Una tienda con mucha magia
El Rey de la Magia, el establecimiento de art¨ªculos de ilusionismo m¨¢s antiguo de Europa, abre un teatro museo en Barcelona
El mago extrae de su bolsillo una baraja de cartas a estrenar, divide el mazo en dos montones y los mezcla a un palmo de distancia de un peque?o grupo de personas. Con los cuatro ases en la mano izquierda cuenta una historia de g¨¢ngsters en las calles de Chicago. Cada as representa al cabecilla de una banda de ladrones. Tras perderlos por las calles de la ciudad (las distintas partes del mazo) para evitar su captura, se viste de polic¨ªa y empieza a investigar el paradero de los malhechores. Sin tocar las cartas y con solo mentar su nombre los fugitivos van apareciendo en la parte superior del mazo. Aplausos.
La ovaci¨®n del p¨²blico provoca una sonrisa burlona del tah¨²r. Rodeado de una docena de personas que disfrutan del espect¨¢culo con una cerveza en la mano, el mago Amilkar ejecuta su n¨²mero durante una hora en Teatro Museo del Rey de la Magia, el nuevo espacio en Barcelona dedicado a los espect¨¢culos de prestidigitaci¨®n que ha abierto esta primavera la tienda del mismo nombre y que es la m¨¢s antigua de Europa dedicada a la venta de productos de ilusionismo.
Desde 1881 el El Rey de la Magia vende todo tipo de artilugios m¨¢gicos en la calle de la Princesa en Barcelona, primero en el n¨²mero 5 y desde 1895 en el n¨²mero 11. Fundada por el prestidigitador Joaquim Partag¨¤s, fue durante a?os la ¨²nica tienda de magia de Espa?a lo que la convirti¨® en un referente. Su fachada granate invita al transe¨²nte a adentrarse en este peque?o y oscuro espacio, un aut¨¦ntico viaje m¨¢gico en el tiempo que cautiv¨® al poeta Joan Brossa, un aficionado taumaturgo que lleg¨® a afirmar que "el poema, como el juego de manos, es la metamorfosis de la realidad, una sorpresa para toda persona inteligente".
Desde marzo, el Rey de la Magia cuenta con un Teatro Museo en la calle de Jonqueres de Barcelona en el que se ofrece una programaci¨®n selecta de espect¨¢culos de magia de cerca y representaciones teatrales. Adem¨¢s, el visitante tiene la posibilidad de recorrer un peque?o museo en el que se muestra una colecci¨®n de objetos utilizados por distintos magos durante sus actuaciones as¨ª como fotograf¨ªas y carteles de ilustres ilusionistas.
"Nuestra idea de crecimiento viene de Joaquim Partag¨¤s y su ilusi¨®n por levantar un teatro que solo ofreciera magia", comenta Pau Mart¨ªnez, gerente del nuevo espacio. A pesar de que la oferta de espect¨¢culos de magia en la capital catalana ha crecido (las sesiones que programan las salas La Seca Espai Brossa y Teatreneu), el Teatro Museo del Rey de la Magia es el ¨²nico espacio dedicado exclusivamente este tipo de espect¨¢culos. "Actualmente, la magia y el teatro est¨¢n un poco peleados. En los ¨²ltimos tiempos se ha apostado m¨¢s por la danza y por el musical", se?ala Mart¨ªnez.
Su amor por el mundo del ilusionismo lo hered¨® de sus padres, propietarios del Rey de la Magia desde 1984 y precursores de esta nueva aventura empresarial. "Lo que han hecho con este sitio merece todo mi respeto y reconocimiento, tiene un valor incalculable para la magia", sostiene con tono emocionado Amilkar.
La programaci¨®n del Teatro Museo del Rey de la Magia ofrece espect¨¢culos cada semana de jueves a domingo, con precios que van de los 10 a los 20 euros dependiendo de la hora de la funci¨®n y de los diversos espacios que se desee visitar. "Se nos ha quedado peque?o para todo lo que querr¨ªamos hacer. Por aqu¨ª ha pasado gente de Nueva York o Londres y nos ha dado las gracias por haber montado un sitio como este", mantiene el gerente.
A punto de comenzar la sesi¨®n un hombre de estatura media sostiene entre sus manos un antiguo peri¨®dico. En primera fila, un grupo de turistas americanos sigue entusiasmado el n¨²mero. Tras hacer levitar a su compa?era, transformar todo tipo de objetos y adivinar una decena de cartas el espect¨¢culo termina como empez¨®, con una oleada de aplausos. "La verdad es que la gente est¨¢ acogiendo muy bien este nuevo espacio y aunque de momento estamos arrancando y la crisis se nota, somos optimistas", confiesa Josep Maria Mart¨ªnez, mago y propietario junto a su mujer, Rosa Mar¨ªa Llop, que participa con ¨¦l en la funci¨®n.
A pesar de que los espect¨¢culos acaparan gran parte del tiempo de la familia, la tienda de la calle de la Princesa sigue siendo el buque insignia del Rey de la Magia. "Soy de Pontevedra y este sitio es como me lo imaginaba: mucha madera, luz tenue y un aire misterioso que te envuelve", comenta Pablo Correa, aficionado al ilusionismo que visita por primera vez el local. No sab¨ªa que, adem¨¢s de encontrar todo lo buscaba, pudiera ver tambi¨¦n espect¨¢culos de magia. "Voy a venir mucho por aqu¨ª", confiesa con una carcajada.
Con la puesta en marcha del teatro se han programado tambi¨¦n cursos para aprender a hacer trucos. En ellos se puede perfeccionar las t¨¦cnicas de manipulaci¨®n de cartas y peque?os objetos, adquirir conocimientos de otras ramas de la magia o incluso recibir clases durante un curso completo en el que adem¨¢s se ofrece al alumno herramientas para poder llevar a cabo su propio espect¨¢culo.
Amilkar, profesor de magia, cierra su representaci¨®n con un juego de cartas y dos vasos de cristal. Con un pa?uelo y un suave movimiento provoca una exclamaci¨®n que rebota en las paredes del bar. Concluye el n¨²mero y el teatro bar cierra sus puertas. El efecto llamada de los espectadores augura una buena acogida para la pr¨®xima funci¨®n. El Rey de la Magia sigue en el trono.
El secreto del truco
"De vez en cuando viene gente a la tienda a quejarse de todos esos magos que ense?an el truco, y aunque no nos gusta que lo hagan sirve para crear afici¨®n", asegura Pau Mart¨ªnez. A pesar de que la m¨¢xima de cualquier mago dicta que jam¨¢s se ha de desvelar el truco, hay magos que se dedican a comercializar sus espect¨¢culos.
Durante las clases de magia que se imparten en El rey de la Magia, los asistentes se comprometen a no desvelar ante nadie lo que all¨ª se aprende. "Unos lo cumplen m¨¢s y otros menos", confiesa con tono ir¨®nico Mart¨ªnez.
Y es que el resultado de un truco ha de provocar la curiosidad del aspirante a taumaturgo y ¨¦l mismo debe ser capaz de repetirlo. "Mis padres nunca me han explicado como se hace un truco, observarlos he ido aprendiendo. Las claves est¨¢n siempre en los libros".
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