La Bebe resabiada
La cantante da un giro en su tercer disco, 'Un pokito de rocanrol'. Se enfrenta a un ambiente hostil en el que ha perdido apoyos. Llega para probar que es m¨¢s que una pose de estar de vuelta de todo
![La cantante Bebe.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6T4DSB6LQIM3J2WFHWV4AOGBNU.jpg?auth=59a3f6ad3568e82d95328531392411dfd57003be77b142f774a41a56c0181cd3&width=414)
La organizaci¨®n de esta entrevista no ha sido sencilla. Bebe requer¨ªa un lugar donde pudiera fumar, el periodista necesitaba, adem¨¢s, un espacio tranquilo para que el t¨ºte ¨¤ t¨ºte se desarrollara con cierta intimidad. Conven¨ªa tambi¨¦n contar con un equipo para mostrar su nueva m¨²sica, embargada hasta febrero. As¨ª que hemos terminado en el hotel Emperador, pura Gran V¨ªa madrile?a, cuyo personal es cordial y habituado a la far¨¢ndula. Estamos, nos informan, en la misma habitaci¨®n que sirvi¨® de suite nupcial para Alaska y Mario Vaquerizo, un detalle que divierte a Bebe: "Bueno, qu¨¦ barbaridad de glamour".
Lo de la intimidad no va a poder ser. El representante de su discogr¨¢fica se aleja discreto, pero La Puri se sienta a la vera de Bebe, la mirada recelosa clavada en el periodista. Purificaci¨®n Mora es una amiga ¨ªntima de Bebe, reconvertida en secretaria personal de la cantante durante sus siete a?os de vida p¨²blica. Y ahora ejerce de m¨¢nager. Una novedad significativa: ya no est¨¢ Ignacio Cubillas, alias Pito, uno de los m¨¢s carism¨¢ticos e inteligentes representantes de artistas del showbiz espa?ol, motor en las carreras de H¨¦roes del Silencio o la saga Pegamoides-Dinarama-Fangoria.
Como un nuevo ?caro, Pito se quem¨® espectacularmente en los noventa y cay¨® al pozo. Se rehabilit¨® a tiempo de tomar el tim¨®n de la nave Bebe en 2004, evitando que la artista encallara en los tiempos enloquecidos, cuando una fama enorme y equ¨ªvoca cay¨® sobre ella, escasamente preparada para un abrazo tan abrasivo. Hoy, Bebe prefiere no comentar su ausencia. "Lo que menos me gusta de las entrevistas es dar explicaciones sobre cosas que solo me conciernen a m¨ª. A Pito le di mis razones y las acept¨® como un campe¨®n".
No voy a perder un minuto con Facebook o Twitter mientras mi hija me necesite"
Sospecho que muchas de las historias m¨¢s reveladoras sobre un artista est¨¢n en su pol¨ªtica laboral, en sus pactos con el negocio de la m¨²sica. Pero esa v¨ªa est¨¢ hoy cegada. Bebe es de esas raras figuras que saben mantenerse en silencio, sin ponerse a parlotear para tapar un bache en la conversaci¨®n, capaz de responder a una cadena de preguntas con otros tantos gestos intraducibles. Adem¨¢s, ha venido con todas las prevenciones posibles: "No me gust¨® la anterior entrevista que me hiciste. Entraste y no me miraste a los ojos". Caramba: ?tanto cuesta concebir que alguien se sintiera intimidado por la belleza de una Bebe veintea?era? "?Yo no me sent¨ªa bella!". Le hago ver que se somet¨ªa a gusto a largas sesiones de fotos, ense?aba los pechos, parec¨ªa latir un narcisismo exhibicionista. "Pues yo era un saco de huesos".
Mentira. Bebe es inmensamente fotog¨¦nica, aunque lo intente esconder. La portada del nuevo disco, Un pokito de rocanrol, el tercero, contiene un retrato perteneciente a una sesi¨®n particularmente favorecedora, pero ella ha tapado su cara con la calavera de un b¨®vido. ?Doctor Freud? Sale r¨¢pidamente por la tangente: "Es una foto que tom¨¦ yo en Nueva Zelanda". ?Qu¨¦ hac¨ªa en las ant¨ªpodas? Mueca enigm¨¢tica. En otros tiempos, reconoce, le gustaba escaparse sola, a veces con su furgoneta, bautizada la Quinquillera. No cuenta detalles, aunque intento azuzarla con la distinci¨®n entre "viajeros" y "turistas" de la que alardeaba Enrique Bunbury, antiguo compa?ero de discogr¨¢fica. Tajante: "Se puede tener esp¨ªritu viajero y llevar una Visa Oro".
