Criaturas eternas de la ficci¨®n
Los lectores de EL PA?S eligen al coronel Aureliano Buend¨ªa, de Garc¨ªa M¨¢rquez, como su personaje preferido Ribeyro y Onetti son dos de lso autores que despiertan el fervor del p¨²blico
En la vitrina de una librer¨ªa espa?ola en Par¨ªs, de la calle Monsieur-le-Prince, surgi¨® uno de los destellos esenciales del boom latinoamericano. All¨ª, hace casi cuarenta a?os, Luis Harss vi¨® Rayuela, de Julio Cort¨¢zar. Cuando empez¨® a leer la novela descubri¨® su propio retrato en el protagonista, ¡°en Oliveira y sus vaivenes entre dos mundos¡±. Poco despu¨¦s, en 1966, el cr¨ªtico chileno con 30 a?os se convertir¨ªa en el lector y promotor de honor de un grupo de escritores con la publicaci¨®n del m¨ªtico libro Los nuestros,con entrevistas a diez autores prestigiosos y otros en los que ¨¦l supo ver su futuro renombre.
Cinco d¨¦cadas despu¨¦s, los lectores de EL PA?S, a trav¨¦s de su blog Papeles perdidos han contestado a tres preguntas. Del grupo de escritores del boom (los que empezaron a forjar su nombre en los sesenta), destacan seis: Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Julio Cort¨¢zar, Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti y Carlos Fuentes. Sin embargo, los lectores han incluido como parte de ese boom a cuatro que ya eran maestros y convivieron con ellos: Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Alejo Carpentier y Miguel ?ngel Asturias. Pero en medio de todo hay una presencia indestronable: Garc¨ªa M¨¢rquez.
1. ?Cu¨¢l es el personaje literario favorito de los libros de los autores del boom?
¡°Vio los payasos haciendo maromas en la cola del desfile, y le vio otra vez la cara a su soledad miserable cuando todo acab¨® de pasar, y no qued¨® sino el luminoso espacio en la calle, y el aire lleno de hormigas voladoras, y unos cuantos curiosos asomados al precipicio de la incertidumbre. Entonces fue al casta?o, pensando en el circo, y mientras orinaba trat¨® de seguir pensando en el circo, pero ya no encontr¨® el recuerdo. Meti¨® la cabeza entre los hombros, como un pollito, y se qued¨® inm¨®vil con la frente apoyada en el tronco del casta?o. La familia no se enter¨® hasta el d¨ªa siguiente, a las once de la ma?ana, cuando Santa Sof¨ªa de la Piedad fue a tirar la basura en el traspatio y le llam¨® la atenci¨®n que estuvieran bajando los gallinazos¡±.
As¨ª fueron las ¨²ltimas horas del coronel Aureliano Buend¨ªa en Macondo, despu¨¦s de luchar en 32 guerras civiles y perderlas todas y de tener 17 hijos de igual n¨²mero de mujeres. ?l es el personaje literario favorito de los lectores. ?l es ese personaje de Cien a?os de soledad, con el cual Garc¨ªa M¨¢rquez cre¨® uno de los arranques memorables de la literatura: ¡°Muchos a?os despu¨¦s, frente al pelot¨®n de fusilamiento¡¡±. Pero el coronel no est¨¢ solo en las preferencias de los lectores. La estirpe Buend¨ªa e Iguar¨¢n son citadas muchas veces a trav¨¦s de su mujer, ?rsula, o de Remedios la Bella y Melquiades.
Tras los personajes de Macondo, los lectores prefieren a la Maga, esa inolvidable mujer creada por Julio Cort¨¢zar en Rayuela que se ve obligada a viajar a Par¨ªs. Luego est¨¢ Horacio Oliveira, que, contrario a ella, conoce y sabe de un mont¨®n cosas; que busca, que espera. Su voz es lo primero que escuchamos en la obra: ¡°?Encontrar¨ªa a la Maga? Tantas veces me hab¨ªa bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el r¨ªo me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscrib¨ªa en el Pont des Arts...¡± .
Los otros personajes elegidos son Zavalita, de Conversaci¨®n en La Catedral, creado por Vargas Llosa; Larsen, de Juantacad¨¢veres, de Onetti; Jos¨¦ Cem¨ª, de Paradiso, de Jos¨¦ Lezama Lima; Pedro P¨¢ramo, de Rulfo; y la recreaci¨®n de Pier Francesco, duque de Orsini, en Bomarzo, que hace Manuel Mujica L¨¢inez.
2. ?Qu¨¦ obra de ese fen¨®meno literario de los a?os sesenta te parece que no ha tenido el reconocimiento que merece?
Juan Rulfo revive en esta pregunta con fuerza. Los lectores consideran que Pedro P¨¢ramo y El llano en llamas, sus dos ¨²nicos libros, no gozan del brillo que deber¨ªa tener. Opini¨®n parecida tienen de El siglo de las luces, de Carpentier; y de Paradiso, de Lezama Lima. Dos cl¨¢sicos publicados en los a?os sesenta. Tambi¨¦n se han citado t¨ªtulos como La tregua, de Mario Benedetti; El obsceno p¨¢jaro de la noche, de Jos¨¦ Donoso; y Tres tristes tigres, de Guillermo Cabrera Infante.
Al margen de t¨ªtulos propios, la gente ha querido reivindicar la obra del uruguayo Juan Carlos Onetti y del peruano Julio Ram¨®n Ribeyro. El pozo, La vida breve, El astillero o Juntacad¨¢veres, de Onetti, son le¨ªdos y analizados cada vez m¨¢s como obras que inauguraron o ampliaron rutas literarias. Igual sucede con Ribeyro, cuyos cuentos no paran de crecer.
3. ?Cu¨¢les son los dos escritores del boom que han aportado m¨¢s a la literatura universal?
No hay duda sobre estos dos nombres. El primero con diferencia, seg¨²n la encuesta, es Garc¨ªa M¨¢rquez, y despu¨¦s Cort¨¢zar. Les siguen Borges y Vargas Llosa. Para Harss, en cambio, el t¨¢ndem es Borges y Garc¨ªa M¨¢rquez.
La gloria de ese grupo excepcional y su aportaci¨®n, seg¨²n Harss, reside en ¡°la universalidad de la literatura a trav¨¦s del babel de lenguas¡±. ¡°El concepto borgiano de que un autor es todos los autores. Y una cierta ampliaci¨®n en la gama de la realidad. Ahora incluye el mito y el milagro. Ya no son met¨¢foras o fantas¨ªas sino cosas de todos los d¨ªas¡±.
Una trascendencia literaria que resumen las palabras de quien en el blog firma como Fernando: ¡°Yo nac¨ª el mismo a?o que el boom. Mi segundo nacimiento (cuando empec¨¦ a leer literatura) fue tambi¨¦n con el boom: primero los libros de la biblioteca del colegio, despu¨¦s los libros de la biblioteca p¨²blica, y por ¨²ltimo los que me iba comprando con mi propina de los domingos¡±.
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