Trazos de la herencia de Pasolini
El dibujante Davide Toffolo retrata en una novela gr¨¢fica un viaje tras las huellas del escritor
A un obituario escrito antes del desenlace fat¨ªdico, por si acaso, en Italia se le llama cocodrilo. Esos reptiles pueblan las redacciones de los diarios, donde la prisa a veces obliga a esta cruel pr¨¢ctica. Pier Paolo Pasolini, que a lo largo de un curr¨ªculo que abarca todo tambi¨¦n fue periodista, se escribi¨® su propio cocodrilo. De hecho, lo titul¨® tal cual. Dec¨ªa, entre otras cosas, que ¡°en los salones no se puede hacer el amor, ni tampoco en las camas. Hace falta un c¨¦sped de la periferia, un trozo de desierto¡±.
En un trozo de playa, el 2 de noviembre de 1975, Pasolini quiso hacer el amor con un joven. Pero acab¨® asesinado por ¨¦l, al menos seg¨²n la versi¨®n oficial. Y su muerte, tanto como sus palabras, su obra y sus pensamientos protagonizan una suerte de biograf¨ªa en forma de novela gr¨¢fica que el italiano Davide Toffolo ha titulado Pasolini y que 451 ediciones publica en Espa?a.
De Bolonia a N¨¢poles, de Roma hasta Madrid, el Toffolo personaje se arrastra, a lo largo de 150 p¨¢ginas en blanco y negro, a la caza de la herencia de Pier Paolo Pasolini. Aunque, cual espejo deformante, el tebeo refleja al m¨ªtico escritor a trav¨¦s de su ficticio alterego, un misterioso se?or que se parece a Pasolini, que habla como ¨¦l y que es el Cicerone que pisa, junto con Toffolo, las huellas del autor fallecido.
¡°Es el viaje en busca de un mit¨®mano que finge ser Pasolini, para redescubrir a Pasolini¡±, asegura el dibujante italiano por tel¨¦fono. Un viaje que Toffolo, al igual que su personaje, realmente hizo, durante dos meses. M¨¢s tiempo, hasta un a?o y medio, le cost¨® terminar una novela para la que tuvo que sumergirse en el complejo universo del autor. Un mundo tan contradictorio que, como dice el propio Pasolini en el libro, la figura que mejor lo representa es ¡°el ox¨ªmoron¡±.
De ese buceo entre opuestos Toffolo volvi¨® cargado de decenas de citas y flashes de la vida del autor que esparci¨® por la novela gr¨¢fica. ¡°Pasolini fue un escritor que us¨® la capacidad de escribir para comprender el mundo que le rodeaba¡±, intenta definir el dibujante a un hombre que fue tambi¨¦n cineasta, poeta, pensador y guionista. ¡°Era un intelectual serio, que asum¨ªa responsabilidades. Su m¨¦todo siempre era cr¨ªtico: cre¨ªa que el artista ten¨ªa que ser independiente del poder, mantenerse lejos de ¨¦l. Toda su vida fue un combate¡±, sostiene Toffolo.
Pero para pelear hace falta un contrincante y, a fuerza de luchar, Pasolini cosech¨® muchos. Tanto que sus sombras llegan hasta la muerte del escritor. Pino Pelosi, el joven que estuvo con ¨¦l ese 2 de noviembre, ya fue condenado por el homicidio. De hecho, lo confes¨®. Pero en 2005 cambi¨® de repente su versi¨®n. Y en un pa¨ªs que encuentra a los corruptos pero no a los corruptores, donde las bombas explotan sin que nadie las active y en el que a las preguntas inc¨®modas muchas veces contesta el silencio, toda hip¨®tesis cobra credibilidad. En su nuevo testimonio Pelosi habl¨® de una emboscada. Otros aludieron a los servicios secretos y a un motivo muy italiano: Pasolini sab¨ªa demasiado.
Sea como sea, el escritor fue hallado muerto y masacrado, tumbado en la arena cerca de Roma. Y as¨ª lo retrata Toffolo en Pasolini. El dibujante public¨® el c¨®mic en Italia por primera vez en 2002, hijo de un parto repentino, en medio de una furgoneta: ¡°La mayor¨ªa de mi vida me la he pasado de gira. Hablaba con el bajista de mi grupo, que estaba haciendo un trabajo para la universidad sobre Pasolini, y me cont¨® que dec¨ªa cosas parecidas a las que yo soltaba en el coche¡±.
Y a las que suelta, junto con los otros dos miembros de Tre allegri ragazzi morti (Tres alegres chicos muertos) en los escenarios. Desde hace 20 a?os este tr¨ªo de rockeros provocativos, liderados por Toffolo, tocan escondidos tras unas m¨¢scaras cadav¨¦ricas. ¡°Para hacer rock en Italia tienes que ser est¨²pido o estar muerto. Preferimos la segunda¡±, explica Toffolo. As¨ª van, de fallecidos antes de tiempo. Vamos, unos cocodrilos.
Conocer a Pasolini en castellano
Con la publicaci¨®n en Espa?a de Pasolini, de Davide Toffolo, otra obra sobre el gran escritor italiano se a?ade a una estanter¨ªa que empieza a estar repleta. Entre los libros del propio Pasolini editados en castellano, su obra cinematogr¨¢fica y las reflexiones de otros sobre su figura, el que quiera conocer al intelectual italiano sin hablar su idioma tiene muchas posibilidades.
Al igual que Toffolo, Gianluca Meconi public¨® en 2010 otra novela gr¨¢fica sobre el autor. El caso Pasolini (Editorial Gallographics) parte de las investigaciones sobre la muerte del escritor para profundizar en sus ideales y en su filosof¨ªa rebelde.
En la relaci¨®n del italiano con obras y autores espa?oles se centra Pasolini y la cultura espa?ola (Alrev¨¦s), un estudio literario de la escritora Francesca Falchi que se public¨® en Espa?a el a?o pasado. Otras dos reflexiones sobre la importancia del poeta y cineasta, ambas tituladas Pier Paolo Pasolini, est¨¢n disponibles en castellano. Pertenecen a la pluma de Silvestra Marinillo (publicada por Catedra) y Nico Naldini (editado por Circe).
En cuanto a las obras del propio Pasolini, una de las ¨²ltimas en haber llegado a Espa?a es Nueva York. Editado por Errata Naturae, el libro reconstruye a trav¨¦s de una larga entrevista con el escritor y de sus propios pensamientos las dos visitas que le hizo a la Gran Manzana a finales de los sesenta. "Te gusta como las cosas que te gustan a los 20 a?os", sosten¨ªa Pasolini, que a la saz¨®n se acercaba a los 50.
Chavales del arroyo (N¨®rdica) es la primera novela del italiano, mientras que Poes¨ªa en forma de rosa (Visor libros), La religi¨®n de mi tiempo (Icaria) y Las cenizas de Gramsci (Visor libros) son tres de sus destacables obras po¨¦ticas. En cuanto al Pasolini pensador, hace tres a?os lleg¨® a Espa?a uno de sus ensayos m¨¢s famosos: Escritos corsarios (Oriente y Mediterr¨¢neo).
El que al papel prefiera la pantalla tiene un cat¨¢logo de opciones igual de amplio, desde Accattone y Mamma Roma, sus primeras dos pel¨ªculas, hasta la ¨²ltima, Sal¨® o los 120 d¨ªas de Sodoma (estrenada justo el a?o de su muerte). A lo largo del camino se pueden destacar, en orden cronol¨®gico, El evangelio seg¨²n Mateo, Pajaritos y pajarracos, Edipo rey y El Decamer¨®n.
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