Soy dem¨®crata y nazi
"Mi asco ancestral se llaman pol¨ªticos, banqueros, jueces, esos miserables que gobiernan el planeta"
Ten¨ªa arte en los pies y en la cabeza. Personificaba los conceptos de la elegancia, el estilo y la bondad. Y una pinta acojonante, de h¨¦roe con un punto inquietante. Era un futbolista genial y parec¨ªa un individuo mod¨¦lico. En el ¨²ltimo partido de su vida, en la final del Mundial, cuando sabe que la historia de Francia le juzgar¨¢ en funci¨®n del triunfo o del fracaso, este hombre tranquilo le sacude un cabezazo a un killer gigante, con carnet de futbolista, que se llama Materazzi, el abus¨®n que zurra al m¨¢s d¨¦bil de la clase porque le gusta exhibir su poder. Y eso lo prolonga en su profesionalidad. El agresor se llama Zidane. Posteriormente, ese irresponsable que ha sufrido v¨¦rtigo contar¨¢ que esa reacci¨®n salvaje se debi¨® a que Materazzi le sopl¨® venenosamente al o¨ªdo que su hermana era puta. No me creo el poder de una ofensa tan vulgar para un hombre curtido en todos los insultos. Imagino que fue algo peor lo que rompi¨® los nervios de mi ¨ªdolo. Pero juro, y que me encarcelen por ello, que la violencia del irreprochable contra ese basti¨®n de lo abyecto, del todo vale a cambio de ganar, de la vida exige m¨¢s cojones que pensamiento, me peg¨® un subid¨®n importante. Y dije, aunque no se lo confes¨¦ a nadie, eres mi dios, Zidane, y voy a despedirme de este mundo haciendo lo mismo.
Mi rival no es Materazzi. Mi asco ancestral, mucho antes de que los ejecutores y c¨®mplices se rescataran a costa de la desgracia de los dem¨¢s, se llaman pol¨ªticos, banqueros, jueces, esos miserables que gobiernan el planeta. Pero c¨®mo entiendo a Zidane, despidi¨¦ndose de forma tan infantil y deshonrosa.
Siendo tan violento y jacobino, veo im¨¢genes de la televisi¨®n griega en las que el representante de los nazis, tan populares ellos en Europa cuando los liberales se autodefinen como dem¨®cratas, infla a hostias en un debate a su izquierdista interlocutora. Imagino lo que puede hacer este pavo rapado en un callej¨®n con un inmigrante, un negro, un maric¨®n. ¡°A las armas, ciudadanos¡± exig¨ªa la Marsellesa. ¡°Esta guitarra sirve para matar fascistas¡±, rug¨ªa Guthrie. So?ar no cuesta dinero.
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