Retrocedamos a la vor¨¢gine del fen¨®meno Bebe. Ella aceptaba encantada las sesiones de moda. El rumor dec¨ªa que Bebe -o su gente- insist¨ªa en llevarse para casa algunas de las prendas con las que la vest¨ªan. Algo f¨¢cil de entender: eso de que te traigan toneladas de ropa prestada debe de despertarte el deseo de reescribir el cuento de la Cenicienta. Bebe se r¨ªe, Puri abre mucho los ojos. Tema cerrado.
No se ganan tantas perras como antes, pero seguimos siendo unos afortunados"
Frente a esa imagen de cantante kamikaze que algunos han intentado transmitir, Bebe parece tener una mente precavida para el negocio. Admira a hormiguitas como Acetre, grupo de folclor extreme?o, cuyos miembros se dedican a oficios m¨¢s o menos convencionales y aprovechan los fines de semana y las vacaciones para dedicarse a la m¨²sica. Son, adem¨¢s, los propietarios de sus masters, lo que explica que saquen ediciones tan cuidadas de sus discos. "Lo peor del mundo de la m¨²sica es que muchos entran esperando que alguien les toque con la varita m¨¢gica y les haga famosos. Son seguramente los mismos que firman un contrato de grabaci¨®n sin que un buen abogado revise las cl¨¢usulas. Yo he sido muy cauta, lo he mirado todo por arriba y por abajo. Mi padre me dec¨ªa: 'Est¨¢ bien que te preocupes, hija, pero disfruta tambi¨¦n de cada cosita que vas haciendo'. Nunca he cre¨ªdo en los cuentos de hadas, siempre los he le¨ªdo como met¨¢foras".
Se beneficia Bebe (Valencia, 1978) de una familia extensa: los padres y algunos de sus cuatro hermanos tienen experiencia musical. "Siempre han estado apoyando, junto con los primos y los amigos. No se cortan en decirme lo que piensan, incluso en re?irme si creen que me he pasado". Particularmente, cree en la prueba de la lavadora. Otra met¨¢fora, advierte: "Te compras un vestido y puede parecer maravilloso, pero tienes que lavarlo, ponerlo a secar, dejar que se airee y luego plancharlo. Entonces ves si te vale de verdad o si tiraste el dinero".
Bebe tambi¨¦n tiene una familia nuclear. Forma pareja con ?lvaro, que trabaja en la m¨²sica en directo, y en 2010 lleg¨® una ni?a, Candela. De su compa?ero no habla, pero s¨ª de su criatura. Mejor dicho, del impacto que supone ser madre: "Todo se relativiza, pierde importancia. No voy a perder ni un minuto con Facebook o Twitter mientras Candela me necesite. Adem¨¢s, se habla de criar a los ni?os, pero ellos tambi¨¦n nos educan. ?Hasta en lo musical! Empiezas a indagar en discos infantiles y encuentras maravillas como Cantajuegos y programas did¨¢cticos que hasta encantan a los mayores".
He tenido mis temporadas aceleradas, pero, de verdad, yo soy una ovejita"
Ella manifiesta pasi¨®n por Pesadilla en la cocina, el falso reality show de Antena 3 donde el chef Gordon Ramsay acude al rescate de restaurantes con problemas. "Aparte de que yo sea muy cocinillas, ofrece soluciones para negocios asfixiados, de cualquier tipo. Si los jefes de la industria musical lo hubieran podido estudiar, seguro que no estaban en el desastre de ahora mismo".
Ay, la crisis del modelo discogr¨¢fico. ?Puede Bebe entender las reacciones de otros artistas? Mientras algunos regalan todo lo que graban, se supone que Manu Chao acumula media docena de discos que se niega a editar, ante la evidencia de que ser¨¢n pirateados y apenas generar¨¢n plusval¨ªas. Ella evita especular sobre las motivaciones de Manu: "El negocio ha cambiado y habr¨¢ que amoldarse, crear nuevos modelos. Siempre hubo y siempre habr¨¢ m¨²sica, gente que necesita expresarse y comunicarse. El inconveniente es que ya no se puede mercantilizar como antes. No se ganan tantas perras, pero seguimos siendo unos afortunados. Claro que si te acostumbraste a volar en business, ahora te sentir¨¢s inc¨®modo en turista".
