Guti¨¦rrez Arag¨®n: ¡°En la literatura hay menos presi¨®n que en el cine¡±
Su segunda novela es una historia de amor, fusiles y feroz capitalismo El protagonista pasa de la guerrilla colombiana a una empresa de ¨¦xito
Un guerrillero colombiano que lucha en la selva por un ideal revolucionario y que a?os m¨¢s tarde, sin arrepentimientos de por medio, aplica esa misma t¨¢ctica en el mundo de la empresa. Es Jos¨¦ Centella, el protagonista de la segunda novela de Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, Gloria m¨ªa (Anagrama), una historia de amor, fusiles y feroz capitalismo.
Para Guti¨¦rrez Arag¨®n (Torrelavega, 1942) no existe la presi¨®n. Se le ve m¨¢s relajado que nunca. Despu¨¦s de 35 a?os dedicados al cine y 23 filmes rodados, su nueva vida en la literatura le est¨¢ llenando de placer. El deb¨² en la escritura no pudo ir mejor. Su primera novela, La vida antes de marzo, publicada un a?o despu¨¦s de su retirada del cine, a finales de 2008, obtuvo el Premio Herralde. ¡°En el mundo de la literatura se siente menos presi¨®n que en el cine. En todo caso, a estas alturas no pienso hacer una carrera literaria, solo escribir lo que me viene en gana. Escribo por placer, lo que me gusta y c¨®mo me gusta sin tener en cuenta otra cosa. Es algo que te puedes permitir cuando tienes m¨¢s de 60 a?os¡±, asegura Guti¨¦rrez Arag¨®n, reci¨¦n llegado de Nueva York donde ha participado en un ciclo sobre terrorismo. Su ¨²ltimo largometraje, Todos estamos invitados, se adentraba en el terror de ETA, La vida antes de marzo se situaba en torno a la tragedia del 11M y Gloria m¨ªa refleja de alguna manera el terrorismo colombiano. ¡°El terrorismo es uno de los fen¨®menos de nuestro tiempo. Siempre ha existido pero ahora es cuando se ha constituido como un fen¨®meno aparte. Cada vez es menos instrumental, no sirve a ning¨²n fin, sino simplemente existe. Esto es lo que es nuevo. El terrorismo de hoy es como retratar el infierno¡±.
En Gloria m¨ªa sigue el mismo m¨¦todo que en La vida antes de marzo, el de una historia contada a otro. Una especie de confesi¨®n. ¡°No llega a ser una t¨¦cnica espec¨ªfica, pero s¨ª una manera de narrar que me resulta eficaz para estas ficciones en concreto. Cuentan la historia de alguien que cuenta una historia. El primero que narra es un escritor omnisciente, pero el segundo no. Eso crea una especie de tensi¨®n entre ambos. Con eso me basta, no tiene m¨¢s pretensiones¡±. De todas maneras, advierte, en la tercera novela que ya est¨¢ escribiendo no repite esquema.
Las aventuras y desventuras en la selva colombiana est¨¢n muy documentadas ¡ª¡°son hechos que sucedieron y siguen sucediendo al d¨ªa de hoy¡±¡ª y los personajes responden a personajes reales. ¡°Cuando escribo siempre me nutro de lo real. Son agregaciones, capas, superposiciones, personajes hechos de trozos de varios. En literatura, pinto del natural. Mi modelo de Centella es espa?ol y es real. Fue guerrillero pero no en Colombia¡±.
La evoluci¨®n de Centella, de luchador social a empresario de ¨¦xito, es un caso que se repite m¨¢s de lo que uno cree. ¡°No son raros ni caprichosos, su comportamiento responde a una forma de pensar m¨¢s que a una sensibilidad social o una ideolog¨ªa. Pod¨ªa citar varios nombres, pero no lo voy a hacer. Cada lector puede buscar por s¨ª mismo los ejemplos que conoce. No se trata de un cambio de mentalidad o de arrepentimientos o de renegados de la lucha revolucionaria. Al contrario, siguen la misma l¨®gica. Centella reivindica en el mundo capitalista aquellas t¨¢cticas que emple¨® en su momento en la guerrilla. Centella piensa, como el Kirilov de Dostoievski respecto a la existencia de Dios, que si la revoluci¨®n no es posible, todo est¨¢ permitido¡±.
Dice que ha echado el cierre al cine, que ya no es el mismo, que no tiene los mismos deseos. ¡°No puedo ser novelista y cineasta en un mismo periodo de vida, quiz¨¢s otros lo consigan. Uno no es escritor a tiempo parcial, las pilas se van cargando mientras sue?as, mientras paseas, mientras haces el amor. Es un tiempo total. Para m¨ª son dos personas distintas, con vidas diferentes y hasta con familias diferentes¡±. Pero no es del todo verdad. Guti¨¦rrez Arag¨®n sue?a con dos vidas. ¡°No me refiero solo al tiempo cronol¨®gico, me refiero a vivirlas como ¨²nicas e improrrogables. Si hago otra pel¨ªcula, la har¨¢ mi otro yo, tendr¨¦ que llegar a un acuerdo con ¨¦l. Y no se llevan especialmente bien. Del cine echo de menos el contacto con el equipo y los actores y tengo que confesar que si alg¨²n d¨ªa encontrara una historia que realmente me atrajera y me hiciera volver a levantarme temprano, pasar fr¨ªo y angustia y apreturas de presupuesto, la har¨ªa¡., pero todav¨ªa no la tengo¡±.
De momento, se queda con los amores de Centella, con ese amor que est¨¢ siempre, dice, en la trastienda de toda gran novela o pel¨ªcula.
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