Fantas¨ªa literaria y adorable criatura
Marilyn Monroe ha protagonizado p¨®stumamente un sinf¨ªn de novelas y biograf¨ªas. Estas son algunas de las obras m¨¢s destacadas
Una tarde, mientras contemplaban el puente de Brooklyn desde la orilla de Manhattan, Marilyn Monroe puso a su amigo Truman Capote entre la espada y la pared: ¡°Si alguna vez te preguntaran, c¨®mo era yo, c¨®mo era Marilyn, en realidad, ?Qu¨¦ contestar¨ªas?¡±. Su tono era juguet¨®n e inoportuno, pero grave. ¡°Apuesto a que dir¨ªas que era una palurda¡±, a?adi¨® la actriz antes de que el escritor abriera la boca. ¡°Por supuesto¡±, contest¨® el periodista, ¡°pero tambi¨¦n dir¨ªa¡¡±. Al autor de A Sangre fr¨ªa se le entrecort¨® la voz y percibi¨® que esa vez, la actriz quer¨ªa una respuesta honesta. El esplendor p¨®stumo de ese momento qued¨® para siempre en su memoria: ¡°La luz se iba. Marilyn parec¨ªa esfumarse con ella, mezclarse con el cielo y las nubes, disolverse a lo lejos. Quise elevar mi voz sobre los chillidos de las gaviotas y llamarla para que volviese: ?Marilyn! ?Por qu¨¦ todo tuvo que acabar as¨ª, Marilyn? ?Por qu¨¦? ?Por qu¨¦ la vida tiene que ser tan terrible?¡±. A continuaci¨®n, algo le devolvi¨® al momento presente, pero sigui¨® balbuceando: ¡°Yo dir¨ªa¡¡±. Marilyn le dijo que no le o¨ªa. ¡°Dir¨ªa que eres una adorable criatura¡±.
Con esta maravillosa escena, Capote (1924-1984) concluye el relato sobre la actriz, titulado: Una adorable criatura (incluido en Retratos, Anagrama, 2001). Es quiz¨¢s la obra m¨¢s destacable entre un sinf¨ªn bibliogr¨¢fico que mayoritariamente apuesta por el sensacionalismo que rodea la vida de Monroe. El retrato del mayor representante de la novela de no ficci¨®n no es un homenaje hagiogr¨¢fico a su ¨ªntima amiga; tambi¨¦n refleja su car¨¢cter caprichoso y fr¨ªvolo, sus miedos y sus limitaciones intelectuales. Y por encima de todo destaca la gracilidad femenina de un ser extremadamente vulnerable que desprende luz y belleza como pocos. Un ser, que por encima de todo, para bien y para mal, era adorable.
En 1954, cuando solo ten¨ªa 28 a?os, la actriz escribi¨® sus memorias, un texto imprescindible para conocer de primera mano el temblor y la candidez que definieron su vida. El libro, titulado?My Story, refleja la compleja personalidad de una mujer que en nada se parece a la rubia ingenua que cre¨® Hollywood.? Marilyn rememora su infancia en una familia humilde de California, la violaci¨®n que sufri¨® de ni?a, su ascenso a la fama y su perpetua y fatal intuici¨®n acerca de su destino: ¡°S¨ª, hab¨ªa algo especial en m¨ª y sab¨ªa de qu¨¦ se trataba. Yo era el tipo de chica a la que encuentran muerta en su dormitorio con un frasco de somn¨ªferos en la mano". El texto no vio la luz hasta doce a?os despu¨¦s de su muerte.
La figura de Marilyn ha sido de las m¨¢s rentables de la historia, sobre todo p¨®stumamente. La extens¨ªsima bibliograf¨ªa que ha generado su leyenda no sigue la estela ben¨¦vola de sus admiradores. M¨¢s bien al contrario, la mayor¨ªa de las obras reflejan la pol¨¦mica, la leyenda negra, los trapos sucios y las excrecencias que esconde la biograf¨ªa de Norma Jeane Mortenson (1926-1962), convertida en Marilyn Monroe, actriz infravalorada y el sex simbol m¨¢s famoso de todos los tiempos.
