Gustavo P¨¦rez Puig, una fruct¨ªfera e infatigable carrera teatral y televisiva
Muere en Madrid a los 81 a?os el director teatral y realizador televisivo Impuls¨® la obra de Miguel Mihura y Alfonso Sastre Su cuerpo ser¨¢ llevado ma?ana al Teatro Espa?ol de Madrid de donde partir¨¢ para ser incinerado a las 18.00 de la tarde
Cumpli¨® medio siglo de entrega a su oficio, el mismo a?o que se le concedi¨® Premio Nacional de Teatro por su trabajo en 2002. Y desde el pasado domingo que sufri¨® una larga parada cardiorrespiratoria, su situaci¨®n era irreversible. Gustavo P¨¦rez Puig, naci¨® en Madrid, aunque su infancia y juventud la pas¨® en Murcia. Su larga trayectoria (empez¨® con el teatro en 1952) est¨¢ totalmente marcada por la escena, aunque estudi¨® Derecho y Filosof¨ªa y Letras. Quiz¨¢ tambi¨¦n por hechos que a lo mejor pueden parecer irreconciliables, pero no as¨ª para los que conozcan la profesionalidad de este hombre y las peculiaridades de la familia teatral. Sirva como ilustraci¨®n que ha sido el director que descubri¨® para el gran p¨²blico a Alfonso Sastre, al que ha dirigido varias obras, empezando por el emblem¨¢tico montaje de Escuadra hacia la muerte.
¡°Era muy amigo de ¨¦l, al margen de que nuestras ideolog¨ªas no solo eran divergentes, sino contrarias, pero la amistad estaba por encima de todo. Fue un profesional que olfateaba muy bien los posibles ¨¦xitos, y lo demostr¨® a lo largo de su carrera¡±, se?ala Sastre desde su retiro en el Pa¨ªs Vasco. ¡°A m¨ª me acompa?¨® mucho en momentos dif¨ªciles, y fue ¨¦l quien sac¨® a la luz a dos autores que est¨¢bamos totalmente ignorados, Miguel Mihura y yo, e impuls¨® nuestras carreras¡±, se?ala el autor, quien recuerda que P¨¦rez Puig le pidi¨® en los a?os cincuenta un texto y le dio el que nadie se atrev¨ªa a estrenar: ¡°Una obra ajena a los mandatos del teatro profesional, e inquietante desde el punto de vista de la censura¡±, comenta de Escuadra hacia la muerte, que se estren¨® en el Teatro Mar¨ªa Guerrero, sala que P¨¦rez Puig alquilaba el d¨ªa de descanso de la compa?¨ªa titular. ¡°Seg¨²n me contaron en la tercera representaci¨®n asisti¨® el general Moscard¨® y mont¨® en c¨®lera porque era una obra antimilitarista. Y la prohibieron; pero Gustavo jam¨¢s se arrepinti¨® de haberla estrenado y siempre le gust¨® mucho mi teatro, es un disgusto muy grande la noticia de su muerte¡±.
Un espect¨¢culo que marc¨® la trayectoria de P¨¦rez Puig, junto con el estreno absoluto de Tres sombreros de copa, de Miguel Mihura, y otros hechos como la emisi¨®n en, el a?orado por ¨¦l, espacio televisivo Estudio1 de Doce hombres sin piedad, la grabaci¨®n del primer discurso de Rey, el apoyo incuestionable a sus amigos Enrique Jardiel Poncela y Antonio Buero Vallejo, a quien le estren¨® numerosas obras, incluida la ¨²ltima, Misi¨®n en el pueblo desierto, en el mismo Teatro Espa?ol donde este autor hab¨ªa comenzado su ciclo creativo medio siglo antes, con Historia de una escalera. El mismo teatro donde P¨¦rez Puig pas¨® 14 a?os de su vida, de 1990 a 2004, no exentos de pol¨¦micas provenientes del mundo pol¨ªtico y tambi¨¦n del teatral y cultural. Y el mismo teatro desde el cual ma?ana se despedir¨¢n de ¨¦l sus amigos de profesi¨®n y su p¨²blico, ya que se espera que la capilla ardiente sea instalada a las 11 de la ma?ana, proveniente del Tanatorio de San Isidro donde ha sido conducido esta ma?ana.
El desaparecido director y productor puso en pie m¨¢s de ochenta espect¨¢culos. Como realizador de Televisi¨®n Espa?ola, labor que comenz¨® a desempe?ar en 1956, hizo m¨¢s de mil programas, destacando especialmente los dram¨¢ticos. Hay que recordar que el teatro que se conoci¨® en Espa?a en las ¨²ltimas d¨¦cadas del franquismo, y convirti¨® a muchos espectadores en aficionados a los escenarios, fue el que ofreci¨® Estudio 1, donde P¨¦rez Puig brill¨® con luz propia, hasta el punto de ser destacado como finalista del Premio de la Cr¨ªtica de Montecarlo y obtener el Premio especial del Festival de Praga.
