Mar Coll logr¨® en 2010 el Goya a la mejor direcci¨®n novel con Tres d¨ªas con la familia. El filme fue un peque?o acontecimiento que barri¨® en el festival de M¨¢laga y tambi¨¦n en los circuitos catalanes. Forma parte del proyecto de la ESCAC (Escuela de Cine de Catalu?a) y Esc¨¢ndalo Films para producir ¨®peras primas a sus alumnos. La propia cineasta reconoce que su segundo paso ser¨¢, en todos los sentidos, m¨¢s dif¨ªcil. De momento, vive como una estudiante pese a casi alcanzar la treintena y escribe un nuevo gui¨®n. "Yo creo que hay un claro recambio generacional", dice esta directora que no quiere que el cine la desconecte de la realidad sino que le d¨¦ "otro enfoque". Escribi¨® Tres d¨ªas con la familia en M¨¦xico, durante los cuatro a?os que vivi¨® all¨ª: "Disfrut¨¦ mucho con el proceso de escritura, es el momento en el que todav¨ªa puedes hacer la mejor pel¨ªcula del mundo. El rodaje tiene un componente de frustraci¨®n muy elevado porque te das cuenta de que no ser¨¢ la mejor pel¨ªcula del mundo. Pero por otro lado es bonito descubrir como se ir¨¢ componiendo".
En medio de este paisaje, el cine espa?ol cuenta con su peor cuota de mercado. Y eso que no se habla de otra cosa que del cine espa?ol, ese cine espa?ol, dicen, que siempre estuvo en crisis, siempre tuvo inclinaci¨®n a las predicciones agoreras y siempre sobrevivi¨® bandeando temporales. La ¨²ltima tormenta perfecta est¨¢ directamente relacionada con la Gala de los 25 a?os de los premios Goya y tiene a la ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, y al presidente y vicepresidenta de la Academia, Alex de la Iglesia e Ic¨ªar Bollain respectivamente, en el oleaje de una pol¨¦mica (la del pulso Sinde-De la Iglesia por la ley antidescargas). Inevitablemente marcar¨¢ una ceremonia que pondr¨¢ en disputa Balada triste de trompeta, del director vasco (15 candidaturas); Pa negre, de Agust¨ª Villaronga (14 candidaturas); Tambi¨¦n la lluvia, de Bollain (13 candidaturas) y Buried, de Rodrigo Cort¨¦s (10).
"En Espa?a somos un poco raros", afirma Adriana Ugarte, la protagonista de la serie La se?ora y uno de esos rostros futuros que m¨¢s vale no perder de vista. "Cuando algo nos gusta mucho estamos deseando que la cague. Creo que en el fondo es porque idealizamos demasiado a la gente. Un amigo actor me dijo una vez que el esp¨ªritu de un actor tiene que ser el del proletariado y no el de las estrella. Que en el momento que te crees una estrella te vuelves un pesado. Lo tengo muy presente y as¨ª he logrado quitarme ese alma de quejica que llevo dentro"
La queja siempre fue muy espa?ola. Aunque, como dec¨ªa Andrei Tarkosvki refiri¨¦ndose a los cl¨¢sicos, cuesta encontrar tanta fidelidad a la vocaci¨®n creativa "casi prof¨¦tica" como en los espa?oles. En un ensayo m¨¢s reciente, Mutaciones del cine contempor¨¢neo (Errata Naturae), de Jonatahn Rosenbaum y Adrian Martin, se lanza la siguiente reflexi¨®n: "Compartimos un entorno determinado en el pelean por la hegemon¨ªa tres actitudes respecto al cine: pesimismo cultural, afirmaci¨®n del mercado e iron¨ªa... [...] La segunda actitud es la de los portavoces de la industria de los medios de comunicaci¨®n, repitiendo las ¨®rdenes del mercado en voz alta. Los ir¨®nicos se diferencian de la corriente dominante haciendo alarde de su modernismo: siempre est¨¢n a un paso por delante del mercado, para ser alcanzados tan solo en cuesti¨®n de meses (han acu?ado el t¨¦rmino independientes)".
Aunque para independientes, Juan Cavestany. Rod¨® Dispongo de barcos, su segundo largometraje, durante un a?o, en fines de semana y gracias al trabajo sin remunerar de actores como Antonio de la Torre o Roberto ?lamo "Nadie es mejor por hacerlo m¨¢s independiente", afirma el director. "Hacerlo en plan guerrilla no garantiza que la pel¨ªcula vaya a ser buena. Yo he hecho una pel¨ªcula peque?a no porque piense que hay que hacer las pel¨ªculas as¨ª, sino porque mis ganas han sido m¨¢s fuertes que mi descreimiento. Quer¨ªa que la pel¨ªcula que yo ten¨ªa en la cabeza fuera luego exactamente la pel¨ªcula que ha terminado siendo".
El cine sigue siendo el arte que m¨¢s trabajo de equipo y colaboraci¨®n requiere. Y por eso, Cavestany a?ade: "El guionista no puede vender la pel¨ªcula al p¨²blico. El director no tiene porqu¨¦ conseguir el dinero. El productor no tiene que decirle al director como se dirige a los actores. Y el distribuidor no sabe escribir guiones. Hacer cine pensando en resultados de taquilla es como un director que entre toma y toma le dice a un actor: ?m¨¢s c¨®mico! o ?m¨¢s dram¨¢tico!. El resultado va a ser casi seguro, desastroso".
Queda esperanza. Nuevas narrativas, nuevas fronteras entre los g¨¦neros... El gallego Oliver Laxe logr¨® en 2010 el premio de la cr¨ªtica internacional de la Quincena de Realizadores de Cannes por Todos sois capitanes, una ficci¨®n documental rodada con dos duros en una escuela en T¨¢nger. Y tambi¨¦n el colectivo de cineastas Los Hijos (Natalia Mar¨ªn, Javier Fern¨¢ndez y Luis L¨®pez) logr¨® colocar Los materiales (seg¨²n se mire documento, experimento, ficci¨®n o investigaci¨®n) en las listas elaboradas por algunas webs y revistas de las mejores pel¨ªculas de 2010. As¨ª, mientras Laxe es un n¨®mada armado con una c¨¢mara, que viaja por el valle del Draa, a las puertas del desierto, habitando los espacios que quiere filmar y telegrafiando su futuro inmediato como quien narra una incomparable aventura ("Me adentro la semana que viene en el desierto, ¨²nicamente mojar los pies un momentito, no pillo caravana ni nada por el estilo. Estoy cerrando un gui¨®n, quiero filmar a finales del a?o que viene, principios de 2012. Busco palmerales"), Los Hijos buscan nuevos horizontes con sus revisiones de "un cine despu¨¦s del cine". En una de sus primeras pel¨ªculas -la miniatura de 9 minutos Ya viene, aguanta, ri¨¦gueme, m¨¢tame, (2009)- este colectivo trabaj¨® a partir de cuatro secuencias ic¨®nicas del cine espa?ol. Juntos regresaron a localizaciones originales de El esp¨ªritu de la colmena, Historias del Kronen, La ley del deseo y Amantes para respirar, respetando los encuadres exactos, las huellas de un cine cuyos espectros se resisten a desaparecer, como con u?as y dientes tambi¨¦n se resisten a dejarnos aquellos c¨®micos que hace 25 a?os emprendieron ese viaje sin retorno a ninguna parte.
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