El M¨¦xico que hay tras los titulares
Un documental trata de ofrecer una imagen positiva del pa¨ªs a trav¨¦s de su inagotable herencia musical y del testimonio de artistas e intelectuales
Pensaba que estaba haciendo una pel¨ªcula sobre ver M¨¦xico con ojos de extranjero y acab¨® con una pel¨ªcula ¡°para aquellos mexicanos que han olvidado cu¨¢n asombroso es su pa¨ªs¡±. Al brit¨¢nico Duncan Bridgeman, seg¨²n explica, le suelen salir los proyectos por donde no se espera. Pero parece feliz de la coincidencia y, al t¨¦rmino de la proyecci¨®n para prensa de Hecho en M¨¦xico, le brillan los ojos. ¡°Este pa¨ªs tiene una mala prensa terrible¡±, se lamenta en ingl¨¦s.
Y, aunque la pel¨ªcula que dirige es ¡°sobre M¨¦xico pero, principalmente, sobre la condici¨®n humana¡±, lo cierto es que podr¨ªa haber sido una fant¨¢stica forma de promoci¨®n, una especie de macrocampa?a tur¨ªstica que, a base de m¨²sica y paisajes, limpiase un la reputaci¨®n de la Rep¨²blica, acosada por la desigualdad, la pobreza y la violenta guerra contra el narco. Sin embargo la pel¨ªcula, producida por Emilio Azc¨¢rraga (de la cadena Televisa) y en la que participan la reci¨¦n fallecida Chavela Vargas, el actor Diego Luna, los intelectuales Elena Poniatowska y Juan Villoro, Molotov y muchas m¨¢s caras conocidas, no suena a folleto promocional, sino a un canto genuino a la tierra y a las cosas de la vida: el alma, los or¨ªgenes, el miedo, el amor. Todo visto desde los ojos nuevos de un ingl¨¦s que ya conoc¨ªa M¨¦xico y que en su anterior proyecto multidisciplinar (los a la vez ¨¢lbumes y pel¨ªculas 1 giant leap (Un salto enorme) y What about me? (?Qu¨¦ hay de m¨ª?) recorr¨ªa el mundo con el tambi¨¦n m¨²sico Jamie Catto buscando respuestas a las grandes preguntas humanas mediante la m¨²sica.
Bridgeman, que entre finales de los ochenta y principios de los noventa produjo a grupos como Take That o Radio Futura, vuelve a utilizar las canciones como hilo conductor de esta historia sin hilos (los bloques versan sobre espiritualidad, roles de g¨¦nero, libertad, fronteras¡ ). ¡°Si escuchas a Natalia Lafourcade, las norte?as, los ritmos de Veracruz, lo que sea¡ puedes escuchar las ra¨ªces¡±, subraya, y se le vuelven a encender los ojos.
La productora musical Lynn Fanchtein se ha encargado de seleccionar cuidadosamente 24 canciones ¨Calgunas compuestas para la ocasi¨®n- interpretadas por Caf¨¦ Tacvba, los indios huicholes o Alejandro Fern¨¢ndez. No hay playbacks. El equipo fijo de trabajo no superaba la decena de personas, y primero se construy¨® la banda sonora, sobre la que despu¨¦s se encajaron las im¨¢genes. Bridgeman recalca su filosof¨ªa de que ¡°todo fluye¡±. Tard¨® dos a?os en acabar el documental, pero visto c¨®mo mira, ilusionado, parece que considera bien invertido el tiempo. El 21 de septiembre la cinta se estrena en M¨¦xico con 180 copias. Todav¨ªa est¨¢n cerrando los detalles de la exhibici¨®n en Estados Unidos, y a¨²n no hay fechas para Europa.
Con mucha m¨²sica, la luz de la Sierra Madre Occidental o el verde de Chiapas y un ritmo trepidante, la pel¨ªcula reivindica a M¨¦xico de las manos de la violencia sin tocar expresamente el tema. Bridgeman no pretend¨ªa hablar de inseguridad. No pretende explicar lo que pasa. Pero es que ni siquiera pretende hablar de M¨¦xico. Su tema es, insiste, ¡°el ser humano¡±. El dolor, de todos modos, supura cuando Chavela canta con voz quebrada, cuando se habla de las escandalosas desigualdades sociales o cuando se recuerda la p¨¦rdida de valor de la tierra y el aumento de su precio. Y, aun as¨ª, prevalece la luz. Hecho en M¨¦xico es una pel¨ªcula luminosa y Bridgeman no se asusta ante quien lo acuse de hippy o naif. ¡°Ser hippy significa, al menos, que defiendes algo. Que algo te importa¡±. El miedo a cruzar la l¨ªnea entre la sensibilidad y la ?o?er¨ªa tampoco ha sido un impedimento, a?ade. El m¨ªtico luchador Blue Demon Jr. dice detr¨¢s de su m¨¢scara, al hablar de su batalla contra el c¨¢ncer, que el dolor motiva para superar problemas.
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