Garc¨ªa Lorca, contra la intolerancia en Pakist¨¢n
Los miembros de un veterano grupo de teatro paquistan¨ª se juegan la vida para llevar un mensaje de tolerancia y democracia
Lo mejor es callarse si se tienen ideas liberales en Pakist¨¢n. Oponerse p¨²blicamente a la ley de la blasfemia, que castiga con muerte al acusado, puede ser fatal. Qued¨® m¨¢s que comprobado con el asesinato, a manos de radicales islamistas, de Salman Taseer, gobernador del Punjab, el Estado m¨¢s poblado de Pakist¨¢n y despu¨¦s del de Shahbaz Bat¨ª, ministro de minor¨ªas. Sin embargo hay quien no se calla. Como el grupo de teatro Ajoka, que desde 1992 presenta la obra Mira el 'show' y contin¨²a que critica duramente la ley de la blasfemia, que seg¨²n muchos activistas es usada para venganzas personales y contra las minor¨ªas. Desde el asesinato del gobernador y del ministro, Ajoka ha estado representando esta obra por Pakist¨¢n, a riesgo de ser atacados por los fundamentalistas. La obra cuestiona al espectador: puede quedarse callado y ver c¨®mo acusan de blasfemia y llevan a la horca a intelectuales, profesores, trabajadores sociales y todo tipo de ciudadanos. Sin embargo tarde o temprano, el problema les tocar¨¢ de cerca.
Este grupo de teatro surgi¨® en los ochenta como oposici¨®n al r¨¦gimen del dictador Muhammad Zia ul Haq que comenz¨® una campa?a de islamizaci¨®n del pa¨ªs. Pero ahora, "con una generaci¨®n de gente que ha crecido rodeada de radicalismo, la funci¨®n de Ajoka es cada vez m¨¢s importante", asegura su directora, Madeeha Gauhar.
Todas las obras que representan son de autores paquistan¨ªes, excepto por Bertolt Brecht y Federico Garc¨ªa Lorca, que son los ¨²nicos dos occidentales que han sido representados. De Lorca han retomado Bodas de Sangre y La casa de Bernarda Alba. "Garc¨ªa Lorca es muy relevante para la sociedad paquistan¨ª: escribi¨® de problemas relevantes para su ¨¦poca. Y en estos momentos, Pakist¨¢n todav¨ªa est¨¢ sufriendo con ese tipo de represiones", dice Gauhar.
En Pakist¨¢n "desafortunadamente hay muy poco espacio para el debate", asegura. Aunque los fundamentalistas son la minor¨ªa, tienen el poder de aterrorizar a la gente. La guerra contra el terrorismo podr¨ªa tener cierto ¨¦xito en la eliminaci¨®n f¨ªsica de los radicales, como talibanes y Al Qaeda, pero sigue quedando el gran reto de cambiar la mentalidad intolerante: "Y para ello la cultura es la mejor manera de llegar directamente a la gente, es el medio m¨¢s poderoso", dice la directora.
C¨¢rcel y amenazas de muerte
Muchos de sus casi 30 actores han pasado por la c¨¢rcel, han recibido amenazas de muerte y sus obras han sido prohibidas. Sin embargo la compa?¨ªa sigue con sus presentaciones. "No podemos permitirnos el lujo de tener miedo. La supervivencia nos va en ello: nuestro espacio, nuestra fe en lograr un pa¨ªs democr¨¢tico y secular", dice Gauhar. La entrada es gratis para todo el que vaya a verlos y el grupo se mantiene gracias a donaciones, siendo la cooperaci¨®n noruega uno de los donantes m¨¢s importantes.
Por el af¨¢n de "logar un Pakist¨¢n m¨¢s libre, secular y tolerante" el grupo pone en escena obras controvertidas para la sociedad paquistan¨ª. Por ejemplo, Burkavaganza, "una historia de amor en los tiempos de la yihad" que se r¨ªe de todos: sociedad, fundamentalistas, partidos pol¨ªticos, Gobierno y hasta los estadounidenses.
Habla del cada vez m¨¢s extendido uso del burka en Pakist¨¢n. La directora es tajante: "no creo que deba ser prohibido, pero debe haber libertad de no usarlo. Cualquier mujer en buen uso de sus facultades mentales rechazar¨ªa usarlo: creo que la mayor¨ªa son forzadas por su familia o la sociedad", opina. Para ella, esta prenda musulmana afecta la personalidad y la libertad de las mujeres.
Sexismo
En Pakist¨¢n la desigualdad de las mujeres es lacerante: una mujer no puede heredar la misma extensi¨®n de tierra que su hermano o se necesitan dos de ellas para que cuente como un testigo en el tribunal. La presi¨®n de los extremistas es tanta, dice la directora, que incluso la ex primera ministra Benazir Bhutto se cubr¨ªa la cabeza con un velo "para proyectar la imagen de una buena musulmana".
Ajoka tambi¨¦n representa obras sobre personajes hist¨®ricos que hablan de tolerancia, como "Bullah" que habla del santo suf¨ª Bulle Shah que pregonaba un mensaje de paz. En la visi¨®n de Ajoka, no es necesario importar ideolog¨ªas de occidente: en el sufismo, que est¨¢ muy presente en Pakist¨¢n se promueve la tolerancia, la compasi¨®n y el amor.
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