Aurora Bautista, un mito del cine espa?ol
Muri¨® a causa de una infecci¨®n a los 86 a?os
La actriz vallisoletana Aurora Bautista ha fallecido en Madrid a los 86 a?os. Su paso por el cine espa?ol quedar¨¢ para el recuerdo, no ya solo por sus vehementes interpretaciones de Juana la loca en el mayor ¨¦xito de los a?os cuarenta Locura de amor (1948), o el de la perversa Aurora de Albornoz en Peque?eces (1949), o la heroica Agustina de Arag¨®n (1950), tres melodramas dirigidos con gran acierto por Juan de Ordu?a, sino tambi¨¦n por otros trabajos diversos entre los que destaca con letras may¨²sculas su genial interpretaci¨®n de La t¨ªa Tula (1963) con la que el entonces ne¨®fito director Miguel Picazo quiso rescatarla ya de un primer olvido. Porque la historia profesional de Aurora Bautista ha estado plagada de vaivenes. Encumbrada por el p¨²blico tras sus primeros ¨¦xitos en aquel cine grandilocuente propio de la posguerra, ella se empe?¨® en participar en pel¨ªculas m¨¢s cercanas a la realidad espa?ola, y encomend¨® a Manuel Mur Oti la realizaci¨®n de Condenados, (1953) que resultar¨ªa un trabajo fallido, seg¨²n el propio director, porque ambos eran excesivos, ¨¦l petulante, y ella sobreactuada. ¡°Me ped¨ªa que lo hiciera muy en Aurora Bautista¡±, recordar¨ªa a?os despu¨¦s la actriz, es decir, con la expresi¨®n desmesurada y la voz forzadamente tr¨¦mula, caracter¨ªsticas que convertidas en la caricatura acompa?ar¨ªan a la Bautista durante toda su vida.
La Bautista fue mujer valiente, capaz de enfrentarse no pocas veces a la censura
La preocupaci¨®n de la actriz por acercar sus pel¨ªculas a la realidad cotidiana espa?ola seguramente le ven¨ªa de su padre, condenado a muerte tras la guerra por haber colaborado con la Segunda Rep¨²blica, y luego deportado a 700 kil¨®metros de Madrid. De joven, en Barcelona, ella se empe?¨® en ser actriz de teatro y lo consigui¨® bien pronto, pero aunque el cine acab¨® convirti¨¦ndola en gran estrella, se sent¨ªa decepcionada de su trayectoria. Regres¨® al teatro a las ¨®rdenes de Jos¨¦ Tamayo o Luis Escobar: Ant¨ªgona, Medea, Fuenteovejuna, La gata sobre el tejado de zinc o Yerma (1960) de Garc¨ªa Lorca, cuando en pleno franquismo representar a este autor no era algo exento de riesgos. Es conocida la an¨¦cdota de Luis Escobar dirigi¨¦ndola en esta obra, dici¨¦ndole al principio de la obra; ¡°Aurorita, guapa, c¨¢lmate, que a¨²n no ha pasado nada¡°, dada la desproporcionada pasi¨®n que ella pon¨ªa.
La Bautista fue mujer valiente, capaz de enfrentarse no pocas veces a la censura, especialmente en su empe?o por llevar al cine la vida de Teresa de Jes¨²s, lo que finalmente consigui¨® en 1962, de nuevo bajo las ¨®rdenes de Juan de Ordu?a, aunque con un gui¨®n tan mutilado que se aven¨ªa m¨¢s a la cr¨®nica beata de aquellos tiempos que a la reconstrucci¨®n hist¨®rica que ella pretend¨ªa.
Decidi¨® marcharse a M¨¦xico y Argentina donde film¨® varias pel¨ªculas que no tuvieron mayor relieve hasta que a su regreso a Espa?a La t¨ªa Tula volvi¨® a entronizarla provisionalmente en el cine espa?ol, esta vez como actriz m¨¢s comedida o alejada al menos de su habitual car¨¢cter de tr¨¢gica, interpretaci¨®n por la que obtuvo numerosos premios. Volvi¨® a arriesgarse en el teatro, con Oye, patria mi aflicci¨®n, de Arrabal y otras obras de compromiso, pero su popularidad hab¨ªa pasado. El p¨²blico, tan voluble, no la reconoc¨ªa ya como la actriz que hab¨ªa propiciado grandes ¨¦xitos o abierto el cine espa?ol a pa¨ªses nuevos. A pesar de ello intervino en muchas otras pel¨ªculas (de Garci, Patino, Garcia S¨¢nchez, Cuerda, Aguirre, Lucia¡), siempre con empuje, generosidad y arrojo. Fue una persona entra?able y una actriz irrepetible.
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