Ella pill¨® la cola de la etapa de vacas gordas, al vender casi un mill¨®n de copias de su estreno, Pafuera telara?as (2004). Aqu¨ª divergen las opiniones: unos creen que ese ¨¦xito fue el fruto de un trabajo lento, muchos a?os forj¨¢ndose como cantautora en locales peque?os, y otros argumentan que la muchacha naci¨® con una flor en el culo. Bebe cree que s¨ª: "Me acompa?a una estrella, soy una persona muy afortunada en todos los sentidos. ?Quieres ejemplos? Julio Medem y Jos¨¦ Luis Cuerda me llamaron para hacer cine, y me agarraron en el momento perfecto, eran papeles peque?itos y yo estaba un tanto saturada de m¨²sica. El verano pasado me llamaron para una pel¨ªcula muy apetecible, pero no pudo ser, yo estaba totalmente centrada en el disco, que es mi prioridad".
Como casi todos, tengo una teor¨ªa sobre el fen¨®meno Bebe, su inmensa aceptaci¨®n inicial y los ataques que ahora sufre. Cuando apareci¨® Malo, era una canci¨®n impactante y pol¨ªticamente correcta que coincid¨ªa con la preocupaci¨®n social por el maltrato y la violencia en el seno de las parejas. Bebe se gan¨® el aplauso enfervorizado del matriarcado medi¨¢tico, ese conglomerado de presentadoras de radio y televisi¨®n, columnistas y tertulianas, periodistas y estrellas del photocall. Con el tiempo, estas damas descubrieron que Bebe no encajaba en su fantas¨ªa de la cantautora moderna y concienciada. Si llegaron al final de su segundo disco, Y. (2009), seguramente enrojecieron con Uh, uh, uh, uh, uh, donde ella relataba una relaci¨®n sexual con dos hermanos.
Bebe tend¨ªa a destaparse sin que lo exigiera el guion, y eso no lo hace una se?orita. Y supuestamente soltaba barbaridades que sonaban aberrantes a los o¨ªdos de ese clan de opinadoras profesionales. Como aquello de que iba a seguir fumando, aunque estuviera embarazada. Hoy, Bebe rechaza la mayor, y hasta La Puri sale de su mutismo: "Fue en Las Vegas, en la entrega de los Premios Grammy de 2009. Fundieron dos declaraciones suyas diferentes, la noticia de que estaba encinta y otra pregunta sobre la ley antitabaco".
Eso confirma mi sospecha. Que despu¨¦s del entusiasmo generado por Malo, esas se?oras comprendieron que no era la artista neofeminista que ellas esperaban y afilaron la guillotina. Lo ocurrido a partir del 29 de noviembre de 2011 merece analizarse. Esa noche, Bebe presentaba un adelanto de su pr¨®ximo disco en una sala madrile?a. Un showcase, como se dice en la jerga del negocio. Cuatro canciones en directo y una rueda de prensa. Quiz¨¢ su discogr¨¢fica no le hab¨ªa explicado bien el ritual de esa segunda parte y Bebe reapareci¨® inc¨®moda en el escenario. Solt¨® algunas expresiones que, para alguien no habituado al lenguaje callejero, pod¨ªan sonar groseras.
Al d¨ªa siguiente, un montaje intencionado de fragmentos del acto convert¨ªa una an¨¦cdota en un esc¨¢ndalo nacional. Bebe fue vapuleada en los grandes medios, sin piedad y sin atender al contexto. Simult¨¢neamente, se form¨® una de esas turbas ansiosas de linchamiento que caracterizan la actual Internet. Leer los comentarios generados en los foros permite descubrir no solo el oportunismo de esos rectos ciudadanos que solo esperan una orden para lapidar a quien corresponda, sino tambi¨¦n la profundidad del rechazo que despierta una mujer que va por libre. Me temo que ni Bebe ni su entorno profesional tienen suficiente cintura para plantearse un ejercicio de limitaci¨®n de da?os. Ella solo ha extra¨ªdo una ense?anza del episodio: "?Cu¨¢nto odio hay en el mundo!".
Lo m¨¢s odioso, a?ade, fueron las comparaciones con Amy Winehouse, en la que tantos necios cre¨ªan ver una fantoche que vend¨ªa una imagen p¨²blica de drogada. "Yo admiraba a Amy. F¨ªjate, estaba haciendo la compra cuando o¨ª a unas clientas hablando de ella y me enter¨¦ de que hab¨ªa muerto. Se me parti¨® el coraz¨®n". Por lo visto, nadie ha aprendido: se decidi¨® que Amy era una v¨ªctima de las drogas ilegales, y luego result¨® que fue fulminada por una bebida que puedes adquirir en cualquier supermercado. Bebe se pregunta cu¨¢nta responsabilidad de los medios brit¨¢nicos hay en esa tragedia, si sus tel¨¦fonos y los de sus asociados estaban pinchados, como era pr¨¢ctica com¨²n entre los tabloides londinenses.
