Lugares de tr¨¢nsito que inspiran arte conceptual
Ocho parejas de fot¨®grafos y artistas visuales exponen una ecl¨¦ctica visi¨®n de la vida en pa¨ªses de Am¨¦rica latina
Las personas tenemos dos formas de vivir las ciudades: desde los ojos del turista, curiosos y sedientos de experiencias, o desde la perspectiva del oriundo, acostumbrado a los lugares y costumbres que siempre ve pero nunca mira. El proyecto Lugares de tr¨¢nsito a¨²na las dos caras de la moneda desde el prisma del artista, o m¨¢s bien de dos artistas, uno local y otro extranjero, tomando la fotograf¨ªa como herramienta de expresi¨®n de los lugares y experiencias. La Habana, Santo Domingo, Maracaibo, Bogot¨¢, Miami, Guatemala, Panam¨¢ y Quito han sido los lugares donde los ocho d¨²os de artistas, junto a un comisario local, han compartido la tarea de realizar un trabajo fotogr¨¢fico de reflexi¨®n transitando los aspectos m¨¢s escondidos y menos valorados de las ciudades.
El proyecto, impulsado por la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo, propone un recorrido visual por la cara m¨¢s inspiradora de estas ciudades a trav¨¦s de una exposici¨®n, comisariada por Marta Soul, que se inaugura el pr¨®ximo jueves 21 de junio en la Sala Promoci¨®n de Arte de Tabacalera, una publicaci¨®n donde se visibiliza, documenta e interrelacionan los trabajos realizados mediante entrevistas y ensayos, y un Foro de pensamiento, que se celebr¨® el viernes pasado en la sede madrile?a de Casa de Am¨¦rica, donde los 16 artistas expusieron sus experiencias y reflexiones sobre los trabajos.
Humberto D¨ªaz (Cuba, 1975) ha desarrollado su proyecto en La Habana junto al artista gaditano Daniel Silvo (1982). Sin conocerse de nada, cuenta D¨ªaz, congeniaron en seguida y recorrieron la ciudad tratando de encontrar detalles intangibles y objetos por descubrir. ¡°Cuando Daniel lleg¨® a La Habana tratamos de escapar de lo com¨²n. A Daniel le llamaban la atenci¨®n cosas que para m¨ª eran cotidianas. La primera semana se obsesion¨® con los coches Lada y los vestigios de la ¨¦poca rusa¡±, explica el cubano. El intercambio de impresiones hizo que D¨ªaz empezara a estudiar los detalles de su propia ciudad "como algo ajeno, como si estuviese de tr¨¢nsito¡±. Como artistas visuales y multidisciplinares, decidieron darle una vuelta de tuerca al proyecto, y utilizar la fotograf¨ªa como medio para realizar una obra conceptual: ¡°Nos llam¨® la atenci¨®n el sentido del tiempo, las colas para entrar en los sitios, esperar al autob¨²s puede llevar un minuto o dos horas, y eso en La Habana a nadie parece importarle¡±. A partir de esta idea naci¨® La espera, que es el nombre del proyecto, compuesto por 24 fotograf¨ªas seleccionadas de entre cientos que tomaron a todas las paradas de autobuses de la capital de Cuba. ¡°Esa espera tan cubana se refleja tambi¨¦n en el momento por el que pasa ahora Europa y el mundo en general, la gente aguarda el tiempo necesario para el cambio¡±.
El papel de Rosell Meseguer (Alicante, 1976) es el opuesto al de D¨ªaz: ella ha sido la artista extranjera en el proyecto que realiz¨® con el haitiano afincado en Miami Adler Meseguer (Puerto Pr¨ªncipe, 1975). Su trabajo, denominado Real / State Levels, muestra el contraste entre el Miami entre los barrios m¨¢s marginales y la parte comercial del lujo americano. ¡°La idea surgi¨® a partir de un edificio sin terminar de construir, que se hab¨ªa convertido en ruina antes de hacer las veces de vivienda. Nos dimos cuenta de que el Miami que se conoce es muy superficial, y nos interes¨® el otro Miami, que tiene esas capas sociales que se forman en los barrios¡±. Para complementar la obra, los artistas se apoyaron con recortes de peri¨®dicos locales: ¡°Los textos hablan continuamente del dinero, la especulaci¨®n de la tierra y la imagen id¨ªlica de la casa americana¡±, explica la artista. El resultado es una valla publicitaria de cuatro metros por uno, con im¨¢genes de la cara marginal, en blanco y negro, y a todo color la vida fr¨ªvola de Miami.
Siguiendo estos patrones de creaci¨®n, los otros 12 j¨®venes artistas de Panam¨¢, Guatemala, Argentina, Colombia, Venezuela y Espa?a abordan las realidades de esos lugares, unas veces de tr¨¢nsito, como el canal de Panam¨¢, otras de inevitable permanencia, como el impacto del petr¨®leo en la sociedad venezolana, pero siempre espacios abiertos y libres en los que las personas puedan reconocerse, por los lazos emocionales y evocativos con la gente, la cultura y la memoria.
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