?C¨®mo proteger un tesoro art¨ªstico?

La adecuada conservaci¨®n de c¨®dices y libros antiguos requiere de cuidados especiales que, no por sencillos, son menos fundamentales para la perdurabilidad de la obra. La naturaleza del soporte -¡ªpapiro, pergamino, papel y su ¨¦poca de fabricaci¨®n¡ª puede requerir cuidados espec¨ªficos. No es lo mismo un pergamino medieval que un papel ¨¢cido de la primera mitad del siglo XX. El pergamino es bastante m¨¢s robusto que el papel ¨¢cido y su esperanza de vida radica en evitar cualquier m¨ªnimo contacto con la luz y el ox¨ªgeno. De ah¨ª que las piezas impresas en papel ¨¢cido est¨¦n condenadas a vivir en cajas de cart¨®n especial. En general, los c¨®dices manuscritos, beatos, libros de horas y dem¨¢s obras que comparten el pergamino como soporte, as¨ª como los incunables que, por fortuna, fueron impresos en papel de alta calidad, tienen tres enemigos: la estabilidad de la temperatura ideal (en torno a 18 grados) y de la humedad ambiente (alrededor de 30%) y la exposici¨®n a la luz, que debe ser matizada y poco prolongada. El h¨¢bitat de estas obras debe estar siempre limpio y, por supuesto, libre de insectos. La manipulaci¨®n debe ser en extremo cuidadosa manteni¨¦ndolos abiertos con la ayuda de un cord¨®n con plomos, familiarmente conocidos como serpientes, para evitar que la encuadernaci¨®n pueda verse forzada. Y deben consultarse con las manos protegidas por guantes de algod¨®n blanco para evitar que la grasa de los dedos sea absorbida por el pergamino y lo ensucie o manche. Ni que decir tiene que deben digitalizarse con el fin de asegurar la preservaci¨®n y amplia difusi¨®n de la obra. De no respetarse estos protocolos, las piezas bibliogr¨¢ficas sufrir¨¢n da?os que pueden llegar a ser irreparables. La concienciaci¨®n y profesionalizaci¨®n de los custodios del patrimonio es todav¨ªa una asignatura pendiente en muchos casos. Espa?a deber¨ªa dotarse de un plan nacional de preservaci¨®n y conservaci¨®n de nuestro acervo bibliogr¨¢fico.

Milagros del Corral, exdirectora de la Biblioteca Nacional, actualmente es asesora de organismos internacionales.