Un actual y desternillante retrato decimon¨®nico
El multipremiado Miguel del Arco estrena ¡®El inspector¡¯, de G¨®gol Dos montajes suyos, 'La funci¨®n por hacer' y 'Veraneantes', se han hecho con 12 Premios Max El director critica el espacio del Valle-Incl¨¢n, un teatro "hecho sin saber para qu¨¦ se utiliza"
En poco m¨¢s de un a?o dos montajes suyos (La funci¨®n por hacer y Veraneantes) se han hecho con 12 Premios Max. Miguel del Arco es, sin lugar a dudas, el hombre de moda del teatro espa?ol contempor¨¢neo. Pero lo bueno que tiene es que no acaba de aterrizar en esto y, aunque se muestra contento, sabe que su oficio puede dejarle en el dique seco sin que nadie sepa por qu¨¦. Que se le pregunten a Nuria Espert (a la que Del Arco ha dirigido en La violaci¨®n de Lucrecia) que tras el grandioso ¨¦xito de su Medea, siendo ella joven, su tel¨¦fono no son¨® durante largo tiempo, ante su perplejidad.
Aunque todos le califican de ¡°joven director¡±, lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas siendo bailar¨ªn, actor, cineasta vanguardista, autor, adaptador y director, faceta en la que est¨¢ brillando con luz propia. Dos montajes suyos van a coincidir en los dos centros esc¨¦nicos m¨¢s importantes de Madrid y, quiz¨¢, de Espa?a. De ratones y hombres, de John Steinbeck en el Teatro Espa?ol y El inspector, de Nikol¨¢i G¨®gol, en el Centro Dram¨¢tico Nacional, montaje este ¨²ltimo que estrena ma?ana viernes en el Teatro Valle-Incl¨¢n.
El inspector llega al CDN como parte de la programaci¨®n del anterior director, Gerardo Vera, aunque su sustituto, Ernesto Caballero, ha recibido el proyecto casi con algarab¨ªa porque le entusiasma el texto y admira a Miguel del Arco. Pero el director de El inspector, que est¨¢ agradecido al CDN, no puede callar algo que considera grave: ¡°La pena es que lo tengo que hacer en este teatro tan fallido, que tiene un premio arquitect¨®nico, lo cual es una verg¨¹enza porque est¨¢ hecho sin saber para qu¨¦ se utiliza, pero es que ahora hemos hecho disparatados auditorios de nueva planta, como el Montserrat Caball¨¦, de Arganda, un teatro sordo y con butacas ciegas¡±. Y contin¨²a sacando fuera su indignaci¨®n: ¡°Son millones y millones de euros muy mal gastados, como el Auditorio de El Escorial, que nacen de decisiones pol¨ªticas, y nadie se responsabiliza, y es delirante c¨®mo han quedado muchos. Luego, cuando me sumerjo en El inspector, y veo que el argumento es un delirio, concluyo que nos quedamos cortos retratando lo que tenemos alrededor¡±.
Para Del Arco, que tambi¨¦n responsable de la versi¨®n, El inspector, estrenada en 1836, parece heredera de El retablo de las maravillas y es una antesala de Bienvenido Mr. Marshall. ¡°Una comedia delirante que, como dijo otro maestro, intentaremos abordar con rigurosa y absoluta seriedad¡±.
Lo cierto es que esta obra, de uno de los m¨¢s grandes maestros de la literatura rusa, tiene los enredos dram¨¢ticos de autores como De Fillipo o Moli¨¦re. De hecho lo que trata es una peque?a sociedad que se ve alterada porque llega a sus o¨ªdos que un inspector va a visitarles y todos, incluidas fuerzas vivas, entran en la vor¨¢gine de mostrarse como en realidad no son, lo cual provoca el desternille, sobre todo porque confunden a otro pillo, como ellos, con el supuesto inspector.
¡°Ya ten¨ªa ganas de una comedia, me lo ped¨ªa el cuerpo¡±, se?ala del Arco en un peque?o descanso que tiene en estos d¨ªas tan ajetreados en los que apenas le queda tiempo para echarse un pitillo y comer algo que le calme la ansiedad y de paso a ver si le aprovecha un poco, porque se ha quedado sensiblemente m¨¢s delgado. ¡°Ha habido un desajuste de fechas y se han pegado en exceso los ensayos de De ratones y El inspector, as¨ª que estoy pasado de vueltas y tengo mucha ansiedad estos d¨ªas¡±.
