El Santo Grial del libro digital, el empuje de la Feria de Fr¨¢ncfort
La brecha electr¨®nica con EE UU se agranda: los expertos calculan que en tres a?os la explosi¨®n de los 'e-book' en Europa y Sudam¨¦rica
Al mundo del libro le pasa lo que dec¨ªa Galileo: lo digital est¨¢ por estallar, s¨ª, pero moverse, se mueve. La prueba ha sido la inauguraci¨®n oficial de la Feria de Fr¨¢ncfort. Por vez primera en su historia, el mayor evento del sector lleva un lema bajo su logotipo. Y nada balad¨ª: Repensar. Renovar. Y tampoco se recuerda que un representante de una marca comercial tan ajena al sector interviniera en la presentaci¨®n mundial a los medios al lado del director de la feria, Juergen Boos, y del presidente de los libreros y editores alemanes, Gottfried Honnefelder, honor hasta ahora reservado casi siempre a escritores, tan dispares como Cornelia Funke o Paulo Coelho.
El intruso ha sido un alto responsable de Audi, empresa que ha cedido un futurista pabell¨®n que destin¨® a la ¨²ltima feria automovil¨ªstica para albergar una de las grandes novedades de esta convocatoria libresca, el espacio Story Drive, donde expertos de campos tan en principio distantes como el cine, los juegos, los libros y la m¨²sica discutir¨¢n los escenarios ya inminentes del futuro de la industria de los mass-media. Que el productor de los ocho filmes de Harry Potter, David Heyman, o el de la HBO, la cadena televisiva reina de las series, Peter Friedlander, sean algunos del medio centenar de invitados lo dice casi todo. La guinda, que tengan un espacio espec¨ªfico de encuentro de 460 metros cuadrados al lado de la sacrosanta ¨¢rea de los agentes literarios tradicionales. En cualquier caso, los suyos ser¨¢n s¨®lo algunos de los 500 eventos (de los 3.200 programados de todo tipo) que hasta el pr¨®ximo domingo se destinar¨¢n en la feria a temas digitales. Hace s¨®lo dos a?os, en 2009, los actos de ese ¨¢mbito eran casi inexistentes.
"El contenedor del libro se ha roto totalmente. Ya ni siquiera podemos hablar de diferentes formatos sino de una nueva era de la edici¨®n. No tenemos otra opci¨®n que cambiar; lo hacen hasta nuestros hijos: el libro debe formar parte de la cadena interactiva multimedia de la que esta feria ha de ser plataforma, ya todo existe simult¨¢neamente", se?ala Boos. Pero lo dice tranquilo, quiz¨¢ con las cifras de la feria en la cabeza. Si no fuera por los puestos de los grandes grupos, menos espectaculares y ampulosos y que a¨²n hoy se montaban, casi no se nota la crisis: hay 7.384 expositores, apenas 150 menos que el a?o pasado y la mayor parte por ausencia de editores alemanes. No les est¨¢ yendo muy bien el curso: las ventas han descendido casi un 3%, "pero las perspectivas son positivas, como el resto de la econom¨ªa", dice para poner los dientes largos a la prensa extranjera.
El motor sigue siendo lo electr¨®nico: el 41% de los exhibidores se presenta a la feria incluyendo productos digitales en su cartera y un 43% admite estar preparando ya nuevos servicios. La b¨²squeda del Santo Grial del libro digital mantiene la feria viva. Pero se detecta otro peligro, tan inquietante como la pirater¨ªa electr¨®nica (que alcanza un 60% de las descargas de libros en Alemania): la brecha digital en relaci¨®n a EE UU se agranda. Ni en un pa¨ªs tan avanzado en la lectura como Alemania se acortan las distancias. Los expertos reunidos en Fr¨¢ncfort hablan de al menos tres a?os para alcanzar en Europa y Suram¨¦rica una eclosi¨®n similar a la estadounidense: all¨ª, la penetraci¨®n del e-book se mueve ya entre el 15 y el 20% del mercado. Las ganancias en libros electr¨®nicos fueron el pasado marzo un 146% superior al mismo mes del 2010, seg¨²n una filtraci¨®n de la Asociaci¨®n Norteamericana de Editores.
A ello no es ajena la labor del Kindle de Amazon, que ha provocado que las ventas de libros en edici¨®n electr¨®nica hayan superado a las de papel tanto en ediciones baratas como en tapa dura. Frente a todo ello, para Alemania, Honnefelder habla de "poco m¨¢s de un 1%", un porcentaje del que ser¨ªa muy culpable la escasa diferencia de precio entre la edici¨®n de un libro electr¨®nico y uno en papel (apenas un 15% m¨¢s barato de media el primero), cifras muy similares todas a las del mercado espa?ol.
El pabell¨®n del pa¨ªs invitado de honor, Islandia (el primero de los n¨®rdicos en serlo), parece felizmente ajeno a todo ello. En el que sin duda es uno de los m¨¢s bellos de las ¨²ltimas ediciones casi no hay libros. Prescindiendo de pl¨²mbeas explicaciones hist¨®ricas, se muestra lo genuinamente island¨¦s: bella tierra y grandes lectores, con Reikiavik declarada ciudad literaria por la Unesco y un pa¨ªs con una media por persona de ocho libros le¨ªdos al a?o, unas 170 editoriales y 2,5 millones de ejemplares vendidos al a?o para apenas 320.00 habitantes.
Fabulosa Islandia, reza con raz¨®n su lema. Una docena de pantallas muestran espectaculares parajes islandeses (en su mayor¨ªa glaciares y cascadas) en las que, en particular trampantojo, se integran libros, ya sean volando como p¨¢jaros o transform¨¢ndose en saltos de agua. Y tambi¨¦n im¨¢genes fijas de lectores an¨®nimos frente a sus poblad¨ªsimas bibliotecas y que lentamente cobran vida y recitan a los autores islandeses que leen (39 de ellos presentes estos d¨ªas). Viejos comedores y estanter¨ªas de madera con muestras de su literatura -m¨ªticas sagas n¨®rdicas incluidas- envolviendo a c¨®modos sillones cierran el espacio. Tanta calidez y beatitud de un pa¨ªs tan fr¨ªo genera en el visitante unas irreprimibles ganas de sentarse, acurrucarse y leer un libro. En papel o de los otros, no importa.
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