Dan Fante: "Beb¨ªa para apagar mi mente, hasta perder el control"
El alcohol y la muerte del escritor John Fante, principal representante del 'realismo sucio' en la l¨ªnea de Bukowski, protagonizan 'Chump Change', la primera novela autobiogr¨¢fica de su hijo
Algunos se hacen escritores por pasi¨®n. Otros, para desvelar alg¨²n misterio. Dan Fante empez¨® a escribir para no dispararse una bala en la cabeza. Alcoh¨®lico depresivo con tendencias al suicido, un d¨ªa en los ochenta Fante dej¨® de repente de beber, antes de que este c¨®ctel le matara (confiesa), y dedic¨® los siguientes 18 meses a llevar a cabo su primera novela, Chump Change, que sali¨® a la venta en 1998. Ahora Sajal¨ªn Editores ha decidido publicarla en Espa?a y Fante, estadounidense de 67 a?os con un sombrero de vaquero y un pendiente dorado colgando de la nariz, se ha venido a Madrid para promocionar su obra. En la librer¨ªa Tipos Infames, la demostraci¨®n de que los tiempos han cambiado est¨¢ en su bebida: Coca-cola con lim¨®n.
"Para mi padre, los ni?os eran como sillas que ten¨ªa que apartar de su camino", cuenta Dan Fante
El protagonista de 'Chump Change' es alch¨®lico, busca org¨ªas homosexuales en los cines porno y 'alquila' los servicios de una prostituta
"Mi estilo es directo como el de mi padre. Si aparece un personaje no te cuento qu¨¦ le pas¨® cuando ten¨ªa 12 a?os: sigo adelante"
Aquellos que conozcan el estilo de su padre, el fallecido escritor italo-americano John Fante, multipliquen tranquilamente su dureza por dos o tres. El protagonista de Chump Change, Bruno Dante, bebe cantidades masivas de alcohol, vomita cada dos por tres, odia a su mujer, a la que roba la tarjeta de cr¨¦dito, busca org¨ªas homosexuales en los cines porno y alquila los servicios a una prostituta de 15 a?os. Demasiado para las 40 editoriales estadounidenses a las que Fante propuso su libro, que lo tildaron de "pornogr¨¢fico". Acab¨® public¨¢ndolo en Francia antes que en su pa¨ªs. Para Fante su obra es sin embargo "real, mucho m¨¢s que la Am¨¦rica que muestran las sitcom".
Real, dec¨ªamos. O m¨¢s bien autobiogr¨¢fica. Es f¨¢cil ver detr¨¢s del alma perdida de Dante el pasado complejo de Fante: "Beb¨ªa hasta perder el control, para apagar mi mente. Una noche me beb¨ª cuatro litros de vino. De hecho, ten¨ªa gripe dos veces a la semana por el veneno que me met¨ªa en el cuerpo". Tambi¨¦n la dificultad de enfrentarse a la muerte del padre une a Dan y Bruno. Y el ser "un peligro, un riesgo", como le suelta su jefe al personaje. "Me compr¨¦ una pistola porque la gente me molestaba. Varias veces pens¨¦ en matar a alguien. ?Por qu¨¦ no pas¨®? Suerte, supongo...", cuenta, en tono divertido, la nueva versi¨®n de Dan Fante. Pero hay una diferencia, adem¨¢s de una letra del apellido, entre Bruno Dante y ¨¦l: "Lo que le pasa al personaje en tres semanas representa 10 a?os de mi vida".
La sombra paterna
El punto central de la novela es la hospitalizaci¨®n de Jonathan Dante, el padre de Bruno. Para darle un ¨²ltimo adi¨®s a su progenitor, al que los m¨¦dicos ya no conceden esperanzas, el hijo se va a Los ?ngeles. Una relaci¨®n compleja une el alcoh¨®lico protagonista de Chump Change a su padre, escritor y guionista. Son justo los mismos oficios de John Fante. Y la relaci¨®n de Dan con su progenitor tampoco es que fuera muy simple: "Para ¨¦l, los ni?os eran como sillas, mobiliario que se interpon¨ªa en su camino. Y era muy impulsivo, muy voluble". Tanto que el peque?o Dan hab¨ªa creado un ritual al volver a casa. Se asomaba a la puerta y solo si nadie estaba gritando o no hab¨ªa ruidos de objetos que se romp¨ªan entraba y se iba a su cuarto.
John Fante falleci¨® en 1983, pero le dio tiempo a ver el arranque de la carrera de narrador de su hijo. Cuenta Dan que le gustaba c¨®mo escrib¨ªa. Y eso que sol¨ªa decirle: "No eres muy listo. Tal vez podr¨ªas ser un buen carpintero". Probablemente el estilo le recordara a John el suyo: "Ambos somos directos. Frases cortas, ideas claras, para que la gente entienda todo f¨¢cilmente. Al introducir un personaje, no nos paramos a explicarte qu¨¦ le pas¨® cuando ten¨ªa 12 a?os: seguimos adelante".
Otros autores que dejaron mella en Dan Fante fueron Hubert Selby y Charles Bukowski. Pero el americano se dej¨® llevar sobre todo por su obra: "Cada d¨ªa le¨ªa las dos p¨¢ginas anteriores y prosegu¨ªa. No ten¨ªa ni idea del final". Fueron los personajes, la historia misma, a guiarle. Cuenta Fante que eran como espectros que le visitaban continuamente: "Me iba a tomar un caf¨¦ con unos amigos y me aparec¨ªa un personaje del libro y lo que le ocurrir¨ªa". Le ha pasado con cada una de las cinco novelas que ha escrito sobre Bruno Dante. Por esto entre una y otra se dedica a poemas o comedias, "para descansar".
Antes de llegar a ser escritor, Dan Fante hizo de todo. Taxista, vendedor puerta a puerta, limpiador de ventanas, y "muchos m¨¢s trabajos horribles". Pero la peor experiencia fue en una compa?¨ªa publicitaria: "Ten¨ªan que pasar sus informes al formato de microfilmes. Era el encargado de ponerle grapas a todos los informes. Ten¨ªa un dedal para no pincharme". A?os luz de distancia con el Fante de hoy en d¨ªa, felizmente casado y con un hijo de seis a?os, Giovanni Michelangelo. "Le di un nombre as¨ª de largo para joderle el d¨ªa que tenga que hacerse el pasaporte", estalla en carcajadas el escritor.
Parece que, a los 67 a?os, hay pocas experiencias que Fante todav¨ªa no haya probado. Est¨¢ "encantado" con su vida, pero en su lista de las cosas que hacer antes de los 70 s¨ª queda espacio: "Aprender a tocar la arm¨®nica y a hablar italiano, lanzarme con un paraca¨ªdas de un avi¨®n, ir a m¨¢s de 300 kil¨®metros por hora con un coche deportivo". Es impresionante lo que puedes hacer, si renuncias a dispararte en la cabeza.
Babelia
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