¡°Los periodistas no son mi desayuno favorito. Mejor tostadas con aceite¡±

A Bebe (Valencia, 1978) los 27 minutos de la entrevista le parecen un co?azo. Y lo dice. Llega de excelente humor (miren la foto). Pero ante la grabadora no est¨¢ tan c¨®moda y responde protocolariamente. Tanto como las preguntas, aduce. Lo cierto es que no se f¨ªa un pelo. Muchos l¨ªos. Apagado el maldito aparato, con una ca?a, todo cambia. Tambi¨¦n el periodista. Ella responde con m¨¢s naturalidad. M¨¢s de verdad. As¨ª que encendemos el artefacto otra vez. Pero... pasados 15 minutos, hay un malentendido. Se molesta. ¡°?Estabas grabando sin mi permiso?¡±. No hab¨ªa o¨ªdo como se lo ped¨ªamos. O no se dijo con claridad. Da igual. Lo arreglamos. Y aqu¨ª viene la tercera parte del encuentro, que ya se pone m¨¢s b¨¢rbaro. ¡°Vamos a echar un cigarro fuera¡±, propone. En la calle, Bebe te clava la mirada y se hace m¨¢s vulnerable y cari?osa. Y descubre un poco la herida de los golpes recibidos. En realidad, s¨ª duelen. Especialmente por la familia, que soporta en su espalda los mamporros que, merecidos o no, le han dado a ella. Lo cuenta en off the record. Son 10 minutos. Y al final dice: ¡°Sabes qu¨¦, utiliza lo que te de la gana¡±. En el hotel, la entrevista hab¨ªa ido as¨ª.

Pregunta. ?Qu¨¦ le da miedo?

Respuesta. Muchas cosas, pero los miedos no se cuentan.

P. Hombre¡­

R. Tengo miedo de perder a la gente que quiero. Alguna vez me ha pasado. Todos morimos.

P. Pues yo ven¨ªa un poco acojonado con la entrevista. Cuentan que desayuna periodistas.

R. Hay una leyenda urbana. Los periodistas no son mi desayuno favorito. Mejor tostadas con aceite y Nesquik.

P. ?Ya no se cabrea tanto con las entrevistas?

R. Leo muy poco. Esas cosas pasan. Ya no le doy importancia.

P. ?Aprendi¨® algo del l¨ªo que se mont¨® en la presentaci¨®n de su disco en la sala Sol?

R. Que debo seguir teniendo la boca lo m¨¢s cerrada posible. La gente malinterpreta y manipula las cosas.

P. Pero usted tiene la lengua muy larga.

R. A veces.

P. ?Nadie le para los pies?

R. S¨ª, claro. Mis padres los primeros. Me encanta que me cierren la boca de vez en cuando.

Debo tener la boca lo m¨¢s cerrada posible, la gente malinterpreta

P. ?No cree que se pas¨® con aquello de la sala Sol?

R. Fue una cosa sacada de contexto completamente. Como cuando t¨² se lo dices a un colega¡­ No se me ocurrir¨ªa dec¨ªrselo en tono serio a los periodistas sin ning¨²n motivo el d¨ªa de la presentaci¨®n de mi disco. Ser¨ªa rid¨ªculo.

P. ?Le afectan los palos que le llueven en Twitter o se la trae al pairo como aparenta?

R. S¨ª, pero procuras tom¨¢rtelas con el mayor humor posible. Si no, no levantas cabeza.

P. Le denunciaron a la agencia antidroga por fumar en el escenario. Un pitillo, cuatro tacos y uno parece que es Sid Vicious. ?Est¨¢ la transgresi¨®n demasiado barata?

R. Muy fuerte, demasiado. Ahora estamos en la era de lo pol¨ªticamente correcto. Es mejor que seamos como las monjitas: callados, tranquilos, con uniforme¡­

P. No parece su estilo.

R. T¨² me has dicho que responda y yo te he respondido. Puedo hacerlo, ?por qu¨¦ no?

P. ?Usted escribe su Twitter?

R. Me lo escriben. No tengo tiempo para estar con esas cosas. El Facebook s¨ª lo hago yo.

P. ?Y hay mala leche o cada uno recibe lo que merece?

R. Hay mucha mala leche, adem¨¢s gratuitamente.

P. ?Con qu¨¦ se cabrea?

R. La injusticia, la manipulaci¨®n, con quien no cuida...

P. Y del foll¨®n en el que andamos metidos qu¨¦ me dice.

R. Nosotros hemos puesto a la gente que est¨¢ ah¨ª y ahora nos lo tragamos. Esto es un tablero de ajedrez, solo somos los peones. Pero yo no estoy en pol¨ªtica. Escribo m¨²sica y cuido de mi hija.

