El fotoperiodismo de ¡®smartphone¡¯
El colectivo Mobile Photo Group reivindica la legitimidad informativa de esta disciplina Los fot¨®grafos debaten sobre su permanencia en Instagram
Si 2011 fue el a?o en que blogs y redes sociales confirmaron su capacidad para avivar protestas y mostrarlas al mundo de un modo nunca visto en los medios tradicionales, en los ¨²ltimos meses han sido las c¨¢maras de los tel¨¦fonos m¨®viles las que han ayudado a vociferar en forma de imagen lo que est¨¢ ocurriendo en el planeta.
En tiempos en que un mensaje de Twitter se convierte en noticia o fuente informativa, cada vez m¨¢s profesionales recurren a la agilidad y discreci¨®n de los nuevos artilugios tecnol¨®gicos. Con ellos deciden cambiar el lenguaje visual en favor de verdades in¨¦ditas y dan lugar as¨ª a un nuevo fotoperiodismo en la era del tel¨¦fono inteligente.
Mobile Photo Group (MPG) es un colectivo internacional formado por fot¨®grafos de distintas disciplinas informativas y art¨ªsticas cuya herramienta de trabajo es su tel¨¦fono. Buscan dar lugar profesional a una actividad que, defienden, ni es amateur ni est¨¢ siempre relacionada con el periodismo ciudadano.
El australiano Michael Baranovic es uno de sus fundadores. Perteneciente a la vertiente creativa del grupo, su obra se ha expuesto en museos y salas de arte de Berl¨ªn, Nueva York y Sydney. Para defender la legitimidad informativa de la fotograf¨ªa m¨®vil recupera los argumentos de su compatriota, el fotoperiodista Nick Moir, y recuerda que muchos profesionales que rechazaban el uso de la c¨¢mara digital bendicen en cambio al tel¨¦fono m¨®vil porque, en su caso, garantiza m¨¢xima calidad t¨¦cnica y favorece con su conexi¨®n a Internet la creaci¨®n de una comunidad online.
Theodore Kaye, fot¨®grafo de Tayikist¨¢n y tambi¨¦n miembro del MPG, cuenta en un correo electr¨®nico que recurri¨® por vez primera a su smartphone cuando viaj¨® a la provincia china de Xinjiang para atestiguar las tensiones entre una mayor¨ªa de poblaci¨®n de etnia han y una minor¨ªa de credo musulm¨¢n, los uigures. Su ascendencia mixta asi¨¢tica y americana despertaba las continuas sospechas de la polic¨ªa china, por lo que prescindir de un equipo de trabajo profesional le permiti¨® mantener un perfil bajo.
Otros profesionales como el estadounidense Peter DiCampo tambi¨¦n han optado por el cambio. Tras varios a?os viviendo en ?frica y publicando en medios como The New York Times y National Geographic, el tel¨¦fono sustituy¨® a su c¨¢mara para huir de unas premisas que ¨¦l considera ¡°peligrosamente predeterminadas¡± y que le hac¨ªan buscar ¡°solo la imagen que encajara con la l¨ªnea editorial del art¨ªculo a publicar¡±. Junto a un compa?ero, Austin Merrill, cre¨® el blog Everyday Africa, en donde desvelan realidades m¨¢s all¨¢ de la violencia y el conflicto.
Siguiendo la opini¨®n de DiCampo, Theodore Kaye cree que la industria informativa ha terminado por generar una est¨¦tica est¨¢ndar que el lector ha asumido como veraz y por eso es posible acostumbrarse a un nuevo lenguaje e interpretarlo con criterio. ¡°Nadie ve el mundo en blanco y negro o con los tonos desaturados de las im¨¢genes de un peri¨®dico o de una revista, pero todo el mundo las entienden como reales¡±, argumenta.
Puede que los filtros de Instagram sean demasiado coloristas o que la composici¨®n de la imagen sea despreocupada pero ?acaso el mundo en que vivimos es estable y sim¨¦trico?, viene a decir DiCampo en su defensa de esta nueva t¨¦cnica. La reticencia cada vez es menor hacia una forma fotogr¨¢fica que ha sido a menudo considerada impropia de ser objeto informativo. Durante la cobertura del Hurac¨¢n Sandy TIME ilustr¨® su portada con una rotunda imagen de Benjamin Lowy aunque su resoluci¨®n no cumpl¨ªa con los est¨¢ndares habituales de la publicaci¨®n.
En los ¨²ltimos d¨ªas Mobile Photo Group se debate entre abandonar o no Instagram ante sus nuevos t¨¦rminos de uso. ¡°Son cambios decepcionantes -opina Michael Baranovic-. Todo usuario deber¨ªa tener el control sobre sus im¨¢genes y recibir parte de los beneficios resultantes de su comercializaci¨®n, algo que parece no va a ocurrir¡±. Aunque ha decidido quedarse en Instagram, se convertir¨¢ en ¡°un usuario muy esc¨¦ptico, que se pensar¨¢ mucho qu¨¦ im¨¢genes publicar o comentar¡±.
Para aquellos que se mantengan fieles a esta aplicaci¨®n les recomienda incorporar una marca de agua a sus im¨¢genes con aplicaciones gratuitas como Photomarkr. En la web del colectivo tambi¨¦n asiste a los que hayan decidido abandonarla. Explica c¨®mo deben eliminar todo su archivos de im¨¢genes con herramientas como Instaport y destaca EyeEm y Starmatic como servicios alternativos a Instagram. Peter DiCampo es uno de los que se plantea el cambio: ¡°Instagram es una paltaforma imprescindible para hacer este tipo de fotoperiodismo, pero no es la ¨²nica. Si pretende vender nuestras im¨¢genes me ir¨¦ a otra¡±, anuncia.
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