'Baracoa 500 a?os despu¨¦s', reflejo de la realidad cubana
El Festival de Cine de Miami inaugura una secci¨®n sobre documentales de Cuba Entre los trabajos destaca el retrato humano de la isla hecho por el periodista Mauricio Vicent
Las dificultades siempre van a estar, pero el optimismo lo pone usted". Es una frase m¨¢s, pero muy elocuente, de las muchas aleccionadoras que se pueden escuchar en La voz del Toa, la radio multiuso de Baracoa, la primera villa fundada en Cuba el 15 de agosto de 1511 por Diego Vel¨¢zquez, con el nombre de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n. Con este sonido radiof¨®nico como hilo conductor, Mauricio Vicent, excorresponsal de EL PA?S en La Habana, ha hecho un documental que a trav¨¦s de varias historias personales refleja fielmente con bellas im¨¢genes y magn¨ªfica m¨²sica original lo que es la realidad de Cuba pasado ya medio milenio. Un pueblo que resuelve como puede en medio de una miseria tercermundista tanto la vida diaria como las tradiciones. No las olvida. El campo cubano tambi¨¦n imprime car¨¢cter.
Baracoa 500 a?os despu¨¦s se present¨® en el XXIX Festival Internacional de Cine de Miami tras haberlo hecho ya en La Habana y fue recibida entre aplausos y felicitaciones.
Col¨®n arrib¨® a Porto Santo y plant¨® la llamada Cruz de la Parra. El p¨¢rroco de Baracoa, un joven italiano, cuenta que solo queda una de las 29 m¨¢s que se colocaron y que es la reliquia m¨¢s antigua de Am¨¦rica. Es el primer detalle religioso del documental. El cat¨®lico.
Con mucha sutileza los mensajes del fracaso revolucionario, son evidentes. Como el plano de uno de los tantos carteles que recoge una frase de Fidel Castro: "Nosotros llevaremos a Baracoa al mundo". El mundo es una carreta tirada por un caballo, por ejemplo; o un entrenador de baloncesto que vende unos "tenis" (zapatillas deportivas) para comprar carne con la que alimentar a sus jugadoras. "Un d¨ªa llegar¨¢n los tenis", les dice a las chicas Y las anima: "Vamos, que vamos a comer jam¨®n hoy". La olla a presi¨®n mugrienta rechina (posiblemente lo es) en una chabola lamentable. En el torneo que juegan en La Habana, apenas hay media red en uno de los aros.
Servicio p¨²blico
El locutor radiof¨®nico no solo hace servicio p¨²blico a trav¨¦s de las ondas. Sus Ecos del Yunque van m¨¢s all¨¢. Es pastor y adoctrina al personal con la vehemencia de los mejores telepredicadores. Jes¨²s es otro refugio. Por encima de la Revoluci¨®n. Entre sus mensajes por las ondas se unen la expresi¨®n de la escasez revolucionaria al pedir a los familiares de un enfermo que no se olviden de llevar cubo y s¨¢banas al hospital, con el ejemplar aviso, eso s¨ª, a unos ciudadanos para que pasen por la consulta del dentista.
El documental recuerda al p¨²gil Jos¨¦ Legr¨¢, que se exili¨® en Espa?a y fue campe¨®n del mundo de los pesos plumas
Los logros frente a la miseria. Antes de empezar el entrenamiento de unos ni?os boxeadores (uno de los deportes nacionales) tambi¨¦n se les avisa de que no podr¨¢n seguir si no se han arreglado las caries. Un canto a la salud, pero despu¨¦s de tener que efectuar otro de adoctrinamiento pidiendo la libertad de los cinco "h¨¦roes". As¨ª llaman en Cuba a los cinco esp¨ªas encarcelados en Estados Unidos, uno de los cuales est¨¢ ya en libertad condicional, pero no puede salir a¨²n del pa¨ªs por tener nacionalidad estadounidense.
El documental recuerda al p¨²gil Jos¨¦ Legr¨¢, el Puma de Baracoa, que se exili¨® en Espa?a y lleg¨® a campe¨®n de Europa y del mundo de los pesos plumas para alegr¨ªa de Franco en los a?os sesenta y setenta. El siempre sonriente Pepe habla de las recepciones del General¨ªsimo y cuenta con su gracejo habitual c¨®mo le contestaba sin problemas su saludo con el mismo brazo en alto. Le env¨ªa a Armando, el hermano que se qued¨® en su ciudad natal unas botas para los j¨®venes que empiezan. Los Legr¨¢ hablan desde Madrid y Baracoa de lo duro que ha sido todo. Armando visita a un babalao, sacerdote santero, para que le "haga una limpiecita". "Todo se puede arreglar menos la muerte", le dice. Otro detalle de la intocable religi¨®n yoruba.
Y en medio de todo, la belleza del campo cubano siempre presente, con la mulata achinada que cr¨ªa sola a sus hijos y saca jugo a los cocos; los campesinos que cortan el cacao (Baracoa es la zona de mayor producci¨®n de la isla) o el historiador de la ciudad, Alejandro Hartman, que viaja en canoa por el r¨ªo para llevar en una maleta-caj¨®n una muestra de su Museo Matach¨ªn. All¨ª ense?a a los j¨®venes estudiantes los utensilios de los ta¨ªnos, los indios que habitaban Cuba a la llegada de Col¨®n en 1492.
Para terminar, la historia que no pod¨ªa faltar es la de la jovencita que celebra la fiesta de los 15 a?os, una tradici¨®n sagrada en Cuba. Ni la lluvia puede con el encanto. La imagen final de ella y su madre lavando en el r¨ªo Toa es tan bella como el ejemplo vivo del atraso 500 a?os despu¨¦s.
Tres documentales m¨¢s sobre Cuba, entre el centenar de pel¨ªculas programadas en el Festival, se pueden ver durante sus 10 d¨ªas: Patria o Muerte, del ruso Vitaly Mansky; El ¨¢rbol de las fresas, de la canadiense Simone Rapisarda, y Espacios Inacabados, de los estadounidenses Alysa Nahmias y Benjamin Murray.
Entre las pel¨ªculas espa?olas presentes en el Festival est¨¢n: Madrid, 1987, de David Trueba; La voz dormida, de Benito Zambrano; Lo contrario al amor, de Vicente Villanueva; El sexo de los ¨¢ngeles, de Xavier Villaverde o Torrente 4, de Santiago Segura. Y coproducciones como Juan de los Muertos, con Cuba, o las galardonadas Un cuento chino (premio Goya), y Las Acacias, C¨¢mara de Oro en Cannes, con Argentina.
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