"Esos peri¨®dicos son lo peor, igual que aqu¨ª algunas televisiones". Bebe pas¨® unos d¨ªas en Londres, explorando la posibilidad de contar con el guitarrista de Roxy Music como productor: "Phil Manzanera me ayud¨® a ponerme en la onda de hacer canciones nuevas, pero musicalmente no me estimulaba. Pod¨ªa haberme hecho un disco muy bonito, pero yo no quer¨ªa eso. Llevaba cinco a?os trabajando con Carlos Jean y necesitaba renovaci¨®n". Encontr¨® la soluci¨®n en los Studios Ferber, al norte de Par¨ªs. Para cin¨¦filos y mit¨®manos, el estudio de grabaci¨®n que aparece en la pel¨ªcula Gainsbourg, vida de un h¨¦roe.
Habla encantada de su trabajo con el productor Renaud Letang, que ha dado forma a Un pokito de rocanrol: "Les llev¨¦ lo m¨ªnimo, esbozos de canciones que consist¨ªan en una voz y un ritmillo que yo hac¨ªa con las manos. Ni siquiera hab¨ªa guitarra. Todo grabado muy bajito, cuando hay un beb¨¦ durmiendo tienes que moderarte. Pero Renaud lo pillaba al instante. Toca varios instrumentos, pero es que encima tiene unos m¨²sicos inmensos, Vicent (Targer, baterista) y Ludovic (Bruni, guitarrista). No, nada que ver con Carla Bruni: Ludovic es un gitano franc¨¦s que puede tocar lo que quiera, incluyendo flamenco".
Por lo que pude paladear, el sonido final es nervioso y menos maquinero de lo que parece, con sus buenas dosis de insolencia y grandes cuotas de sensualidad. Algunos listos han determinado que Bebe se acerca al territorio de M.I.A., la artista anglo-tamil, pero un servidor no ve nada parecido. Y Bebe tampoco: "M.I.A. me gusta, pero es muy densa, hace discos hiperproducidos, mientras que esto tiene mucho de espont¨¢neo. Los m¨²sicos repasaban mis pobrecitas maquetas y quer¨ªan saber de qu¨¦ iban las letras. Gracias a que Renaud veranea en Espa?a y me sirvi¨® de traductor".
Me impresiona saber que Bebe viaj¨® sola al estudio de Par¨ªs: artistas espa?oles mucho m¨¢s experimentados no se hubieran movido sin un cortejo de t¨¦cnicos, instrumentistas y ayudantes. "No s¨¦ si ahora se podr¨ªan permitir esos lujos. De todos modos, yo lo prefiero as¨ª. Sola en una ciudad extra?a, sin darme un respiro, ni una sola salida. Te la juegas, pero hay algo m¨¢gico en ver c¨®mo unos garabatillos se transforman en m¨²sica endemoniada". Puri confirma ese entusiasmo: "Nos llamaba de Par¨ªs y nos contagiaba una alegr¨ªa inmensa".
Puri, La Puri, es m¨¢s importante en esta historia de lo que parece. En 2001 present¨® la maqueta de Bebe a un concurso de cantautores en Badajoz. "Y ella lo gan¨®. Eso fue m¨¢s decisivo que todos los premios de Pafuera telara?as". Recu¨¦rdese que Bebe vino a Madrid para estudiar arte dram¨¢tico, pero termin¨® gravitando hacia al circuito de la canci¨®n de autor. De hecho, en su curr¨ªculo hay colaboraciones con Luis Pastor, Tontxu o Paco Bello. "No les miro en el DNI para ver si pone rockero o cantautor. Yo trabajo con personas, y si conectamos, me da lo mismo si tocan punk rock o hacen hip-hop".
Se entiende. Ella misma ha dedicado mucho tiempo de entrevistas a aclarar que no fue ni hippy ni perroflauta; tampoco punkarra, y mucho menos pija. "Veo en Internet que me inventan todo tipo de pasados. La verdad, me gustar¨ªa haber conocido tantas formas de vida... He tenido mis temporadas aceleradas, pero ni comparaci¨®n con, no s¨¦, Keith Richards. Estoy leyendo su autobiograf¨ªa y me harto de re¨ªr con sus pasotes. De verdad, yo soy una ovejita".
Un pokito de rocanrol sale el 7 de febrero en EMI. Bebe inicia su gira el 10 de febrero en la sala Custom de Sevilla. M¨¢s detalles en www.labebebellota.com
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