C¨®mo la ve¨ªan
Su belleza sobrevivi¨® desde la antig¨¹edad,
requerida por el mundo del futuro, pose¨ªda
por el mundo actual, se convirti¨® en un mal mortal.
Pier Paolo Pasolini, cineasta italiano.
Marilyn era una persona sensible, incomprendida, mucho m¨¢s perceptiva de lo que se supone en general.?Ten¨ªamos una aventura amorosa y nos ve¨ªamos de forma intermitente hasta el d¨ªa en que muri¨® en 1962. No me pareci¨® que estuviera deprimida (¡). Estoy seguro de que no se suicid¨®. Siempre he cre¨ªdo que fue asesinada.
Marlon Brando, actor estadounidense.
Vi que lo que parec¨ªa que no era lo que realmente era, y lo que estaba pasando dentro de ella no era lo que estaba pasando fuera, y eso siempre significa que hay algo con qu¨¦ trabajar. En el caso de Marilyn, las reacciones al m¨¦todo fueron colosales. Pod¨ªa conseguir la emoci¨®n que necesitaba para cada escena. Su alcance era infinito.
Ella estaba asustada de s¨ª misma. Me encontr¨¦ deseando ser un psicoanalista y que ella fuera mi paciente. Puede que no pudiera ayudarla, pero habr¨ªa lucido preciosa en el sof¨¢.
?Billy Wilder,? director de cine estadounidense.
Nada se pod¨ªa hacer con aquella luminosidad, era imposible....Tal vez entonces estaba demasiado ocupado dirigiendo y no me di cuenta del enorme potencial que tuve a mi lado, hay momentos en que est¨¢ maravillosa, creo que Marilyn era ¨²nica.
Lawrence Olivier, director y actor en El Principe y la corista (1957).
Recuerdo que me impresion¨® m¨¢s fuera de la pantalla que dentro... hab¨ªa algo conmovedor y emotivo de ella.
John Huston, director de The Misfits, y La jungla de asfalto.
Creo que ella es una comediante h¨¢bil, pero tambi¨¦n creo que podr¨ªa convertirse en la mejor actriz tr¨¢gica que se pueda imaginar.
?Arthur Miller, escritor y marido de la actriz de 1956 a 1961.
Es incre¨ªble. Es Mae West, Theda Bara y Bo Peep, todo en uno.
Una d¨¦cada despu¨¦s de su muerte apareci¨® uno de los primeros trabajos sobre su vida, la obra del periodista y novelista norteamericano Norman Mailer: Marilyn: una biograf¨ªa (1973). El reputado autor recrea tres a?os de la vida de la actriz (1948-1950), en un estilo que no es estrictamente period¨ªstico. ¡°Supongo que ser¨ªa mejor describir el texto como una autobiograf¨ªa falsa, o un libro de memorias imaginarias¡±, reconoce el mismo Mailer. Y no le falta raz¨®n, la amalgama de an¨¦cdotas sexuales reales o inventadas puede llegar a abrumar. Sirva como ejemplo este pasaje (inventado) de las memorias de la actriz: ¡°Un d¨ªa fui de compras con una amiga. Las personas se juntaron a verme tan pronto como me reconocieron y quer¨ªan rasgar la cortina del vestuario. Yo no llevaba ropa interior y, para empeorar las cosas, un poco de mi olor natural sali¨® cuando me saqu¨¦ la falda. Nada pone a la gente m¨¢s loca que una mujer con un aroma que no sale de una botella. Tal vez deber¨ªa usar desodorante, pero me gusta oler un poco a m¨ª misma¡±.
