Cuando triunfa el negocio con los cad¨¢veres

Mercedes ?lvarez hizo una pel¨ªcula gigante, gloriosa, El cielo gira, un filme a la altura de los grandes t¨ªtulos del cine documental, un amoroso canto a la soledad de su pueblo, Aldealse?or (Soria), donde naci¨® en 1966. Ven¨ªa de ser la montadora de En construcci¨®n, de Jos¨¦ Luis Guerin, y aquel trabajo lanz¨® su nombre. Muchos otros se hubieran quedado ah¨ª, pero hoy viernes estrena Mercado de futuros, y ?lvarez vuelve a abofetear a todos los seudodocumentalistas que se pasan de listos.

Mercado de futuros habla de la crisis, del ser humano, del escuchar y no hablar, de la sobreexplotaci¨®n... Y todo ello dejando que la c¨¢mara fluya, deje que los personajes se expresen. Lo actual de su propuesta, en mitad de la crisis que vivimos, tiene sin embargo algo m¨¢s de premonitorio que de plasmaci¨®n del aqu¨ª y del ahora. "Ten¨ªamos la pel¨ªcula terminada desde hace un a?o, y nos ha costado encontrar salas. Es todo muy dif¨ªcil", cuenta la directora por tel¨¦fono. "Empezamos en 2008. No quer¨ªamos desde luego hacer un filme sobre la crisis, pero entiendo que hoy un espectador lo vea de otra forma. De verdad, nuestra intenci¨®n no era dar esa batalla; si hubiera ido por ah¨ª habr¨ªa incidido por ejemplo en el sistema de producci¨®n".

En Mercado de futuros paseamos, de la mano de ?lvarez, por una feria inmobiliaria, por otra de liderazgo en las empresas, vamos por el barrio barcelon¨¦s de tiendas de chamarileros que se extiende a la sombra de la torre Agbar, vemos c¨®mo los huertos son sitiados por carreteras y v¨ªas de tren. "Rodamos con una intenci¨®n humilde, acercarnos a lo que pasaba. Por el camino encuentras las sorpresas, grabas a esos comerciales que venden casas como si actuaran, como si estuvieran implicados en una especie de juego. Adem¨¢s, esa escenograf¨ªa que les rodea, de para¨ªsos de palmeras y playas, de maquetas de edificios perfectos, acentuaba su impostura".

Falsa necesidad

En el documental se habla de la falsa necesidad de comprar en contraste con personajes como Jes¨²s, un chamarilero que arrebata el coraz¨®n del p¨²blico. "Fue un hallazgo del guionista y montador. Es el contrapunto perfecto. Rodeado de palabrer¨ªa, ¨¦l pide que pensemos antes de hablar. Tuvimos siete meses de montaje, buscando relaciones entre los planos, y algunas de esas conexiones nacieron desde el inconsciente. Por ejemplo, una que tiene que ver con Jes¨²s. Los gur¨²s de las ventas sueltan: 'Hay que hacer negocios en mitad de las guerras', y de repente aparece Jes¨²s y dice: 'No se puede comerciar con los cad¨¢veres'. Y esa uni¨®n la hemos visto acabado el filme".

Si el mundo en general adolece de falta de cr¨ªtica, si estamos cada vez m¨¢s adocenados, ?se salva el cine de esta unificaci¨®n? "No, porque quieren hacernos creer que se somete a una ley de mercado y que hay un prototipo de espectador. Me niego a creerlo. Como si solo hubiese hueco para un tipo de cine. Lo que hay es una rendici¨®n, a la que habr¨ªa que oponerse con regulaciones pol¨ªticas. Pienso en Agn¨¨s Varda y su Los espigadores y la espigadora: ense?aba que hab¨ªa otro tipo de gente a otro tipo de p¨²blico". Es una imagen perfecta: ?lvarez ha recolectado una pel¨ªcula diferente para un espectador diferente.