Siendo director de dram¨¢ticos de TVE realiz¨® los cinco primeros discursos navide?os del Rey, quien en la primera ocasi¨®n que se dirigi¨® a la naci¨®n, reci¨¦n fallecido Franco, al ver que P¨¦rez Puig le suger¨ªa una repetici¨®n, el monarca le espet¨®: ¡°No se preocupe, hablo muchos idiomas y todos mal. Corr¨ªjame cuantas veces sea necesario¡±. No fue su ¨²nico contacto profesional con dirigentes pol¨ªticos, ya que P¨¦rez Puig tambi¨¦n fue responsable de imagen de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y de Adolfo Su¨¢rez, su compa?ero de mus y entonces de partido (fue el CDS de Rodr¨ªguez Sahag¨²n quien le coloc¨® en el Teatro Espa?ol) y dicen que invent¨® para ¨¦l la frase ¡®Puedo prometer, y prometo...¡¯.
Su prol¨ªfica carrera la inici¨® en los a?os cincuenta con la puesta en escena de siete obras con el TPU (Teatro Popular Universitario) y una con la compa?¨ªa del Teatro Espa?ol. Dio a conocer en Espa?a a muchos autores desconocidos que triunfaban por Europa y otros cl¨¢sicos contempor¨¢neos como Thomas, Percy, Magnier, Betti, Trevor, Sacarnicci y Tarabusi, Mordo, Oliv¨¦, Bourdet, Dorin, Anouilh, Barillet y Gredy. Pero sobre todo se dio a conocer por trabajar para producciones privadas con obras de Alfonso Paso, Llopis en teatros como el Maravillas, el Lara o el Infanta Isabel. A partir de la d¨¦cada de los sesenta y setenta trata de dar a conocer a los grandes autores espa?oles como Jardiel Poncela, Mihura, Valle Incl¨¢n, Benavente o el entonces joven Antonio Gala. Su puesta en escena de La venganza de Don Mendo, de Mu?oz Seca, en 1977 constituye un memorable ¨¦xito de p¨²blico lo que le lleva a remontar esta pieza en varias ocasiones.
Una brillante trayectoria que siempre desarroll¨® junto a su mujer, la tambi¨¦n directora, Mara Recatero, quien lleg¨® a estar junto a ¨¦l en una de sus etapas m¨¢s conocidas, la que estuvo al frente del Teatro Espa?ol, donde ella fue directora adjunta del teatro. En esa ¨¦poca recuper¨® la tradici¨®n de representar Don Juan Tenorio en torno a la fecha del D¨ªa de Difuntos, que lleg¨® a montar hasta en cinco ocasiones, aunque tambi¨¦n estren¨® en esa etapa obras de Guill¨¦n de Castro, Benavente, Mihura, Rostand y Calder¨®n y, por supuesto Jardiel, con quien mantuvo una larga amistad que, seg¨²n P¨¦rez Puig, fue muy importante para ¨¦l: ¡°Aprend¨ª en seis meses m¨¢s que en toda mi vida. De filosof¨ªa, de teolog¨ªa..., de mujeres malas, de mujeres buenas... De todo¡¡±, dijo hace apenas un a?o a su amigo y dramaturgo Ignacio Amestoy.
Su ¨²ltimo trabajo ha sido la producci¨®n de Las cinco advertencias de Satan¨¢s, un Jardiel desconocido que dirigi¨® Recatero y que culmin¨® una trayectoria dedicada plenamente a la direcci¨®n y producci¨®n teatral y realizaci¨®n televisiva, marcada por sus etapas al frente del Teatro de la Zarzuela de Madrid, el Teatro Maravillas, que dirigi¨® cinco a?os y los catorce a?os en el Teatro Espa?ol.
Su trabajo en el teatro le proporcion¨® un gran n¨²mero de premios, entre los que cabr¨ªa destacar Medalla de Oro de Valladolid, Premio Mayte y Premio Nacional de Teatro. Entre otros galardones en 2001 le conceden la Medalla de Oro al m¨¦rito en las Bellas Artes; en 2004 es nombrado Acad¨¦mico de Honor de la Academia de las Bellas Artes de Murcia.
Manuel Galiana, uno de los actores fetiche de P¨¦rez Puig, ha comentado al conocer el fallecimiento del director: ¡°Era fundamentalmente un hombre de teatro, y tambi¨¦n un amigo; he trabajado con ¨¦l m¨¢s que con otro director y siempre me ha ofrecido trabajos magn¨ªficos¡¡±, y a?ade, ¡°lo cierto es que este hombre me ha proporcionado los d¨ªas m¨¢s hermosos de mi vida en teatro, cada vez que hay que despedirse de los amigos, y llevamos un tiempo que ocurre con demasiada frecuencia, no terminamos de concienciarnos de que todos nos marchamos, ¨¦l ha tenido una vida maravillosa al lado de Mara y s¨®lo puedo despedirme con el recuerdo m¨¢s hermoso, jam¨¢s olvidar¨¦ cuando me llam¨® para hacer Cyrano¡±, se?ala el actor quien lo ¨²ltimo que hizo con P¨¦rez Puig fue La decente.
Por su parte Andr¨¦s Pel¨¢ez, director del Museo Nacional del Teatro, se?al¨® que la ¨²ltima etapa de P¨¦rez Puig est¨¢ llena de luces y sombras: ¡°Pero no podemos olvidar su etapa de carrera floreciente, estrenando a Alfonso Sastre o inaugurando el Corral de comedias de Almagro, o llevando al teatro a profesionales como el gran modisto Elio Berhanyer, sin olvidar su brillante carrera como realizador¡±.
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