Scully rinde homenaje a Grecia
El artista irland¨¦s presenta en Atenas 'Doric', un tributo a la historia de la Democracia y Europa La exposici¨®n est¨¢ en el Museo Benakis. Pasar¨¢ por varias ciudades como Valencia
Fue a finales de la d¨¦cada de los 60, en plena dictadura de los coroneles, cuando Sean Scully (Dubl¨ªn, 1945) visit¨® por primera vez Atenas. Formaba parte de una pandilla de nueve j¨®venes hippies (6 hombres y 3 mujeres, el n¨²mero perfecto, bromea) y sus recuerdos de entonces est¨¢n llenos del mismo caos y tristeza que ahora percibe en las calles. La diferencia es que ahora, por la v¨ªa de las urnas, son muchos los que han votado por acentuar las fronteras y dar la espalda al extranjero. ?l, como hijo de familia de emigrantes y viajero constante no entiende que esa sea la soluci¨®n a nada. Al contrario. Su adoraci¨®n por Grecia es tal que su ¨²ltima exposici¨®n, Doric, un homenaje a la historia de la Democracia y a la vieja Europa, ha querido estrenarla precisamente en Atenas. Despu¨¦s ir¨¢ a Valencia y una larga lista de ciudades. Pero son las viejas columnas de la acr¨®polis las que han inspirado su nuevo trabajo, lo mismo que hace 20 a?os, la cegadora luz de las islas griegas le inspiraron sus primeras series de acuarelas.
La exposici¨®n ocupa dos grandes salas de la sede portuaria del Museo Benakis (seis edificios albergan 45.000 piezas del gran mecenas griego). La primera sala es una s¨ªntesis del trabajo que a lo largo de su vida ha realizado este artista nacionalizado estadounidense y que trabaja entre Nueva York, Barcelona y Munich. Diferentes formatos y colores muestran su manera de esculpir el color. Son una veintena de cuadros que dan acceso a la segunda sala, donde nueve imponentes cuadros en negro, gris y crema, apabullan al visitante."Es mi manera de homenajear a una cultura que nos ha dado tanto. La democracia, la arquitectura, la espiritualidad¡±.
Despu¨¦s de asegurar que su forma de entender la pintura humaniza la abstracci¨®n, invita a contemplar c¨®mo sus aparentemente rotundas figuras geom¨¦tricas tienen m¨¢rgenes por los que los colores se abrazan y se besan como prueba de entendimiento. "En esos escapes est¨¢ el secreto de ser humano", explica, "porque se puede ser radical y poderoso pero acaba uno desbordado siempre por los sentimientos. Mis pinturas son como paredes que se desvanecen con las emociones".
Forma, poes¨ªa y m¨²sica, alimentan el color de este artista radical y contundente con sus principios. Su f¨¦rreo discurso lo mostr¨® despu¨¦s en una conferencia en la que habl¨® de su admiraci¨®n juvenil por Rothko, de quienes han perjudicado al arte usando mal el nombre de artistas (Andy Warhol, por ejemplo), de la banalidad, de la importancia de la belleza y del aut¨¦ntico arte, "ese que no se ve en las grandes subastas ni en las colecciones de los millonarios".
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