La partida de cartas de Ruiz Zaf¨®n
El escritor catal¨¢n presenta en Barcelona la tercera entrega de la tetralog¨ªa iniciada con 'La sombra del viento' en una espectacular puesta en escena
El libro como una oferta m¨¢s de la industria del ocio y el escritor como estrella medi¨¢tica ha revivido hoy uno de sus cap¨ªtulos m¨¢s denotativos con la presentaci¨®n en Barcelona de El prisionero del cielo (Planeta), tercera entrega de una futura tetralog¨ªa que Carlos Ruiz Zaf¨®n (Barcelona, 1964) arranc¨® hace ahora 10 a?os con La sombra del viento y que prosigui¨® hace tres con El juego del ¨¢ngel. Ante cinco millones de ejemplares vendidos en Espa?a (25 millones en todo el mundo) se trataba de no tocar mucha cosa en relaci¨®n a la ¨²ltima puesta de largo: presentaci¨®n masiva pero escogida (unas 300 personas, entre periodistas y, sobre todo, libreros de toda Espa?a y de Am¨¦rica, casi un tercio, diferenciados unos de otros por chapas de colores distintos jugando con la figura del drag¨®n que tanto gusta al autor), un marco especial (la capilla g¨®tica del Convento de los ?ngeles de Barcelona, frente al suntuoso Liceo de 2008) y un escenario que simula una gran biblioteca almac¨¦n en honor al cementerio de los libros olvidados que vertebra las novelas.
De nuevo sentado en un sof¨¢ junto a una periodista de post¨ªn (Gemma Nierga esta vez; Olga Viza, la anterior), Zaf¨®n, que ha respondido a los aplausos de los asistentes con un displicente saludo con la mano brazo en alto, se ha dispuesto a charlar con su interlocutora que, inconscientemente o no, ha soltado al ver la treintena de c¨¢maras y fot¨®grafos: "Eres una estrella aut¨¦ntica", mientras por dos veces (tambi¨¦n lo hizo al final) le ha lanzado: "Quiero darte las gracias por permitirme estar aqu¨ª". No era gratuito: Zaf¨®n es de los pocos escritores espa?oles que decide a qu¨¦ medios concede audiencia, qu¨¦ preguntas acepta y qu¨¦ periodistas pueden entrevistarle. Tan calculada como la puesta en escena fueron las respuestas del autor afincado buena parte del a?o en Los ?ngeles, que se parecieron mucho a las de 2008, salvo en el mensaje sobre el planteamiento de la tercera entrega: ante las cr¨ªticas que recibi¨® la anterior tanto por la cr¨ªtica como por una parte de sus lectores ("se vendi¨® menos de lo previsto", admit¨ªan ayer en voz baja responsables de la editorial), El prisionero del cielo es "una novela m¨¢s luminosa, menos oscura y ambigua que la anterior; sab¨ªa que los lectores se iban a enfadar conmigo por liarles pero estaba previsto as¨ª", se defend¨ªa t¨¢citamente ayer. Una tesis que remach¨® al asegurar que ahora "se dan las claves para interpretar el libro anterior, los hilos se van atando y eso generar¨¢ una lectura m¨¢s acelerada".
Buen y taimado contador de historias, Ruiz Zaf¨®n ha potenciado ahora el referente de su primer gran ¨¦xito, La sombra del viento. Mientras El juego del ¨¢ngel era una especie de precuela, El prisionero del cielo (que tendr¨¢ versi¨®n en catal¨¢n el 19 de enero pr¨®ximo) ser¨ªa, en realidad, una secuela. Ambientada en la Navidad de 1957, el lector se encontrar¨¢ con el protagonista de la primera parte, Daniel Sempere, ya padre y con la librer¨ªa familiar intentado salir de la crisis, como las de ahora. El protagonismo recaer¨¢ m¨¢s, sin embargo, en Ferm¨ªn Romero de Torres, el misterioso mendigo que ahora trabaja en la librer¨ªa, que se muestra muy inquieto y m¨¢s cuando alguien le deja una extra?¨ªsima dedicatoria en un ejemplar de El conde de Montecristo. Las semanas inmediatas a la guerra civil y episodios oscuros en la prisi¨®n del castillo de Montju?c ser¨¢n el nuevo marco que se ver¨¢ obligado a revisitar el mejor amigo de Daniel.
"S¨ª, Daniel ha crecido, es un personaje m¨¢s vengativo, ve sombras de odio y rencor porque quiere saber qu¨¦ sucedi¨®; es un cl¨¢sico en mi producci¨®n literaria: me gusta explorar las elecciones morales que hacen las personas y que son las que nos hacen ser como somos en realidad; la vida es una partida de cartas: cierto que la mitad de la mano nos la da la vida pero la otra mitad depende de c¨®mo nos las jugamos; seg¨²n c¨®mo, nos transformamos en unas u otras", ha confesado el autor. Tambi¨¦n ha admitido que en la obra hab¨ªa un buen n¨²mero de gui?os literarios, como las referencias a la obra de Alejandro Dumas, Los Miserables de V¨ªctor Hugo, y mucho Dickens. Es m¨¢s, ¨¦l mismo considera que "mi infancia fue dickensianamente light: trabaj¨¦ con apenas 12 a?os para mi padre, que era agente de seguros, cobrando por las casas; eso me permiti¨® patearme la ciudad de arriba abajo y as¨ª vi todas las capas de Barcelona, la ciudad por dentro y por fuera y eso me marc¨® mucho". De ah¨ª, asegura, que su intenci¨®n no es tanto retratar una Barcelona como "cogerla como personaje y dise?arle vestidos y frases".
Por descontado, Ruiz Zaf¨®n -que, como en los libros anteriores, ha compuesto una banda sonora de la novela ("son miniaturas musicales que me ayudan a concebir la historia y a buscar nexos que no imaginaba")- insiste en que no ceder¨¢ los derechos para llevar la serie a la gran pantalla: "Uso recursos que pueden ser audiovisuales, por eso la gente encuentra texturas y la luz de lo audiovisual en mis libros, pero su complejidad estructural y la riqueza y profundidad de los personajes el cine me lo perder¨ªa; la mejor imagen se la hace el lector en el teatro de su imaginaci¨®n; no todo han de ser videojuegos, ni se debe tener que transformarlo en otra cosa para exprimirlo m¨¢s". Tampoco lo necesita: en un par o tres de a?os espera cerrar la tetralog¨ªa ("la historia ha salido ya del t¨²nel; volveremos al cementerio de los libros olvidados; el gran final se acerca", vendi¨®) y mientras, para matar el rato, ya ha lanzado un mill¨®n de ejemplares de la tercera parte.
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