P. ?Pero est¨¢ en el tablero?

R. Aqu¨ª estamos todos. No se salva ni uno.

P. ?Va a lo suyo o traga quina?

R. Las cosas son complicadas. Algunas no las entiendes y otras no te gusta como funcionan.

P. ?Funciona Rajoy?

R. Me abstengo.

P. Con esa lengua le debi¨® caer m¨¢s de una colleja en casa.

R. S¨ª, claro. Siempre me han puesto en mi sitio, pero de muy buenas maneras. Mis padres ense?an y hacen comprender.

P. ?Les ha costado asumir cosas que le han pasado?

R. A ellos no. Sigo siendo la cuarta de cinco hijos.

P. ?Se ha dejado a mucha gente por el camino?

R. Seguro. La gente entra y sale. A alguno echo de menos.

P. ?A qui¨¦n?

Siempre pensaba 'ahora te adoran, pero luego te matar¨¢n'. Y as¨ª fue

R. Eso me lo guardo para m¨ª.

P. Se est¨¢ guardando mucho.

R. Claro, vida. Bueno, a ver qui¨¦n es m¨¢s b¨¢rbaro, ?no?

P. ?El ¨¦xito le sobrepas¨®?

R. Much¨ªsimo. Lo he dicho muchas veces. Pero tienes que asumirlo. Yo no lo llev¨¦ muy bien y necesit¨¦ aislarme y recuperar mi sentido del humor.

P. Peor ser¨ªa haber fracasado.

R. No lo s¨¦. Pero tampoco s¨¦ lo que voy a hacer ma?ana. Como est¨¢n las cosas, qui¨¦n dice que no haya que cambiar. En la vida hay que sobrevivir tambi¨¦n.

P. No parece su problema. Tiene una buena carrera.

R. Tengo 34 a?os y mi carrera es buena relativamente.

P. ?Qu¨¦ pasa, va mal su disco?

R. ?Fatal! [se parte de risa] Pero qui¨¦n vende discos hoy.

P. ?Le toman mucho el pelo?

R. S¨ª, bastantes veces. Procuramos parar con los escudos los golpes. Pero hay mucho listo.

P. ?Arrieritos somos...?

R. La vida los coloca a todos en su sitio, en el fondo es generosa con quien la trata bien.

Aqu¨ª, terminaba la entrevista (est¨¢ recortada) y la camarera trae unas ca?as. Esto vino luego.

R. Pensaba que la entrevista tendr¨ªa un poco m¨¢s de rock and roll. No hemos ni hablado de sexo.

P. Si no me cuentas ni lo que piensas de Rajoy, ?ibas a hablarme de lo que te gusta en el sexo?

R. Haber preguntado, no s¨¦: ¡®?c¨®mo te gustan las aceitunas: violadas, con pepinillo o con hueso?' La gente no quiere saber qu¨¦ pienso de la crisis. T¨² y yo tenemos otra visi¨®n de la barbaridad.

P. Bueno, pues brindemos por esta mierda de entrevista.

R. Tampoco es eso, es tu visi¨®n. Ni me has preguntado qu¨¦ posturas me gustan en la cama¡­

P. Lo llego a saber¡­

R. Y no si fue duro lo del primer disco o las entrevistas. Yo ya estoy feliz como unas casta?uelas. Antes lo pasaba mal. Cambiaban las palabras que hab¨ªa dicho. Y lo ¨²ltimo fue lo de la sala Sol.

P. Pues expl¨ªcate mejor.

R. Estaba content¨ªsima, y nerviosa como una ni?a¡­ Y cuando salgo con la adrenalina del concierto, digo ¡°c¨®mo vais a ser tan hijos de puta de ponerme en esta situaci¨®n¡±. Hubo un gran corporativismo. Si pueden coger el hacha y cortarte la cabeza, lo hacen. Me han llamado drogadicta y alcoh¨®lica en la tele. ?Entro al trapo? Tengo una familia. Mi mam¨¢ es mi mam¨¢... Y les est¨¢n faltando el respeto. La vida ya les colocar¨¢ a todos en su sitio.

P. Todo sube y baja.

R. Yo ya lo sab¨ªa. Por eso ten¨ªa tanto miedo cuando pegu¨¦ el chupinazo. Siempre pensaba: 'ahora te adoran, pero luego te matar¨¢n'. Lo ten¨ªa clar¨ªsimo y me aterraba. Lo he visto con otras cosas. Estaba esperando las hostias. La gente quiere que hagas lo que esperan. Eres su posesi¨®n y tienes que responder como les gusta. Y as¨ª fue. La vida es as¨ª.