Las faltas de 'Dictado'
La pel¨ªcula de Antonio Chavarrias es el ¨²nico filme espa?ol a competici¨®n en la Berlinale. B¨¢rbara Lennie, lo mejor de una obra muy floja
El d¨ªa ha arrancado bien en Berl¨ªn. Los hermanos Taviani, siempre imprevisibles han arrancado las sonrisas del respetable con Cesare deve morire su preciosa historia sobre unos presos del sur de Italia dispuestos a representar Julio Cesar, el cl¨¢sico de William Shakespeare, aunque para ello tengan que superar obst¨¢culos m¨¢s largos que la Gran Muralla China.
Los Taviani logran un retrato costumbrista que es al mismo tiempo divertido y c¨¢ndido, un retrato de m¨¢ximos que se agradece, empe?ados como est¨¢n algunos en considerar el cine como un cursillo acelerado de criptograf¨ªa. Sorprende, gusta y le hace olvidarse a uno de que afuera hace mucho fr¨ªo (literal y metaf¨®ricamente).
Despu¨¦s ha llegado la pel¨ªcula alemana B¨¢rbara, que al parecer tambi¨¦n ha gustado a la concurrencia y lo ha hecho por m¨¦ritos propios que no por razones de ¨ªndole localista. Finalmente, y cuando se escriben estas l¨ªneas estar¨¢ a punto de empezar la premiere en Berl¨ªn del ¨²nico filme espa?ol a concurso: Dictado.
El filme de Antonio Chavarr¨ªas, al que se ha concedido un espacio tan privilegiado como el del s¨¢bado noche, trae consigo una gran noticia y algunas no tan buenas.
La primera es la reafirmaci¨®n de que la madrile?a B¨¢rbara Lennie, a sus 27 a?itos, ser¨ªa capaz (ella solita) de cargar un elefante sobre sus ¨Canchas, profesionalmente hablando- espaldas. Lennie, aut¨¦ntica correa de transmisi¨®n de Dictado, pone su naturalidad al servicio de un personaje que es un dardo envenenado y consigue ser lo m¨¢s brillante de una pel¨ªcula que no le llega al ombligo. Gracias a la actriz, deliciosa retrato de la serenidad, Dictado parece que tiene menos faltas de ortograf¨ªa. El resto, pues bueno. Para empezar lo de la historia con ni?o/a que huele a azufre, aspirante a Satan¨¢s de andar por casa, empieza ya a ser un poco cansina (en pocas semanas se estrena We need to talk about Kevin, otra de chaval con vocaci¨®n de villano) y si el guion hace aguas, el tono naufraga y el malo flojea, lo que queda es una colecci¨®n de escenas a bal¨®n parado, donde los protagonistas parecen encajonados en sus roles respectivos (con la salvedad, antes mencionada, de Lennie) y que aburre por reiteraci¨®n. No es que sea mala, es que es muy floja y a ratos torpe. Los sustos (?) no asustan, la tensi¨®n brilla por su ausencia (en una cinta que juega a ser atmosf¨¦rica la cosa es preocupante) y el cl¨ªmax, aquel momento donde todo el peso de la trama cae sobre el espectador, parece una lluvia de confeti. Al final a uno le queda la impresi¨®n de que Dictado deber¨ªa ser otra cosa¡ pero no lo es. En cuanto al otro protagonista de la cinta, Juan Diego Botto, pues le hemos visto torear en mejores plazas y con mejor capote, para que nos vamos a enga?ar. Eso s¨ª, en la Berlinale, en competici¨®n oficial, y en s¨¢bado noche. Que les quiten lo bailao.
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