Hombre contra Estado
La desigual carrera de Calparsoro en cine quiz¨¢ haya encontrado salida a trav¨¦s de esta pel¨ªcula
Celda 211 demostr¨® que el impulso que se le ha dado en la ¨²ltima d¨¦cada y media al cine de g¨¦nero en Espa?a tiene pocos l¨ªmites. Nunca un thriller carcelario hab¨ªa aunado credibilidad, emoci¨®n y entretenimiento con tanto rigor. Y, sin embargo, a¨²n hay un g¨¦nero al que no acabamos de hincarle el diente: la intriga pol¨ªtica, la que se centra m¨¢s en las cloacas de los de arriba que en las penurias de los de abajo. Un d¨¦ficit que viene a paliar en parte Invasor, s¨¦ptimo largo de Daniel Calparsoro, con guion de Javier Gull¨®n y Jorge Arenillas, basado en una novela de Fernando Mar¨ªas, producido por la misma empresa que Celda 211, y ambientado en Irak y Espa?a.
INVASOR
Direcci¨®n: Daniel Calparsoro.
Int¨¦rpretes: Alberto Ammann, Antonio de la Torre, Karra Elejalde, Inma Cuesta, Luis Zahera.
G¨¦nero: intriga pol¨ªtica. Espa?a, 2012.
Duraci¨®n: 98 minutos.
La desigual carrera de Calparsoro en cine quiz¨¢ haya encontrado salida a trav¨¦s de esta pel¨ªcula de encargo con la que el autor de Salto al vac¨ªo, tan en¨¦rgico en la direcci¨®n como desequilibrado en la escritura hasta ahora, demuestra un poder¨ªo en la puesta en escena que nada tiene que envidiar, y con muchos menos medios, al thriller estadounidense. Con un guion algo mec¨¢nico y que nada nuevo descubre, pero en el que no hay ca¨ªdas de tono ni de ritmo, y en el que se grad¨²a la informaci¨®n con tanta sencillez como efectividad, Calparsoro construye, con la ayuda de unos excelentes int¨¦rpretes, un dilema moral con ecos de la saga Bourne en montaje y planificaci¨®n, pero tambi¨¦n con una l¨ªnea m¨¢s cl¨¢sica, casi como una de esas intrigas conspiranoicas de los setenta, en la que incluso el sombrero del fontanero del Estado Karra Elejalde parece sacado de El mensajero del miedo.
Le falta algo de trascendencia (y quiz¨¢ de insolencia) para quedar en la memoria, pero, aunque ninguno hayamos presenciado una masacre en Irak, todos podemos toparnos casi cada d¨ªa con un dilema moral semejante al del protagonista, en el que hay que decantarse por la honestidad, el orgullo, la libertad, la supervivencia, el suicidio o la complacencia.
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