Paul Auster: ¡°Ahora hay una generaci¨®n entera sin futuro, es un crimen¡±
Paul Auster cuenta en un v¨ªdeo los motivos de su nuevo libro 'Diario de invierno' El escritor estadounidense habla de los motivos de su libro. Reflexiona sobre la familia, la pol¨ªtica y la situaci¨®n cr¨ªtica que enfrentan los j¨®venes
Paul Auster (Nueva Jersey, 1947) se escond¨ªa del sol ma?anero tras unas gafas de sol de tipo aviador. Ir¨®nico y siempre sutil, agradece la pausa entre entrevistas de promoci¨®n de su ¨²ltimo libro Diario de Invierno (Anagrama) para poder atacar un peque?o cigarro holand¨¦s con tabaco de Sumatra. Caladas largas, disfruta de un placer ¡°casi prohibido¡±, como subrayaba mientras bromea con el poco tiempo que tiene cuando visita una ciudad como, en este caso, Barcelona. Extremademente gentil y curioso, pregunta por todo, y le da por hablar bien de los mosquitos de Minessota, bien de la paternidad: ¡°Solo el padre de la hija puede entender ese tipo de amor que surge, como si fuera un enamoramiento apasionado entre ambos, lo dice mi mujer y creo que tiene raz¨®n¡±, sentenciaba ceremonioso Auster. La familia es uno de los temas transversales que atraviesan este Diario de Invierno: ¡°La familia es todav¨ªa el centro de la sociedad americana, sin duda, pero eso se est¨¢ transformando porque la gente no se casa como antes; se ha perdido el sentimiento de sacramento¡±.
Sobre la oportunidad y el motivo del libro Paul Auster, que publica ahora cuando cumple 65 a?os, asegura que no sabe ¡°porqu¨¦¡± ha escrito. ¡°Puedo saber c¨®mo, cu¨¢ndo, qui¨¦n y qu¨¦ escribo pero nunca por qu¨¦. Creo que nunca un escritor puede contestar a eso¡±. En esta entrevista, grabada buena parte de ella en v¨ªdeo, el autor neoyorquino habla sobre las heridas vitales que se enumeran en Diario de Invierno y si en su balanza pesa m¨¢s el sufrimiento o el placer ya pasados. ¡°Ambos, placer y sufrimiento cuentan igual en la vida¡±, indica el autor de Trilog¨ªa de Nueva York. Y luego apunta: ¡°Este libro es un libro sobre el cuerpo humano, concretamente sobre el m¨ªo, y cuando atraviesas la memoria de heridas y de enfermedades que has sufrido te das cuenta de que por todos lados has recibido, pero no soy solo yo, es una verdad universal¡±.
Auster no cree que ese particular diario tenga un eje tem¨¢tico concreto, aunque insiste en el placer como leitmotiv y abunda en que ¡°el placer viene por el sexo, por la comida, por sentarte al sol o tomar un ba?o caliente; pero tambi¨¦n hay que tener en cuenta el dolor porque sin uno no existe el otro, hay que contar con ambos¡±. El escritor asegura que a pesar de estar en edad de jubilaci¨®n, este libro no es ¡°para hacer balance¡± ni tampoco ¡°una salvaci¨®n ni una declaraci¨®n sobre nada. Solo es un informe sobre el ahora¡±. Recuerda que empez¨® a escribirlo el 3 de enero de 2011, ¡°cuando nevaba, nevaba y nevaba en Nueva York¡± y que lo termin¨® en primavera, ¡°muy r¨¢pido¡±. De ah¨ª el nombre, Diario de Invierno, aunque admite que el nombre lo ha medio copiado de Franz Schubert y su Viaje de Invierno (que en ingl¨¦s tienen una sonoridad tremendamente similar). De hecho el t¨ªtulo esconde una met¨¢fora que se entiende en la ¨²ltima frase del libro.
Llama la atenci¨®n el m¨¦todo narrativo escogido por Auster. Es una pieza escrita en segunda persona, vocativa. La idea, seg¨²n el autor, es conseguir un ritmo musical. ¡°Es una colecci¨®n de fragmentos, no una biograf¨ªa¡±, insiste Auster. ¡°Trato de construir lo que en m¨²sica se conoce como fuga¡±. Son varios bloques separados por espacios. Por ejemplo, el compendio de los 21 lugares donde ha vivido durante su dilatada trayectoria. Auster va para adelante y para atr¨¢s con maestr¨ªa, sin mareos, en la l¨ªnea de sus recuerdos. ¡°En el mundo de la memoria todo es simult¨¢neo¡±, remata.
Siempre implicado en la pol¨ªtica y en cuestiones sociales, sostiene que ¡°ahora es el momento en el cual hay que apoyar m¨¢s que nunca a Barack Obama¡±. Admite que ya sab¨ªa que cuando le vot¨® que era ¡°un moderado, que no era tan progresista como yo desear¨ªa, pero est¨¢ en el lado adecuado¡±. El autor de Leviat¨¢n reconoce que Obama ¡°se ha equivocado¡±, pero entonces lanza el contraataque: ¡°Es que si vas al lado opuesto solo encuentras imb¨¦ciles del Partido Republicano, totalmente idiotas¡±. Lejos de detenerse, Auster prosigue: ¡°Sus ideas son una bancarrota, no saben de qu¨¦ hablan, no tienen nada que ofrecer al pa¨ªs¡±. Por eso y por su hier¨¢tico optimismo, el reconocido escritor predice una amplia victoria de Obama en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo noviembre.
En una entrevista anterior con este diario, en 2008, Auster advert¨ªa de ¡°una guerra civil cultural¡±, que cree que sigue viva. Seg¨²n el autor de El libro de las Ilusiones, el Partido Republicano ¡°est¨¢ m¨¢s a la derecha que nunca y m¨¢s obstruccionista que nunca en el Congreso y siempre remando contra Obama, al que quieren destruir¡±. La cultura pol¨ªtica americana se basa en gran medida en el di¨¢logo entre los grandes partidos y Auster subraya que ahora mismo esto no se da porque ¡°no son razonables¡±.
Una cosa lleva a la otra. ?Se acaba la pol¨ªtica? ?Qu¨¦ opina de los indignados y de Occupy Wall Street? No cree que se acabe la pol¨ªtica, ni el capitalismo. Otra cosa es que ¡°es evidente que hay que repensar desde el mundo Occidental, no solo en Estados Unidos, el capitalismo antes de que todos caigamos¡±. Auster asegura que los movimientos ciudadanos como Occupy Wall Street son ¡°muy significativos¡± para Europa y Estados Unidos. ¡°Debemos repensar c¨®mo vivimos, desde abajo hasta arriba, en lo econ¨®mico, lo social, en la educaci¨®n,¡¡±. Confiesa sentirse ¡°asustado¡± por el mundo que estamos dejando a nuestros hijos. Le preocupa el alto nivel de paro juvenil en Espa?a. Asegura que existe ¡°un horizonte cruel¡±. Recuerda que la matr¨ªcula anual de una buena universidad ronda los 40.000 d¨®lares, ¡°que es m¨¢s que la renta de una familia mediana¡±. Los j¨®venes empiezan con deudas y eso ¡°pone a una generaci¨®n entera en un agujero, que se queda sin futuro, y eso es un crimen¡±.
Auster siente curiosidad por Latinoam¨¦rica y asegura que no se atreve a leer su propia obra en castellano pero que s¨ª hojea peri¨®dicos en espa?ol y le gusta el estilo y las intenciones que se desprenden.
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