Javier Mar¨ªas, uno de los novelistas europeos m¨¢s renovadores
Varios expertos espa?oles y extranjeros en la obra del escritor y acad¨¦mico asisten al homenaje que le dedic¨® la revista '?nsula' El autor de Tu rostro ma?ana dice que no cree en la 'marca Espa?a'. Cree en los individuos
¡°La familia Taeger, compuesta por tres hijos ¨CMilton, Edward y Arthur-, una hija ¨CElaine-, el abuelo Rudolph, la t¨ªa Mansfield y el se?or y la se?ora Taeger, empez¨® a derrumbarse en 1922, cuando viv¨ªa en Pittsburgh, Pennsylvania¡±.
Cuarenta y un a?os han pasado desde que Javier Mar¨ªas iniciara su trayectoria literaria con este comienzo de su novela Los dominios del lobo. Ten¨ªa 19 a?os. Once novelas despu¨¦s, dos colecciones de relatos, 19 vol¨²menes de ensayos y numerosas traducciones, Mar¨ªas es el escritor espa?ol m¨¢s prestigioso en el extranjero. ?Por qu¨¦? "Por ser uno de los novelistas europeos m¨¢s renovadores¡±, afirma Domingo R¨®denas, de la universidad Pompeu Fabra, de Barcelona. ¡°Ha desarrollado un estilo que no es un aspecto meramente formal sino una manera de contemplar el mundo.? Su escritura es el pensamiento en acci¨®n, y a ¨¦l asistimos los lectores¡±, asegura Alexis Grohmann, de la Universidad de Edimburgo. ¡°Su obra es un canto a la sensibilidad, y expresa la profundidad del pensar¡±, explica el experto argentino Agust¨ªn Casal¨ªa. Todos ellos invitados al homenaje que ha recibido hoy el escritor y acad¨¦mico en el C¨ªrculo de Bellas Artes, de Madrid, con motivo del n¨²mero doble con el cual la revista ?nsula ha celebrado sus 66 a?os como una de las publicaciones de referencia para los hispanistas. El autor madrile?o ha recibido una veintena de premios dentro y fuera de Espa?a. Una de las ¨²ltimas distinciones ha sido el Premio Austriaco de Literatura Europea en 2011.
Ha desarrollado un estilo que no es un aspecto meramente formal sino una manera de contemplar el mundo. Su escritura es el pensamiento en acci¨®n, y a ¨¦l asistimos los lectores
A elogios y palabras como las anteriores Mar¨ªas (Madrid, 1951) s¨®lo atina a decir: ¡°Leer las cosas que se escriben sobre lo que uno ha escrito no es f¨¢cil. A veces son iluminadoras, o tristes. Y yo creo que, queramos o no, en uno influye la opini¨®n de los lectores, de los cr¨ªticos y de la sociedad en general porque de una u otra manera devuelven la imagen de la cual es imposible hacer caso omiso¡±. Este monogr¨¢fico de la revista le produce a Mar¨ªas ¡°cierto temor y estupefacci¨®n¡±. Pero hay un aspecto m¨¢s pr¨¢ctico y positivo: que tal vez le ayude a zafarse de algunas de esas im¨¢genes que le ha devuelto las opiniones ajenas.
Halagos y opiniones m¨¢s entusiastas que llegan, sobre todo, del extranjero donde, adem¨¢s, se van a publicar en estos d¨ªas tres estudios sobre la obra del autor de t¨ªtulos como Todas las almas, Ma?ana en la batalla piensa en m¨ª, Coraz¨®n tan blanco y Tu rosto ma?ana. ¡°Es un autor sumamente europeo en el sentido de mirada cosmopolita y m¨¢s all¨¢ de lo exclusivamente espa?ol. Escribe desde el mismo centro de Europa y su Historia¡±, seg¨²n Grohmann.
Mar¨ªas dice que su literatura es espa?ola ¡°porque no puede ser otra cosa¡±. Recuerda que ha vivido fuera pero su infancia y vida son de aqu¨ª. Otro cosa es que siempre ha oteado el exterior y se ha nutrido del legado de la literatura universal lo que ha hecho que su obra registre un tipo de personajes, situaciones y estructuras narrativas que no corresponden a lo m¨¢s t¨ªpico espa?ol.
