Las maldiciones de la diosa Diana
Por capricho, por venganza o como treta, los antiguos dioses cambiaban de aspecto a voluntad La National Gallery de Londres propone a un grupo de artistas el juego de las 'Metamorfosis'
Una lucecita se mueve con gracia y sutileza detr¨¢s del tel¨®n y la penumbra. Se eleva como una luci¨¦rnaga en vuelo y dibuja un trayecto leve, misterioso. Cuando el tel¨®n se abre descubrimos un monstruoso robot de acero con un solo brazo mec¨¢nico, que se eleva hasta siete metros. En la punta tiene la varita luminosa, el flotante punto de luz. Esa m¨¢quina representa a Diana cazadora, la casta diosa vengativa. Porque la furia de las m¨ªticas diosas es, con frecuencia, irracional y despiadada pese a su delicada belleza. Esta representaci¨®n esc¨¦nica es la culminaci¨®n ¡ªo, m¨¢s bien, una de ellas¡ª de una enrevesada historia que surge de la base misma de nuestra cultura.
La Metamorfosis de Ovidio es el territorio donde se inicia esta transformaci¨®n que culmina ahora en el proyecto del mismo nombre puesto en marcha por la National Gallery de Londres y la Royal Opera House. Un programa complejo y fascinante que enlaza el arte, la danza, la m¨²sica y la poes¨ªa. Si el poema de Ovidio es el origen, el siguiente cap¨ªtulo en esta serie de carambolas a lo largo de los siglos es la interpretaci¨®n que hizo Tiziano de algunas de las historias mitol¨®gicas de aquel libro. Por encargo de Felipe II, Tiziano realiz¨® siete pinturas extra¨ªdas de la Metamorfosis. Tres de ellas ¡ªDiana y Calisto, Diana y Acte¨®n y La muerte de Acte¨®n¡ª, pertenecientes hoy a las colecciones de la pinacoteca londinense, han servido de referencia a tres artistas contempor¨¢neos para realizar nuevas interpretaciones: Mark Wallinger (1959), Chris Ofili (1968) y Conrad Shawcross (1977). Ellos a su vez han trabajado con tres distintos core¨®grafos de la Royal Opera House para dise?ar la escenograf¨ªa y el vestuario de las tres piezas inspiradas en las pinturas de Tiziano. Otros tres compositores han creado la m¨²sica original. Y, por si fuera poco, 16 poetas ¡ªuno de ellos el Nobel irland¨¦s Seamus Heaney¡ª han escrito poemas inspirados tanto en los cuadros del pintor renacentista como en el poema original.
De esta manera se pone de nuevo en marcha el juego de las mutaciones iniciado por las antiguas mitolog¨ªas griega y romana. Diana y Calisto recoge la historia de la ninfa preferida de la diosa de la caza. J¨²piter adopta la apariencia de Diana para acercarse a Calisto y terminar por poseerla sexualmente, dej¨¢ndola embarazada. Cuando la diosa descubre que su ninfa ha roto el voto de castidad ¡ªmomento que recoge el primero de estos cuadros de Tiziano¡ª, se indigna y la castiga convirti¨¦ndola en osa. Diana y Acte¨®n es otra muestra de la implacable venganza de la diosa. Acte¨®n est¨¢ de cacer¨ªa con sus hombres y sus perros. Durante un descanso, mientras camina por el bosque, encuentra una gruta donde casualmente se est¨¢n ba?ando desnudas Diana y sus ninfas. Sorprendidas en tan ¨ªntimo ritual, la diosa condena de inmediato al mir¨®n convirti¨¦ndolo en un ciervo. Acte¨®n, desconsolado, gime como animal y no hace sino convocar a sus decenas de perros de presa que lo destrozan a dentelladas d¨¢ndole muerte, escena recogida con dramatismo en La muerte de Acte¨®n.
Conrad Shawcross ha construido dos robots que representan la dualidad de la diosa, la fragilidad y la fuerza.
Conrad Shawcross ha construido dos robots que representan la dualidad de la diosa, la fragilidad y la fuerza. La vulnerabilidad y la rabia. Uno, el descrito anteriormente, para la pieza titulada Machina, del core¨®grafo dan¨¦s Brandstrup y los compositores Wayne McGregor y Nico Mulhy. El otro est¨¢ en la exposici¨®n de la National Gallery y se titula Trophy. Es una escultura programada por ordenador, dentro de una caja de cristal, que se mueve bordeando con precisi¨®n el contorno del asta de un ciervo. En la punta del brazo mec¨¢nico hay una varita de luz. Previamente se us¨® como herramienta para tallar esa delicada escultura a partir de un bloque de madera. Es un robot animal¨ªstico, como un Alien amenazante, que parte del estudio atento de las pinturas de Tiziano.