Pero entregado a su trabajo con pasi¨®n: ¡°Tom¨¦ la determinaci¨®n de una comedia y El inspector fue mi elecci¨®n; he pasado de la oscuridad tenebrosa de Steinbeck a la luz luminosa, pero no hay que olvidar que la comedia, si se quiere hacer algo que sea ligero y f¨¢cil, implica una energ¨ªa que tiene una convenci¨®n, y es algo dif¨ªcil¡±. Para Del Arco la comedia tiene algo muy tangible: ¡°Es una cosa muy determinada, que es la respuesta del p¨²blico que es inmediata, montando el espect¨¢culo nunca tienes la seguridad de si se reir¨¢n o no a lo que hay que a?adir esa energ¨ªa que se da s¨®lo al estar ah¨ª; es como las gimnastas, que ensayan en una barra muy estrecha para que luego les sea m¨¢s f¨¢cil cuando compiten; en esta pieza todo est¨¢ metido en esa partitura perfecta y hay que hacer un esfuerzo a?adido muy grande¡±. Del Arco utiliza la definici¨®n de Jan Kott para hablar de la obra como ¡°farsa tr¨¢gica¡± y ha nombrado patr¨®n y padrino de su montaje al mism¨ªsimo Billy Wilder: ¡°Aqu¨ª se juega con un lenguaje que es muy peligroso, te puedes ir con mucha facilidad.
La trama es una an¨¦cdota y el p¨²blico sabe lo que sucede, hay escenas que son de gran gui?ol y plantea personajes que hacen apartes para dirigirse al p¨²blico, me apetec¨ªa jugar con todas las convenciones, he doblado personajes, pero dejando que se vea claramente, actores masculinos jugando a femeninos y he a?adido la m¨²sica [de Arnau Vil¨¤ que obtuvo un Max el lunes pasado por su m¨²sica] que le va tambi¨¦n a la comedia¡±, y a?ade, ¡°el vestuario [de Beatriz San Juan] y la escenograf¨ªa [de Edurado Moreno] es muy de vodevil, al servicio de algo que es escalofriante, la corrupci¨®n de la clase dirigente en 1836 y resulta que hemos empeorado, hasta el punto de que¡.bueno, mejor me callo¡¡±. Con cara de morderse la lengua concluye que la risa y las burlas, como se?ala Gogol, son lo que m¨¢s temen ciertas personas: ¡°Las risas y el humor sirven para que todo guarde su fr¨ªa verdad y su justa medida. Lo pone todo en su sitio, nos re¨ªmos muy poco y no digamos los pol¨ªticos, que curiosamente son los que est¨¢n en clave de farsa¡±, dice este hombre que asegura utilizar a los cl¨¢sicos no como pista de aterrizaje, sino como despegue. ¡°Los utilizo para hablar de mi tiempo, donde est¨¢n pasando cosas muy parecidas de las que ocurr¨ªan a mitad del siglo XIX, lo que cambia es el envoltorio, pero no quiero lanzar mensajes, quiero una comedia delirante con la que la gente se parta de risa¡±
Quiz¨¢ el montaje m¨¢s famoso de este texto es el que hiciera Meyerhold en los a?os 20 y del que a¨²n circulan algunas im¨¢genes. En cualquier caso es un t¨ªtulo recurrente en el teatro contempor¨¢neo. En Espa?a a¨²n se recuerda la ¨²ltima puesta en escena de Sergi Bellbel sobre esta obra.
En esta ocasi¨®n Miguel del Arco, que tiene compa?¨ªa con Kamikaze producciones, ha echado mano de un pu?ado de buenos actores, como Gonzalo de Castro, Feranando Albizu, Jos¨¦ Luis Torrijo, Pilar Castro, Jorge Calvo, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez, ?ngel Ruiz, Manolo Caro, Javier Lara, Juan Antonio Lumbreras, Macarena Sanz, Manuel Solo y los m¨²sicos, oficiando en directo, Chiaki Mawatari, Patxi Pascual y Ra¨²l M¨¢rquez.
Del Arco, en contra de lo que se dice, no tiene ocupados los pr¨®ximos a?os, de hecho no tiene nada firmado: ¡°Est¨¢ todo postergado para despu¨¦s del estreno, ya ver¨¦ a partir de ma?ana, aunque s¨ª tengo claro un nuevo montaje con Kamikaze y no s¨¦ qu¨¦ m¨¢s, afortunadamente es el momento de elegir, pero quiero mantener esta cosa de equipo familiar, no quiero escopetas cargadas porque no puedo con ellas¡±.
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