Uno de los libros m¨¢s pol¨¦micos sobre la rubia universal es Blonde (2000), la novela de la newyorkina Joyce Carol Oates. A lo largo de 900 p¨¢ginas se retrata la vida errante de una mujer ansiosa, dependiente de tranquilizantes y estimulantes y v¨ªctima de varios abusos sexuales que merman su equilibrio mental. Las escenas de sexo se describen minuciosamente, especialmente la violaci¨®n que sufre por parte del productor que le dio su primer papel, el m¨¦nage ¨¤ trois que practica con Charles Chaplin Jr. y Eddy G. Robinson y la violenta escena que protagoniza con el presidente de los Estados Unidos. En el pasaje, Kennedy pr¨¢cticamente obliga a Monroe a practicarle una felaci¨®n. ¡°Cogi¨® a la Actriz Rubia por la nuca y le puso la cabeza en la entrepierna. ¡®No lo har¨¦. No soy una prostituta, soy¡¯¡ de hecho era Norma Jeane, confundida y asustada¡±. Y seg¨²n la autora, lo hizo.
Oates recupera la tesis que sugiere que la actriz fue asesinada por la CIA tras su relaci¨®n con Kennedy. El asesino de su ficci¨®n recibe ¨®rdenes claras y precisas porque ¡°la zorra rubia del Presidente era una amenaza para ¨¦l y para la seguridad nacional¡±. En la novela, Marilyn es asesinada a manos de este ¡°francotirador¡± que le hunde una aguja de quince cent¨ªmetros en el coraz¨®n.
La idea del asesinato ha sido muy jugosa de cara a las ventas. Lo comprob¨® tambi¨¦n Donald H. Wolfe con su libro Marilyn Monroe, investigaci¨®n sobre un asesinato (1999). El autor investig¨® durante siete a?os y entrevist¨® a m¨¢s de 85 personas con el objetivo de demostrar que la CIA y el FBI mataron a la actriz porque ¨¦sta hab¨ªa conseguido informaci¨®n confidencial sobre Kennedy. Tras su tit¨¢nico trabajo, a Wolfe solo le queda una duda: ¡°?Intentaban matar a Marilyn Monroe? ?O s¨®lo someterla con un pinchazo cr¨ªtico, es decir, suministrarle una dosis mayor de aquella a la que estaba acostumbrada, para poder abrir por la fuerza su archivador, tomar notas, cartas y documentos legales y buscar el libro de secretos? Los indicios se?alan homicidio premeditado. En presencia de Bobby Kennedy, le inyectaron una cantidad de barbit¨²ricos suficiente para matar a 15 personas¡±.
El reverso de la novela de Oates y del libro de Wolfe es Marilyn Monroe (1993), la biograf¨ªa de Donald Spoto, considerada una de las obras m¨¢s serias sobre la actriz. Spoto ofrece una visi¨®n mucho menos turbulenta de la actriz y afirma que su muerte fue causada por una combinaci¨®n letal y accidental de sedantes y barbit¨²ricos. El autor rechaza la tesis del suicidio y retrata los ¨²ltimos d¨ªas de Marilyn como un momento ¨¢lgido y feliz en su carrera. Para Spoto su muerte fue una negligencia m¨¦dica causada por su analista de cabecera, el doctor Greenson.
Otra versi¨®n amable es la del escritor barcelon¨¦s, Terenci Moix (1942-2003), confeso entusiasta del Hollywood de los a?os cincuenta. En su homenaje a los actores y directores de la ¨¦poca, Mis inmortales del cine (1996), dedica un extenso cap¨ªtulo a la actriz: ¡°Ten¨ªa un algo especial, esa peque?a cosa extra, y sobre todo ten¨ªa algo que le hac¨ªa brillar en la pantalla. Era un ser que pod¨ªa ser vulgar en su vida real, pero que era capaz de transformarse cuando la c¨¢mara se pon¨ªa delante de ella¡±. Para Moix, la actriz rubia ten¨ªa algo inimitable, como la morena m¨¢s famosa del cine espa?ol: ¡°ese algo lo tiene tambi¨¦n la actriz Pen¨¦lope Cruz, esa comuni¨®n con la c¨¢mara que no es frecuente descubrir¡±.