La aproximaci¨®n de Mark Wallinger a estas escenas m¨ªticas busca quiz¨¢ un impacto m¨¢s directo. En una sala oscura hay en el centro una peque?a habitaci¨®n que solo se percibe por sus accesos cerrados: una ventana, una puerta, una persiana. Todos ellos tienen agujeros o rendijas por los que se observa con esfuerzo lo que sucede en el interior iluminado. Es un cuarto de ba?o blanco y una mujer desnuda en la ba?era que realiza ensimismada los ¨ªntimos movimientos del aseo. La performance se realiza de manera continuada durante la exposici¨®n por siete mujeres que se turnan cada dos horas. Todas se llaman en la vida real, Diana.
¡°Me sent¨ª fascinado por el momento en que Acte¨®n sorprende a Diana¡±, dice Wallinger. ¡°El voyeurismo y la transgresi¨®n siguen siendo actos de cierta tensi¨®n en el comportamiento humano. Quer¨ªa hacer una pieza que implicara de esa manera al espectador, pero con algo real, una especie de reverie. Son historias adem¨¢s muy cinem¨¢ticas, como podemos recordar en filmes como Psicosis y La ventana indiscreta. Tambi¨¦n Duchamp, con su obra ?tant donn¨¦s, aborda el asunto. El voyeurismo sigue siendo una experiencia moderna¡±.
Chris Ofili nunca hab¨ªa visto un ballet. ¡°Despu¨¦s de dos a?os trabajando en este proyecto ahora se considera un experto¡±, explica con cierto humor la comisaria de la exposici¨®n, Minna Moore-Ede. El ganador del Premio Turner de 1998 se hizo famoso por sus pinturas con esti¨¦rcol de elefante, una alusi¨®n a la importancia de esa materia en la vida cotidiana y espiritual africana. De origen nigeriano, Ofili vive ahora en la isla de Trinidad. Por eso no sorprende su versi¨®n tropical del mito de Diana y Acte¨®n. Sus escenograf¨ªas son como una hechizada jungla. La serie de pinturas exuda lujuria. ¡°Tiziano interpret¨® libremente a Ovidio. Ofili hace lo mismo con Tiziano. Hay color, sensualidad, deseo. Para ¨¦l Acte¨®n transformado no huye hacia su maldici¨®n, sino que ataca sexualmente a la diosa, atendiendo a sus fantas¨ªas¡±, a?ade la comisaria. ¡°Ofili ha decidido mantener algunas de las pinturas inacabadas, como dej¨® Tiziano La muerte de Acte¨®n. Fue una de las pinturas que se encontraron en el taller del pintor tras su muerte, pero Ofili piensa que Tiziano la dej¨® as¨ª a prop¨®sito¡±.
Tiziano interpret¨® libremente a Ovidio. Ofili hace lo mismo con Tiziano. Hay color, sensualidad, deseo
Shawcross se?ala tambi¨¦n esa intenci¨®n del italiano. ¡°Los artistas tienen que redefinirse en cada ¨¦poca en relaci¨®n con la tecnolog¨ªa¡±, afirma. ¡°Tiziano fue un renovador en el uso que dio al ¨®leo para conseguir ciertos efectos pict¨®ricos usando los pinceles e incluso los dedos¡±.
Las coreograf¨ªas se estrenan a lo largo de este fin de semana y hasta el d¨ªa 20. Es el ¨²ltimo trabajo de Monica Mason como directora del Royal Ballet. Mark Wallinger ha ideado para Trespass un escenario que funciona como un enorme diorama con im¨¢genes de la superficie lunar. En el centro hay un alt¨ªsimo espejo semicircular (¡°como el visor espejado del casco de los astronautas de la misi¨®n Apolo¡±, afirma el artista) que se hace transparente para dejar ver a los hombres que observan. ¡°La primera idea que tuve en relaci¨®n con la coreograf¨ªa estuvo relacionada con la luna, la musa de lo femenino desafiada por los humanos mediante la misi¨®n Apolo¡±, comenta Wallinger. ¡°Hay mucha poes¨ªa cl¨¢sica en torno a la luna, pero tambi¨¦n tom¨¦ en cuenta el discurso de Armstrong y Aldrin¡±. La coreograf¨ªa es de
Christopher Wheeldon, con m¨²sica de Mark-Anthony Turnage y el protagonismo del primer bailar¨ªn del Royal Ballet, Alastair Marriott.