La 'marca Espa?a' me trae sin cuidado. La cultura espa?ola no es englobable. Me interesan los individuos
No comparte el patrioterismo generalizado: "La 'marca Espa?a' me trae sin cuidado. La cultura espa?ola no es englobable. Me interesan los individuos". Sobre los recortes a la Cultura dice que es preocupante. Y reconoce que este a?o se ha "cabreado" con la declaraci¨®n de la Renta porque lo que pague no ir¨¢ a educaci¨®n ni a sanidad y, en cambio, podr¨ªa ir a Bankia, a la trama G¨¹rtel o al caso N¨®os.
Esa mirada m¨¢s all¨¢ de Espa?a la tiene el novelista des de sus or¨ªgenes. Cuando empieza su trayectoria con Los dominios del lobo, en 1971, "¨¦l representa la reacci¨®n contra el horizonte literario y cultural de la ¨¦poca", explica Domingo R¨®denas. Mar¨ªas, agrega, va contra una literatura que hab¨ªa olvidado al lector. "Apostaba por la literatura que contara cosas y comunicara". Pertenece a una tradici¨®n de grandes constructores de lenguaje y estilo que "logran conciliar todo eso con el contar".
Y en ese flujo el Tiempo es clave la manera como lo manipula de tal manera que va asociado a la idea de la digresi¨®n, y "como un elemento trivial puede tener protagonismo ins¨®lito", asegura Grohmann. Su escritura es el pensamiento en acci¨®n a medida que es escritor escribe va revelando el mundo y el narrador se va enterando; "piensa el autor y piensa el lector y como lectores seguimos sus pasos".
Cuarenta y un a?os lleva Mar¨ªas contando, escribiendo con palabras que pueden ser le¨ªdas en voz alta. Desde aquel debut con Los dominios del lobo que empezaba anunciando el derrumbe de la familia Taeger, hasta su ¨²ltima novela, Los enamoramientos (Alfaguara) cuyas ¨²ltimas palabras a¨²n resuenan:
"No est¨¢ de m¨¢s que algunos hechos civiles, si es que no la mayor¨ªa, se queden sin registrar, ignorados, como es la norma. El empe?o de los hombres suele ser el contrario, sin embargo, aunque tantas veces fracasen: grabar a fuego esa flor de lis que perpet¨²e y acuse y condene, y acaso desencadene m¨¢s cr¨ªmenes. Seguramente ese habr¨ªa sido tambi¨¦n mi prop¨®sito con cualquier otra persona, o con ¨¦l mismo, de no haberme enamorado tiempo atr¨¢s, est¨²pida y silenciosamente, y todav¨ªa quererlo hoy un poco, supongo, a pesar de todo y todo es mucho. Pasar¨¢, ya est¨¢ pasando, por eso no me importa reconoc¨¦rmelo. Vaya en mi descargo que acabo de verlo cuando no me lo esperaba, con buen aspecto y contento¡¯. Y segu¨ª pensando, mientras le daba la espalda y se alejaban ya de ¨¦l para siempre mis pasos y mi bulto y mi sombra: ¡®S¨ª, no pasa nada por reconoc¨¦rmelo. Al fin y al cabo nadie me va a juzgar, ni hay testigos de mis pensamientos. Es verdad que cuando nos atrapa la tela de ara?a ¡ªentre el primer azar y el segundo¡ª fantaseamos sin l¨ªmites y a la vez nos conformamos con cualquier migaja, con o¨ªrlo a ¨¦l ¡ªcomo a ese tiempo entre azares, es lo mismo¡ª, con olerlo, con vislumbrarlo, con presentirlo, con que a¨²n est¨¦ en nuestro horizonte y no haya desaparecido del todo, con que a¨²n no se vea a lo lejos la polvareda de sus pies que van huyendo¡¯."
Traducido a m¨¢s de cuarenta idiomas, su novela n¨²mero doce est¨¢ en camino, aunque Javier Mar¨ªas confiesa que tiene demasiadas ideas "y eso es peligroso".
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