Metiendo un gol a los nazis

En la navidad de 1981 Carlos Mara?¨®n, a sus 7 a?os, fue con su padre a ver Evasi¨®n o victoria. "A la salida, no paramos de imitar la tijereta de Pel¨¦. En la calle, en casa...". El ahora director de la revista Cineman¨ªa tambi¨¦n recuerda c¨®mo le impresionaron otros momentos la pel¨ªcula. "En concreto en la sala hubo aplausos cuando la tijereta y en los t¨ªtulos de cr¨¦dito, cuando salen acreditados los futbolistas que aparecieron en el rodaje". ?l ya llevaba su un gusanillo en su interior: el periodista es hijo, nieto y sobrino de futbolistas, as¨ª que mam¨® ese deporte en casa. Hace unos a?os public¨® F¨²tbol y cine, sobre la extra?a y tortuosa relaci¨®n entre el balompi¨¦ y el s¨¦ptimo arte. Ahora, en una especie de spin off de uno de los cap¨ªtulos de aquel libro, aparece Un partido de leyenda (editorial 8 y medio), sobre la pel¨ªcula Evasi¨®n o victoria, de John Huston, que probablemente no sea el mejor largometraje sobre f¨²tbol, pero s¨ª el m¨¢s idolatrado por los aficionados a ese deporte. "A m¨ª desde luego me impresion¨® m¨¢s que todas las veces que hab¨ªa ido al estadio a ver f¨²tbol en directo".

Ni John Huston parec¨ªa el director adecuado para este historia sobre el duelo en un estadio de Par¨ªs entre un equipo de presos aliados y otro de jugadores alemanes en agosto de 1944 (que acaba en empate a cuatro), ni Sylvester Stallone su protagonista ideal, pero las buenas labores de Michael Caine y la de las m¨²ltiples estrellas de f¨²tbol que actuaron en el filme (Pel¨¦, Bobby Moore, Osvaldo Ardiles, y una pl¨¦yade de ases europeos, adem¨¢s de los jugadores del Ipswich Town ingl¨¦s) superaron un guion endeble y la sensaci¨®n de Sly de estar perdido en un rodaje que se realiz¨® en Hungr¨ªa en 1980. Mara?¨®n dedica primero parte del libro a explicar un caso real en el que pudo inspirarse este duelo cinematogr¨¢fico -entre el Dynamo de Kiev y un equipo alem¨¢n- antes de empezar a desgranar an¨¦cdotas y a analizar el filme. "Mi mayor fuente han sido las biograf¨ªas de futbolistas, que no dejan precisamente en buen lugar a Stallone".

En cambio, se deshacen con Caine, que lleg¨® con cierto sobrepeso al rodaje -nunca se puso en forma-. "Yo creo que para rodar f¨²tbol tiene que gustarte el f¨²tbol, no sirve una mirada as¨¦ptica", dice el autor del libro, "porque hay que saber mirarlo a trav¨¦s de la c¨¢mara". Y pone como ejemplo Un domingo cualquiera, de Oliver Stone, "que est¨¢ claro que ama y sabe de f¨²tbol americano: es perfecta". A Pel¨¦ se le asign¨® el trabajo de core¨®grafo de las jugadas. "Huston quer¨ªa que fueran ensayadas y medidas, y le convencieron que eso era imposible, que era mejor jugar partidos y sacar de ah¨ª los mejores momentos. Eso hicieron durante dos semanas". Menci¨®n aparte merecen la famosa chilena de Pel¨¦ -al menos en la pel¨ªcula se ve que usaron dos tomas distintas- y el penalti parado por Stallone, del que se realizaron 30 tomas. "Hay alguna jugada que ves que es imposible que la ensayaran, sencillamente que les sali¨® as¨ª de bien".

A Mara?¨®n le queda la espina de que siga sin haber una gran pel¨ªcula de f¨²tbol. "Mi favorita es Damned United, y las secuencias del reencuentro de futbolistas de Volver a empezar: se nota el cari?o de Garci por este deporte". De todas las historias del libro, recuerda una de las primeras que ley¨®, una an¨¦cdota que le empuj¨® a seguir investigando: "No se sabe si es cierta o invento de su protagonista, pero me encanta esa de John Wark, internacional escoc¨¦s, del Liverpool, que estaba de vacaciones en Glasgow en verano de 1987 paseando con su familia cuando un viejo se le acerca y le dice: 'Diablos, John, ?es verdad! ?Lograste escapar!". Aquel anciano, como en los mejores cuentos, mezclaba realidad y ficci¨®n, un estupendo colof¨®n para una de las pel¨ªculas deportivas m¨¢s vistas de la historia.