Las ba?eras son para bailar
'Soap' es un cabaret con ocho actores que hacen acrobacias dentro de pilas mientras les llueve
Entrar en una ba?era es siempre un asunto resbaladizo. Si adem¨¢s te pones a bailar y a hacer acrobacias las posibilidades de romperse la crisma son muy elevadas. A no ser que seas uno de los ocho actores de Soap, el espect¨¢culo de cabaret que llega al teatro Caser Calder¨®n de Madrid en el que el agua salpica, moja o empapa a los protagonistas mientras saltan, cantan y hacen malabarismos en las seis ba?eras blancas con patas de madera que presiden el escenario.
"Es un espect¨¢culo que combina una parte m¨¢s f¨ªsica, con otra m¨¢s art¨ªstica y una m¨¢s sensual, ya que los actores est¨¢n mojados", sonr¨ªe el productor y director art¨ªstico de Soap, Gregg Parks. "Este show naci¨® hace cinco a?os, cuando pas¨® de ser un n¨²mero dentro de un espect¨¢culo a convertirse en algo con vida propia". Lo de las ba?eras ¡ªque est¨¢n sujetas al suelo con una estructura para evitar accidentes¡ª se explica porque "el ba?o es el lugar m¨¢s ¨ªntimo de los hogares, donde a veces cantamos, bailamos, re¨ªmos, lloramos... y eso es algo universal, que pasa en todos los lugares del mundo".
En las dos horas de espect¨¢culo se suceden casi 20 n¨²meros en los que, aunque no hay un hilo argumental, s¨ª hay un personaje, interpretado por la actriz canadiense Marie-Andr¨¦e Lemaire, que da paso a distintas situaciones, como la que protagoniza el acr¨®bata Fran?ois Gravel. En ese n¨²mero llueve sin cesar sobre el actor mientras este se desliza en el trapecio y en el suelo en una danza acrob¨¢tica en la que parece incre¨ªble que no resbale y caiga.
"Claro que es peligroso, hemos tenido alg¨²n hueso roto y alg¨²n diente roto pero no buscamos el riesgo, sino la belleza, el agua es belleza", se?ala Parks, que subraya el "duro entrenamiento" al que se han tenido que someter los actores, como confirman el ancho de sus espaldas y sus musculosos brazos. Eso s¨ª, Parks advierte al p¨²blico que acuda al teatro: "No intenten hacer esto en su ba?o".
Entre los int¨¦rpretes de Soap, Fernando Dubka, canadiense nacido en Argentina, es un acr¨®bata que demuestra sus habilidades equilibristas en un n¨²mero de siete minutos de duraci¨®n. Dubka insiste en lo complicado que resulta un trabajo en el que uno acaba empapado. "Con el tiempo ha evolucionado nuestra actuaci¨®n, el agua nos ha obligado, por ejemplo, a cambiar la forma de saltar y de caer".
Cada n¨²mero de Soap se acompa?a de m¨²sica, desde cl¨¢sica, con Chaikovski y Puccini, a The Doors y Nina Simone. Adem¨¢s de los momentos en los que canta la estadounidense Patricia Holtzmann, que ha participado en musicales como El fantasma de la ¨®pera. En cada ciudad por la que ha pasado Soap, el repertorio?cambia para incluir "canciones m¨¢s cercanas al p¨²blico de ese pa¨ªs". Para descubrir qu¨¦ se escuchar¨¢ en Madrid no queda m¨¢s remedio que ver la obra. Parks prefiere no dar pistas.
Lo que s¨ª se sabe es que el agua es un elemento fundamental de la tramoya de este espect¨¢culo. En varios n¨²meros de la funci¨®n llueve y para evitar charcos y molestas acumulaciones, los dos momentos con m¨¢s precipitaciones ¡ªcomo se dir¨ªa en un parte meteorol¨®gico¡ª son el que precede al descanso y la traca final. As¨ª los operarios tienen tiempo de secar el suelo en el intermedio. Tambi¨¦n se ha cuidado la temperatura del agua: ni fr¨ªa, para no perjudicar unos m¨²sculos en tensi¨®n, ni caliente, para que no afecte a la piel.
Soap, dirigido por Markus Pabst y Maximilian Rambaeck y producido por Circle of Eleven, ya se ha estrenado en Berl¨ªn, Londres, Edimburgo y Sidney. Ahora permanecer¨¢ en Madrid hasta el 2 de septiembre. "Despu¨¦s vamos a Brisbane [Australia] y volveremos a Alemania", dice el joven acr¨®bata Fernando Dubka, para quien la ba?era "ha dejado de significar algo relajante". "Ahora, cuando la veo en el hotel prefiero darme una ducha o ir a una piscina".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.