Chris Ofili ha trabajado en Diana y Acte¨®n con los core¨®grafos Will Tuckett, Liam Scarlett y Jonathan Watkins, con m¨²sica de Johnatan Dove y libreto de Alasdair Middleton. ¡°Ofili es el ¨²nico que ha creado una pieza narrativa. Una escenograf¨ªa de un follaje h¨²medo y m¨¢gico con un fondo que es un velo que se levanta. ?l mismo ha pintado todos los telones cuidando mucho la mezcla de colores. Es la primera obra de esa magnitud que realiza¡±, comenta la comisaria.
Las met¨¢foras visuales dominan este proyecto. Y tambi¨¦n el movimiento, por eso resulta natural que haya una sala en la exposici¨®n con un v¨ªdeo sobre el trabajo coreogr¨¢fico. Curiosamente, tambi¨¦n el patrocinador de este proyecto, Credit Suisse, se ha involucrado activamente y ha producido un cortometraje de ficci¨®n de poderosa y perturbadora fuerza. Lo dirige el d¨²o experimental Tell No One (Luke White y Remi Weekes), con la participaci¨®n de dos conocidos actores brit¨¢nicos, Anna Friel y Ed Speleers.
Pero una de las extensiones con mejores resultados de Metamorfosis est¨¢ en el campo po¨¦tico. En tiempos de Ovidio la poes¨ªa era todav¨ªa el arte supremo. Hoy se ven pocas interacciones entre este g¨¦nero literario y otras expresiones creativas. El encargo a 16 poetas de poemas relacionados con estos tres cuadros de Tiziano es una iniciativa con un resultado que vale la pena tomar como ejemplo.
Seamus Heaney escribe en Acte¨®n: ¡°¡ Y no era sudor humano lo que parec¨ªa exhalar su cuerpo / como un vapor: era como una bestia en celo / mientras merodea con sigilo hasta encontrar / la arboleda, la gruta y el lugar del ba?o / de la diosa y sus ninfas, / como si buscara deliberadamente este virgen rinc¨®n, como si / sus deseos fueran perros de presa que aceleran el paso tras el olor de Diana, / como si su propia jaur¨ªa cumpliera la venganza al cercarlo, aullando, en este bosque iluminado por las hojas¡±.
Siete son mujeres, con lo que las perspectivas sobre estos episodios se ampl¨ªan. La poeta laureada Mary Ann Duffy escribe Tiziano: Diana y Calisto: ¡°¡ aunque ella se arrepintiera o probara su inocencia, c¨²lpalo a ¨¦l / a las estrellas, al mito, siembra la idea de que ella es la v¨ªctima aqu¨ª; mi argumento, se?oras, es este ¡ªsolo se trata de pintura¡±.
¡°Los poetas hemos crecido con Ovidio, la Metamorfosis est¨¢ en la base de mi poes¨ªa¡±, dice Jo Shapcott, ganadora del Premio Costa 2011, al mejor libro del a?o. ¡°Este encargo ha sido muy libre y muy f¨¦rtil para nosotros porque solemos trabajar solos y aqu¨ª nos involucramos en algo mucho m¨¢s grande, con muchos otros artistas¡±.
Se ha realizado un v¨ªdeo, que se proyecta en la exposici¨®n, en el que todos estos poetas recitan sus composiciones. Una experiencia que contribuye a profundizar tanto en la obra de Ovidio como en las de Tiziano. Pero si hay algo que se extrae de todo este proyecto es la pervivencia de ciertas pasiones y pulsiones primigenias que los seres humanos somos incapaces de dominar. Todo gira en torno al deseo.
Tony Harrison implica al visitante de la exposici¨®n en esta experiencia: ¡°Usted, s¨ª se?or, usted, que ha empezado a leer estas l¨ªneas, tal vez sea ya un hombre marcado¡±, escribe. El observador que sigue al voyeur en su aventura, puede ser tambi¨¦n alcanzado por la maldici¨®n eterna, la del hombre a quien la visi¨®n robada transforma. ¡°¡ Y cuando salga por las puertas de vidrio del museo, esa cabeza astada que ve ah¨ª reflejada, ?es suya? Para obtener su supervivencia, cuando se vaya, es mejor que tenga cuidado con las jaur¨ªas que esperan al acecho en Trafalgar Square¡±.
Metamorfosis. National Gallery. Trafalgar Square. Londres. Hasta el 23 de septiembre. Actuaciones del Royal Ballet en la Royal Opera House, los d¨ªas 16, 17 y 20 de julio.
Babelia
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