?Negligencia, suicidio o asesinato? Definitivamente, las dos ¨²ltimas opciones se llevan la palma en el mundo literario. La rubia como una drogadicta, desequilibrada y facilona a la par que fr¨ªgida, que para colmo no cuida para nada su higiene personal. Su flamante presidente como un ni?o pijo, amoral, ego¨ªsta y despreciativo que adem¨¢s es eyaculador precoz. As¨ª retrata Fran?ois Forestier a la pareja en su libro Marilyn y JFK (2010), del que asegura que ¡°no hay ni una sola frase inventada¡±. Forestier describe los m¨²ltiples encuentros sexuales entre la rubia y el presidente: Marilyn espera a su amante en una ba?era de agua caliente mientras JFK se desnuda para ser montado por la actriz. De repente Peter Lawford entra al ba?o y fotograf¨ªa a la pareja con su Polaroid. ?l se r¨ªe, ella hace muecas. Alrededor de ellos, los esp¨ªas de Hoover, el mandam¨¢s del FBI, les vigilan y comentan la jugada. Forestier asegura que las fotos de Lawford a¨²n circulan por ah¨ª, pero los servicios secretos de los Kennedy se encargaron de borrar las pistas del romance.
Para haber sobrevivido, ella tendr¨ªa que haber sido mucho m¨¢s c¨ªnica o haber estado mucho m¨¢s lejos de la realidad de lo que estaba Arthur Miller
Para el autor Autobiograf¨ªa de Marilyn Monroe (2006), Rafael Reig, la mayor¨ªa de obras sobre la actriz son "puro af¨¢n de hacer rentable la tragedia y la fama de Monroe". Seg¨²n el escritor, los textos m¨¢s importantes y con mayor calidad literaria son los de Capote y Arthur Miller. Reig est¨¢ harto de o¨ªr hablar del misterioso fallecimiento de la actriz: "La muerte de Marilyn no fue ning¨²n misterio. Lo asombroso es que no hubiera muerto antes, y eso lo sabe todo el que la conoci¨®¡±.
De todos los que la conocieron, quiz¨¢s el dramaturgo Arthur Miller (1915-2005), marido de la actriz de 1956 a 1961, fue quien mejor entendi¨® el vac¨ªo que la asfixiaba. El m¨ªtico autor teatral era la persona que m¨¢s valoraba su talento y quien m¨¢s empe?o puso en salvar a aquella adorable criatura de aquel nido de v¨ªboras que era Hollywood. Pero incluso ¨¦l acab¨® agotado de su personalidad autodestructiva y decidi¨® romper. Posteriormente Miller intent¨® retratar las contradicciones de su relaci¨®n en su guion Vidas Rebeldes (1961), en el que el personaje de Clark Gable dice algo que bien podr¨ªa haber dicho ¨¦l mismo: ¡°?Puede un hombre sonre¨ªr cuando contempla a la mujer m¨¢s triste del mundo?¡±
En sus memorias Vueltas al tiempo (1988), el dramaturgo ofrece la m¨¢s preclara y sentida conclusi¨®n sobre el final de Marilyn: ¡°Para haber sobrevivido, ella tendr¨ªa que haber sido mucho m¨¢s c¨ªnica o haber estado mucho m¨¢s lejos de la realidad de lo que estaba. Pero no, ella era una poeta en una esquina tratando de recitar entre una multitud que le arrancaba la ropa¡±.
Bibliograf¨ªa citada:
Retratos, Truman Capote, Anagrama, 2001
My story: Memorias de Marilyn, Global Rhythm Press, 2011
Marilyn, una biograf¨ªa, Norman Mailer, Lumen, 1973
Blonde, Joyce Carol Oates, Alfaguara, 2012
Marilyn Monroe: Investigaci¨®n sobre un asesinato, Donald H. Wolfe, Emec¨¦ Editores, 2012
Marilyn Monroe, Donald Spoto, Anagrama, 2000
Mis inmortales del cine: Hollywood en los a?os 60, Terenci Moix, Planeta, 2003
Marilyn y JFK, Fran?ois Forestier, Aguilar, 2010
Autobiograf¨ªa de Marilyn Monroe, Rafael Reig, Punto de lectura, 2006
Vueltas al tiempo, Arthur Miller, Tusquets Editores, 1988
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.